Estados Unidos

Trump a Zelenski: espía a Biden para visitar EEUU

La Fiscalía de Ucrania abre una investigación. La empresa que contrató a Hunter Biden será sometida a una auditoría. Mensajes de diplomáticos apuntalan el «impeachment».

El presidente de EEUU atiende a los medios en la Casa Blanca antes de salir hacia Bethesda / Ap
El presidente de EEUU atiende a los medios en la Casa Blanca antes de salir hacia Bethesda / Aplarazon

La Fiscalía de Ucrania abre una investigación. La empresa que contrató a Hunter Biden será sometida a una auditoría. Mensajes de diplomáticos apuntalan el «impeachment».

En el proceso del intento de «impeachment» a Donald Trump el tiempo corre a favor y en contra de amigos y enemigos. Al presidente le beneficia un ritmo lento y a los demócratas acelerarlo, pero nada va como debiera. De hecho, la Casa Blanca no habrá podido sino lamentar el contenido de los mensajes de teléfono que Kurt Volker, ex enviado especial de Estados Unidos a Ucrania, compartió con algunos de los hombres fuertes del país. Los mensajes, recibidos por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, demuestran sin lugar a excesivas dudas tanto los intentos del Gobierno de EE UU para lograr que Ucrania investigara las actividades económicas del hijo de Joe Biden, Hunter Biden, que trabajó para una gasística ucraniana, como la decisiva implicación en el caso de Rudy Giuliani, abogado privado del presidente de EE UU. Para empezar Volker charló varias veces con un asesor del presidente Zelenski.

Entre otras cosas le comentó que en el caso de que Zelenski fuera capaz de persuadir a Trump de que su Gobierno efectivamente haría todo lo posible por indagar en las andanzas de Hunter Biden, el camino quedaba expedito para concertar una visita del dignatario ucraniano a EE UU.

Andrei Yermak, asesor de Zelenski, le evaluó que «una vez que tengamos fijada una reunión, convocaremos una conferencia de prensa, anunciando la próxima visita y describiendo la visión de la relación entre Estados Unidos y Ucrania, incluyendo entre otras cosas Burisma y la investigación de la intromisión electoral». Kiev, de hecho, llegó a sugerir una suerte de comunicado, pero a la Casa Blanca, y en especial a Giuliani, les pareció descafeinado: no mencionaba a los Biden de forma explícita y no subrayaba con grandes caracteres que todo aquello debía de enmarcarse en la lucha de los dos países contra la corrupción. Aquel papel, finalmente, fue abortado, pero una copia del mismo habría llegado a manos de los congresistas. La Fiscalía de Ucrania, entretanto, aseguró ayer que hará todo lo posible por husmear hasta el fondo de los casos de corrupción que puedan salpicar a la empresa del gas donde trabajó Biden. Incluidos aquellos cabos sueltos que en su momento dieron por buenos. De hecho, el Fiscal General de Ucrania, Ruslan Ryaboshapka, ha comentado que en este preciso momento estudia varios casos similares. Reunido con la Prensa comentó que su departamento auditará «todos los casos que fueron cerrados o desestimados por ex fiscales».

Esto incluye aquellos en los que pueda figurar Mykola Zlochevsky, dueño de Burisma. «Estamos revisando todos los casos que se cerraron o se dividieron en varias partes o se investigaron antes, para decidir si revertimos aquellos en los que hubieran podido tomarse medidas ilegales».

Entretanto, China se apresuró a informar que no tiene el más mínimo interés en mezclarse con las polémicas que salpican la vida política de EE UU. Una forma como otra cualquiera de correr un velo ante la petición formulada horas antes por Trump.