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EE UU

Trump celebra su primer año de mandato entre el triunfalismo y el escepticismo ciudadano

El presidente de EE UU también ha atribuido el fracaso republicano en Nueva York a que su nombre "no figuraba en la papeleta"

EEUU.- Trump atribuye la victoria demócrata en Nueva York y dos estados al cierre de Gobierno CONTACTO vía Europa PressEUROPAPRESS

Un año después de su sorpresiva victoria electoral, Donald Trump celebró el aniversario de su regreso a la Casa Blanca con un mensaje optimista y una narrativa de éxito que busca proyectar la imagen de un país en "una nueva era de prosperidad". Sin embargo, los datos económicos y el pulso político interno reflejan un panorama mucho menos dorado que el que describe el presidente.

En su discurso, Trump insistió en que "la inflación ha sido derrotada" y que la economía estadounidense vive "una edad de oro". En una entrevista reciente con 60 Minutes, minimizó la preocupación ciudadana por los altos precios en los supermercados y apeló a los mercados bursátiles como termómetro de bienestar: "Mirad los 401(k). La gente tiene 401(k). Los precios de los alimentos están bajando", aseguró. Pero los datos oficiales desmienten su optimismo: la inflación de los alimentos sigue en el 2,7 % anual y la inflación general asciende al 3 %, por encima del objetivo del 2 % de la Reserva Federal.

Un primer año frenético

El primer aniversario del segundo mandato de Trump llega tras doce meses de actividad frenética, marcados por decisiones controvertidas en política exterior, choques comerciales y un creciente descontento interno.

Desde el 20 de enero de 2025, el presidente ha retomado con fuerza su agenda nacionalista: abandonó de nuevo el Acuerdo de París sobre el clima, retiró a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y reactivó su cruzada comercial contra China, México y Canadá, imponiendo aranceles bajo el argumento de "emergencia económica". Estas medidas, aplaudidas por su base más fiel, dispararon tensiones diplomáticas y generaron advertencias de la Reserva Federal por sus efectos inflacionarios.

En política internacional, Trump ha tratado de combinar dureza con gestos mediáticos. En octubre, recibió en la Casa Blanca al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tras meses de frialdad en la relación bilateral. En el Caribe, ordenó una operación naval contra el crimen organizado y los cárteles vinculados a Venezuela, reafirmando su doctrina de "seguridad preventiva".

Economía: luces y sombras

A nivel interno, el balance económico es ambiguo. Aunque los mercados financieros han registrado subidas históricas -en buena medida impulsadas por el auge de las inversiones en inteligencia artificial-, el empleo se ha resentido. Los datos del verano mostraron una fuerte desaceleración en la creación de puestos de trabajo tras la entrada en vigor de los nuevos aranceles.

La situación se refleja también en la percepción ciudadana. En las elecciones estatales de 2025, los votantes que identificaron "la economía" como su principal preocupación se volcaron hacia los candidatos demócratas. En Virginia y Nueva Jersey, los demócratas Abigail Spanberger y Mikie Sherrill obtuvieron victorias decisivas frente a sus rivales republicanos, mientras que en California la propuesta progresista de redistribución fiscal (Proposición 50) fue aprobada con amplio margen.

Trump, que evitó hacer campaña para su partido antes de los comicios, se apresuró a deslindarse del mal resultado: "Yo no estaba en la papeleta", publicó en su red social Truth Social. A la mañana siguiente, en una reunión con senadores republicanos, atribuyó las derrotas a un prolongado cierre del gobierno -una explicación que pocos dentro del Capitolio consideraron convincente.

Tensión política y liderazgo cuestionado

El tropiezo electoral ha reavivado las dudas dentro del Partido Republicano sobre la capacidad del presidente para sostener una coalición ganadora. Analistas políticos coinciden en que Trump mantiene un magnetismo electoral cuando él mismo figura en la boleta, pero su influencia resulta tóxica para muchos candidatos locales.

Dentro de su administración, el estilo personalista y el enfrentamiento constante con los medios continúan siendo marca de la casa. La Casa Blanca ha endurecido su discurso contra el Congreso, la prensa y los tribunales, mientras refuerza su alianza con los grandes empresarios tecnológicos que se benefician de los incentivos fiscales.

En el frente social, el presidente ha relanzado una ofensiva antimigratoria: ha ordenado deportaciones masivas, restringido los visados humanitarios y promovido una polémica revisión de la ciudadanía por nacimiento. Organismos internacionales como Amnistía Internacional denuncian que sus primeras 100 días supusieron “una agresión sistemática a los derechos humanos y al Estado de derecho”.

La "edad de oro" que no llega

A un año de su retorno al poder, Trump reivindica su gestión como la de un líder restaurador. Sin embargo, los signos de fatiga económica, el aislamiento diplomático y la fractura política interna dibujan un cuadro más gris.

Su promesa de "América primero" ha reforzado la identidad nacionalista, pero ha dejado grietas en la economía doméstica y en la relación con los aliados tradicionales. En Europa se observa con inquietud su acercamiento a Rusia, mientras China y México responden a los aranceles con medidas espejo que afectan a la industria automotriz y agrícola estadounidense.

El optimismo presidencial contrasta con la realidad cotidiana: precios altos, empleo estancado y una sensación generalizada de incertidumbre. Según el último sondeo de AP VoteCast, más del 60 % de los estadounidenses considera que el país "va en la dirección equivocada".