Elecciones
Todo el poder para Erdogan
Tras la aprobación del Parlamento, los turcos decidirán en un referéndum en abril si cambian el sistema kemalista por el presidencialista.
Tras la aprobación del Parlamento, los turcos decidirán en un referéndum en abril si cambian el sistema kemalista por el presidencialista.
El mandatario turco, Repec Tayyip Erdogan, se acomoda en su sillón presidencial, un poder que espera ostentar hasta 2034, si sale adelante el referéndum sobre la reforma constitucional que fue aprobada ayer en el Parlamento. El texto obtuvo 339 votos a favor, del gobernante Partido la Justicia y el Desarrollo (AKP), y con el apoyo del movimiento nacionalista MHP, y será sometido a consulta popular en primavera. «Nuestra nación pronunciará la última palabra sobre el tema», anunció el primer ministro, Binali Yildirim, tras la votación. Yildirim podría sacrificar su cargo a favor de la nueva ley para cambiar el sistema parlamentario por el presidencialista, lo que dará poder absoluto a Erdogan.
El borrador de la nueva Carta Magna limita a dos mandatos de cinco años el tiempo que puede gobernar un jefe de Estado, pero el artículo 11 señala que se podría presentar a un tercero si la Asamblea convoca nuevas elecciones dentro del segundo mandato y el Parlamento las aprueba con una mayoría de tres quintos. En ese caso, no se celebrarán elecciones parlamentarias y presidenciales hasta 2019. Para permanecer en el poder hasta 2034, Erdogan tendría que ganar ese año y en 2024 y, antes de terminar su segundo mandato en 2029, el Parlamento tendría que convocar nuevos comicios en los que debería volver a hacerse con la mayoría. Erdogan, que a finales de febrero cumplirá 63 años, aseguró que la reforma no estaba dirigida a su persona, pero son muchos los que ven la nueva enmienda como una manera del presidente de perpetuarse en el poder. La oposición, sobre todo el Partido Republicano del Pueblo (CHP), critica con vehemencia la reforma, ya que alega que está convirtiendo a Turquía en un Estado bajo el control de un solo hombre (Erdogan) y un solo partido político (el AKP).
Entre las enmiendas aprobadas figuran la capacidad del presidente para designar a los ministros como jefe de Estado y de Gobierno y para gobernar mediante decreto-ley en más supuestos, así como la limitación de las funciones del Parlamento, cuyos mecanismos de fiscalización del Ejecutivo serán complejos e improbables. Además, al presidente se le permitirá pertenecer a un partido, con lo que se espera que Erdogan vuelva a presidir el islamista AKP, ejerciendo así una gran influencia sobre el Parlamento. El mandatario también vería aumentar su influencia en la judicatura, al poder elegir junto al Parlamento a cuatro de los 17 miembros del Consejo Superior de Jueces y Fiscales, el órgano que regula la entrada y la distribución de los empleados de la Justicia. La reforma constitucional incluye además una ampliación del número de diputados, de 550 a 600, y podrían optar a ello ciudadanos de más de 18 años, frente al límite actual de 25. En resumen, Erdogan se convertirá en un presidente partidista y jefe del Ejecutivo con mayor influencia sobre la judicatura, frente a unos diputados que perderían la posibilidad de someter al Gobierno a una moción de censura.
Erdogan debe firmar la resolución del Parlamento durante los próximos 15 días. El referéndum se convocará 60 días más tarde, entre el primer o segundo domingo de abril. Bastará con un 51% para cambiar el sistema. Esta semana, una encuesta publicada por la Universidad Kadir Has mostró que la institución pública que inspira más confianza a los turcos es la Presidencia, con un 49,4% de aprobación. Si sale el sí, sería la primera vez que se instaura un sistema presidencial en la república turca, actualmente regida por una Constitución que data del golpe de Estado militar de 1980.
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