Urnas

Sunak se juega su futuro en las elecciones locales de Inglaterra y Gales

Los conservadores podrían perder hasta la mitad de los mil asientos que defienden en las elecciones locales de este jueves

April 24, 2024, Berlin, Berlin, Deutschland: Rishi Sunak beim Empfang des Premierministers des Vereinigten Königreichs von Großbritannien und Nordirland mit militärischen Ehren und zu einem gemeinsamen Gespräch mit dem Bundeskanzler mit anschließendem Pressestatement im Bundeskanzleramt. Berlin, 24.04.2024 24/04/2024
Europa.- Sunak afirma que no le "interesa" un acuerdo para la devolución de inmigrantes desde IrlandaEuropa Press/Contacto/Bernd ElmeEuropa Press

El premier Rishi Sunak es, hoy por hoy, el inquilino de Downing Street. Pero nadie se atreve a asegurar su puesto en los próximos días. Los conservadores podrían perder hasta la mitad de los mil asientos que defienden en las elecciones locales que tendrán lugar este jueves en Inglaterra y Gales. Se trata del gran examen en las urnas previo a los comicios generales previstos para finales de año y, en caso de un escenario completamente catastrófico, no se descarta la posibilidad de que las propias filas tories se rebelen contra su líder, cuya autoridad está cada vez más cuestionada ante unas encuestas donde la oposición laborista saca más de 20 puntos de ventaja.

El hecho de que el ex secretario de Estado de Sanidad, Dan Poulter, haya desertado de las filas conservadoras para unirse a las laboristas ha hundido aún más la imagen del primer ministro. Poulter, que trabaja a tiempo parcial como médico, asegura que ya no podía “mirar a sus colegas del hospital a los ojos” porque el Gobierno está “fallando” al Sistema Nacional de Salud Pública.

El Partido Conservador tiene una cultura `parricida´ arraigada. Forzaron la salida de la propia Margaret Thatcher y más recientemente hicieron lo mismo con Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss. Por lo que nos les iba a temblar el pulso para echar ahora Sunak. La destitución de un líder en la antesala de unas generales podría parecer un suicidio político. Pero todo es posible en una formación que actúa ya a la desesperada cuando todos los sondeos vaticinan el fin de una era tras más de trece años en el poder.

Según revelaba The Spectator, biblia para los tories, “los parlamentarios están discutiendo seriamente los pros y contras de cambiar de líder”. El descontento no se limita a los críticos habituales de Sunak. Nadie cree que un nuevo mandatario salvaría a los conservadores de la derrota en las urnas, pero al menos “esperan reducir el tsunami a una mera inundación” para no quedar condenados a estar décadas fuera de Downing Street.

Si los resultados de las elecciones locales resultan desastrosos para el partido, los rebeldes preparan un plan para un “bombardeo político” para echar a Sunak. Aseguran que es hora de poner fin a “promesas incumplidas, planes distantes de cambio y prohibiciones que nunca pidieron” y en su lugar abogan por utilizar 100 días para demostrar que el gobierno está “tomando medidas y se preocupa por lo que le importa al pueblo británico”.

Su plan de cinco puntos para poner fin a lo que llaman reinado de “retoques, vacilaciones y gerencialismo” incluye un intento de poner fin a la disputa salarial entre los médicos recién licenciados a fin de acabar con las huelgas; nuevos recortes en las cifras de inmigración legal, con un freno al número de estudiantes extranjeros que permanecen en el Reino Unido; aumentar el gasto en defensa al 3% del PIB para 2027; introducir medidas para encarcelar a los delincuentes prolíficos y construir celdas de detención rápida para aumentar la capacidad penitenciaria; recortar la factura de ayudas sociales, con el objetivo de reducir los pagos por depresión y ansiedad.

“Estas son políticas que pueden introducirse en unos meses y luego ir al país para que la gente tome una decisión. Tenemos que ser claros y audaces en nuestro plan, y contar con el mensajero adecuado, para tener alguna posibilidad de ganar, de lo contrario, podrían ser dos o tres mandatos laboristas”, explicaba desde el anonimato un rebelde a The Guardian.

A fin de evitar ser derrocado, el premier podría adelantar las elecciones generales a julio. En sus últimas entrevistas, no ha querido descartar esta posibilidad insistiendo en que no “diría nada más de lo que ya ha dicho” aunque su “suposición de trabajo” seguía siendo que serán en la segunda mitad del año.

La cuestión es que no existe un claro sucesor. El nombre de la presidenta de la Cámara de los Comunes y presidenta del Consejo, Penny Mordaunt, suena en las quinielas. Pero no ha ocupado ningún cargo relevante en el Ejecutivo.

Lo más significativo para los conservadores sería perder la alcaldía de Tees Valley, donde Ben Houchen ganó con más del 70 por ciento de los votos en 2021, y West Midlands, donde Andy Street se había establecido con promesas de acabar con las desigualdades entre norte y sur de Inglaterra.

Por otro lado, están las elecciones parciales del distrito de Blackpool South para elegir a un nuevo diputado tras la dimisión del conservador Scott Benton por supuesto caso de corrupción. Se trata de una circunscripción tremendamente simbólica porque fue una de las del Muro Rojo del Norte de Inglaterra, arrebatada a los laboristas en las elecciones de 2019 por los tories capitaneados entonces por Boris Johnson con la promesa de ejecutar el Brexit. Se da por hecho que ahora los conservadores perderán el escaño a manos de las filas de Keir Starmer. Pero la clave es si quedan en segunda posición o quedan por detrás del Partido Reform fundado por el populista de derechas Nigel Farage, lo que sería una auténtica humillación.

Si la magnitud de las derrotas convence a los 52 parlamentarios conservadores necesarios para presentar peticiones pidiendo moción de confianza se tendrá que celebrar la votación. Es posible que Sunak sobreviviera al desafío, pero nada parece que pueda evitar el destino de una formación encaminada al fin a una era.