Opinión

Erdogan: ¿con o sin la cohabitación?

Pese a concitar menos interés que las presidenciales, las legislativas determinarán el poder del presidente turco

Istanbul (Turkey), 12/05/2023.- A supporter of Turkish President Recep Tayyip Erdogan attends his election campaign event in Istanbul, Turkey, 12 May 2023. Turkey will hold its general election on 14 May 2023 with a two-round system to elect its president, while parliamentary elections will be held simultaneously. (Elecciones, Turquía, Estanbul) EFE/EPA/ERDEM SAHIN
Un simpatizante del presidente Recep Tayyip Erdogan en un acto de la campaña electoralERDEM SAHINAgencia EFE

Las elecciones presidenciales turcas de este domingo se perfilan reñidas. Kemal Kiliçdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo y candidato de la Alianza de la Nación (una coalición de seis partidos de la oposición), representa el adversario más serio para Erdogan desde su llegada al poder en 2002. El candidato de la oposición afirma traer la democracia a Turquía prometiendo convertirse en el presidente de 85 millones de turcos, sin marginar a nadie, sin cuestionar la identidad, las creencias o el modo de vida de nadie, mientras una profunda crisis económica les afecta con una inflación del 44% el pasado mes de abril.

Erdogan ha intentado movilizar a sus bases, aunque las encuestas le sitúan ligeramente por detrás de Kılıçdaroglu. El lunes pasado, la OSCE denunció la negativa de Turquía a acreditar a dos diputados escandinavos que iban a observar las elecciones presidenciales. Es una señal de las tensiones al final de la campaña. Entre otros incidentes, una reunión del alcalde de Estambul, figura de la oposición, se vio interrumpida el domingo pasado por el lanzamiento de piedras, mientras que en Ámsterdam se produjo una pelea entre opositores y partidarios del presidente turco.

En realidad, a la sombra de Erdogan, además de las presidenciales, se celebrarán elecciones legislativas, fundamentales para el futuro político de Turquía en los próximos cinco años. Aunque las elecciones presidenciales acaparan la atención en el extranjero, los resultados de las elecciones parlamentarias determinarán en gran medida las reformas políticas y económicas del país. En Turquía, las elecciones parlamentarias se celebran en una sola vuelta para componer un Parlamento unicameral. Actualmente, la mayoría en la Asamblea la ostenta el bloque político formado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Erdogan y sus aliados. Se trata, por tanto, de un momento clave, ya que esas elecciones determinarán el equilibrio de poder con el futuro presidente y el margen de maniobra de este en el Parlamento. Así pues, la oposición se ha comprometido a abolir el sistema presidencialista. Pero para ello, necesitará una mayoría en el Parlamento para reformar la Constitución.

Para reformar la Constitución turca, hay dos opciones: una votación de dos tercios de los diputados o una votación de tres quintos de los diputados seguida de un referéndum, como fue el caso en 2017. Más allá de la reforma constitucional, es todo el programa político de la oposición el que no puede aplicarse si no cuenta con una mayoría suficiente en el Parlamento. Los programas son elaborados y defendidos por los partidos políticos. Ya sea el partido en el poder o los partidos de la oposición, los candidatos a las elecciones legislativas defienden un programa que, en general, es el mismo que el de los candidatos a las elecciones presidenciales. A nivel nacional, las principales cuestiones debatidas son las económicas y sociales, debido a la profunda crisis económica que atraviesa Turquía, y el mantenimiento o no del sistema presidencialista. También hay cuestiones de política internacional, pero a nivel local cabe imaginar que se debaten menos.

En algunas regiones de Turquía más afectadas por la crisis económica o en las zonas devastadas por el terremoto del 6 de febrero pasado, los candidatos a las elecciones legislativas hacen más hincapié en las cuestiones que afectan más directamente a los habitantes de estas regiones. Por ejemplo: la reconstrucción, la gestión posterior a la catástrofe, el restablecimiento de la vivienda y la vida cotidiana de los desplazados, etc. Además, en el este del país, los candidatos de ciertos partidos, especialmente a favor de los kurdos, defienden cuestiones que afectan directamente a su electorado, en este caso al electorado kurdo.

Por último, ¿puede haber cohabitación si Erdogan es reelegido a la presidencia pero no tiene mayoría en el Parlamento, y viceversa? Teóricamente, sí. Puede darse la reelección del presidente en funciones y la pérdida de su mayoría en el Parlamento, en beneficio de la oposición en forma de coalición de varios partidos. Y a la inversa, el candidato de la oposición también puede ser elegido presidente sin que la actual coalición mayoritaria pierda las elecciones parlamentarias.

Una «cohabitación» complicaría enormemente la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo en Turquía. En este sistema presidencial, en caso de «cohabitación», el presidente puede eludir al Parlamento, por así decirlo, gobernando con decretos legislativos. Esto es lo que ha llevado al debilitamiento del papel y la influencia del Parlamento. Y del mismo modo, en caso de «cohabitación», si el Parlamento aprueba una ley, el presidente puede decidir vetarla y no promulgarla. Pero esta última práctica no sería nueva. Ya ocurrió en la década de los años 2000, cuando el AKP llegó al poder en 2002 y obtuvo la mayoría en el Parlamento, mientras que el presidente era un laicista. Con o sin cohabitación, Erdogan no tirará la toalla.