Guerra en Afganistán

Tras 17 años de insurgencia: ¿quién gana la guerra?

Los talibanes mantienen su ofensiva contra las fuerzas extranjeras en busca de su salida del país

La Policía afgana detiene a dos sospechosos junto a una casa donde se escondían insurgentes en Kabul / Efe
La Policía afgana detiene a dos sospechosos junto a una casa donde se escondían insurgentes en Kabul / Efelarazon

Los talibanes mantienen su ofensiva contra las fuerzas extranjeras en busca de su salida del país.

En una guerra que dura más de17 años, todavía no hay declarados a vencedores ni vencidos. De nuevo, el Gobierno afgano ha hecho un error de cálculo, al confiar que la presión militar podría llevar a los talibanes a la mesa de negociaciones. Sin embargo, está ocurriendo todo lo contrario. «El último ataque talibán debe analizarse en el contexto de su estrategia hacia la victoria que declararon hace casi ya dos décadas: sacarán a las fuerzas extranjeras fuera de Afganistán. Para lograrlo, necesitan constantemente frustar al Gobierno afgano para así mostrar que la presencia de la coalición liderada por EE UU es ineficaz», explica a LA RAZÓN Afzal Ashraf, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Nottingham. Ashraf, experto en terrorismo y contrainteligencia, indica que «mientras la coalición liderada por Washington se hunde en este conflicto y en cada iniciativa que ha intentado hasta la fecha ha fallado en proveer una solución». El profesor añade que ayer «el presidente Ghani fue rápido en su respuesta astuta al decir que ''si piensan que el ataque con misiles reprimirá a los afganos, se equivocan''».

Las batallas del último año han envilecido aún más a los insurgentes fundamentalistas, que buscan como objetivo último restablecer el Emirato Islámico de Afganistán, el estado que dominaron, bajo la sharía, la ley radical islámica, desde 1996 hasta la invasión estadounidense de 2001. Desde entonces, unos 60.000 talibanes, distribuidos entre Afganistán y también presentes en el vecino Pakistán, le han declarado la guerra al Gobierno afgano y a las tropas extranjeras desplegadas en el país. Según estimaciones de EE UU, quedan entre 20.000 y 40.000 combatientes insurgentes activos, a pesar de que las autoridades afganas aseguren que matan a mil talibanes al mes.

El último intento de negociaciones de paz se ha visto salpicado por una gran ofensiva en la localidad de Gazni. Esta estratégica ciudad está situada a apenas dos horas por carretera de Kabul, y se encuentra en una importante carretera que une la capital afgana a las provincias meridionales, controladas en gran parte por los talibanes. Una victoria militar para los insurgentes significaría mayor peso político en un momento de importantes conversaciones diplomáticas. Rusia anunció ayer que ha convocado a doce países a una reunión que se celebrará el 4 de septiembre en Moscú para buscar una solución al conflicto y en la que participarán representantes del Movimiento Talibán afgano. EE UU ha rechazado la invitación, pero sí acudirán al encuentro delegaciones del resto de países invitados como Rusia, Afganistán, Pakistán, China, Irán o India. El principal objetivo del Formato de Moscú es «promover el proceso de reconciliación nacional en Afganistán y el pronto establecimiento de la paz en ese país», señaló el Ministerio de Exteriores ruso.

Hasta ahora las únicas conversaciones directas tuvieron lugar en 2015, en Pakistán, pero se interrumpieron tras la confirmación de la muerte del jefe de los talibanes, el mulá Omar.