Estados Unidos

Trump es ya el candidato imparable de los republicanos tras la caída de DeSantis

El ex presidente se enfrenta a Nikki Haley en las primarias de New Hampshire, donde también es favorito

Eric Trump, left, smiles as Former President Donald Trump thanks supporters who were cheering him on after a news conference, Thursday, Jan. 11, 2024, in New York.
Donald Trump Mary Altaffer AP

La acelerada caída de Ron DeSantis como aspirante para la nominación del Partido Republicano ha colocado prácticamente a Donald Trump como candidato inevitable para competir por la Casa Blanca en noviembre de este año contra Joe Biden. El empresario neoyorquino, envuelto en varios casos judiciales por presuntos delitos financieros y un caso por difamación, se enfrenta este martes a una nueva votación en las primarias de New Hampshire, donde parte con una considerable ventaja -de dos dígitos- sobre Nikki Haley , ex embajadora ante la ONU y ex gobernadora de Carolina del Sur, convertida en la única rival del empresario neoyorquino

En su despedida, DeSantis ha pedido el apoyo a Trump como el mejor candidato para enfrentarse a Biden, pero eso no significa necesariamente que sus votantes le hagan caso. Desde todos los puntos de vista, Trump es un rival mucho más formidable que en 2016, asegura The Washington Post, que recuerda que incluso hace ocho años, su competidor más cercano dentro del partido -el senador de Texas Ted Cruz- ganó solo 12 estados, muy por debajo de las victorias cosechadas por Trump.

La decisión del gobernador de Florida se produce tras ver cómo sus opciones de ganar a Trump se evaporaban cada vez más rápido. "Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle a Donald Trump otra oportunidad", dijo DeSantis al anunciar que tiraba la toalla. "Sus seguidores vieron cómo su presidencia se vio obstaculizada por una resistencia implacable, y ahora ven a los demócratas usando la justicia para atacarlo". Trump, que durante meses criticó de forma implacable a DeSantis, respondió este domingo con halagos a su rival: "Espero trabajar junto a él para vencer a Joe Biden, que es el peor y más corrupto presidente de la historia de nuestro país".

Ron DeSantis era hasta hace poco un candidato bien visto dentro de la élite del partido. En noviembre de 2022 fue reelegido gobernador de Florida, con más de 19 puntos de ventaja sobre su rival demócrata. En ese momento, el Partido Republicano dudaba del tirón de Trump tras unas decepcionantes elecciones de mitad de mandato en las que los republicanos no obtuvieron el resultado esperado. En ese contexto, la opción DeSantis ganó fuerza en las encuestas con un perfil que prometía lo mismo que Trump pero sin los aspavientos del ex presidente. Además, comenzaron a llegar fondos de donantes del partido y en primavera ya sumaba 130 millones de dólares cuando aún no había anunciado su candidatura.

La siguiente parada donde Haly y Trump medirán sus fuerzas es New Hampshire, donde la candidata se ha volcado con la esperanza de que su perfil moderado y el apoyo que ha recibido del gobernador estatal, Chris Sununu, le permita plantarle cara a Trump. Si sobrevive a los sondeos (50% para Trump y 39% para ella), después vendrá Carolina del Sur, el estado donde Haley fue gobernadora. Pero los sondeos indican que incluso allí será una "clara perdedora" debido a la popularidad del ex presidente. Analistas estadounidenses creen que si Haley no gana en New Hampshire, la presión de dirigentes republicanos exigiendo que abandone la carrera presidencial será cada vez más estruendosa.

De momento, el equipo de Trump ya está disparando toda su potencia de fuego contra Haley con ataques sobre su visión en materia fiscal, Seguridad Social, inmigración y política internacional. Senadores y gobernadores republicanos quieren cerrar cuanto antes el proceso de primarias para que Trump pueda centrarse en la campaña contra Biden y reparar y fortalecer la agrietada estructura del partido republicano, dividido en algunos temas de calado como el apoyo de EEUU a Ucrania en la guerra contra Rusia.

Además, las elecciones presidenciales de 2020, las de mitad de mandato de 2022 y otras contiendas de 2023 mostraron la incapacidad de Trump para movilizar a los votantes republicanos a gran escala y ganarse en el apoyo de los votantes independientes, que son los que finalmente decidirán el resultado de las elecciones el próximo mes de noviembre, sostiene el analista Alexander Widman.