Política

El Gobierno de Donald Trump

Trump reacciona a los paquetes bomba cargando contra la Prensa

El ex vicepresidente Biden y Robert De Niro se suman a la lista de objetivos de los explosivos

El presidente norteamericano, Donald Trump, hoy en la Casa Blanca /Foto: Reuters
El presidente norteamericano, Donald Trump, hoy en la Casa Blanca /Foto: Reuterslarazon

El ex vicepresidente Biden y Robert De Niro se suman a la lista de objetivos de los explosivos

Mientras el FBI, los servicios secretos y las policías locales y estatales de varios estados investigaban la procedencia de los paquetes bomba, la clase política estadounidense aprovecha para pavimentar el camino a las elecciones del próximo 6 de noviembre. A base de acusaciones basadas en corazonadas, pálpitos y especulaciones.

Abundan los políticos demócratas, y los analistas, convencidos de que la retórica trumptiana, sus continuos ataques a destacados rivales políticos, y por supuesto su insistencia en denigrar al grueso del periodismo, pavimenta el camino del odio y hasta podrían explicar las motivaciones de los terroristas. Entre los destinatarios de los paquetes explosivos, rudimentarios pero plenamente efectivos, figuran Hillary Clinton, Barack Obama, Eric Holder, George Soros Debbie Wasserman-Schultz, Joe Biden. También el actor Robert De Niro, inclemente con Trump.

«La seguridad es mi prioridad más importante», dijo Trump ante los periodistas, para a continuación referirse a la investigación conjunta liderada por el FBI, los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional y el servicio secreto, y prometer que los responsables acabarán delante de los jueces. Horas más tarde, en un mitin en Wisconsin, preguntaba la audiencia si no había observado lo bien que nos estamos portando. Se refería a que todavía no se había referido a la prensa en los términos que acostumbra.

Pero a primera hora del jueves escribió que «Una gran parte de la ira que vemos hoy en nuestra sociedad está causada por los reportajes deliberadamente falsos e inexactos de los principales medios de comunicación a los que me refiero como Fake News. [Su comportamiento, su ética] ha degenerado tanto y es tan odiosa que está más allá de toda descripción. La prensa mainstream debe limpiar su hoja de servicios. ¡RÁPIDO!».

Las críticas fueron instantáneas. Entre otras cosas porque uno de los objetivos de los terroristas ha sido la cadena de televisión CNN, que recibió una carta bomba en su sede junto a Columbus Circle, en South Central Park, Nueva York. «Deje de culpar a los demás», ha respondido el ex director de la CIA John O. Brennan, «Mírese en el espejo. Su retórica inflamatoria, insultos, mentiras y disculpas de la violencia física son vergonzosos. Compórtese. Intente actuar con maneras presidenciales. El pueblo estadounidense se merece algo mucho mejor».

Los líderes del partido demócrata en el Congreso y el senado, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, publicaron un comunicado conjunto en el que recordaron la importancia del trabajar por el pueblo estadounidense. Un juramento que, según ellos, Trump traiciona cada vez que se muestra tolerante con la violencia física y divide a los estadounidenses con sus palabras y sus acciones. Citan «el apoyo que brindó al congresista que golpeó a un reportero, a los neonazis que mataron a una joven en Charlottesville y a sus partidarios en los mítines cuando se muestran violentos con los manifestantes». Inmediatamente Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, respondió que «el presidente no es responsable de enviar paquetes sospechosos a nadie, no más de lo que pudo serlo Bernie Sanders de que un partidario suyo disparase en un partido de béisbol el pasado año a un grupo de republicanos». Por si fuera poco un destacado comentarista de la cadena Fox, Lou Dobbs, tildó de montaje los atentados, preguntándose de paso a quién beneficiaban.

Mientras unos y otros insisten en acusarse de agitar el avispero y fomentar la violencia, los investigadores recalcaron que la alarma está lejos de desactivarse. Todavía era posible que aparecieran nuevos paquetes.

Y aunque sigue sin saberse quien podría estar detrás de los envíos, parece descartarse, al menos de momento, la posibilidad de una conexión con grupos terroristas internacionales. Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, incluso comentaba la hipótesis de que se trate de algo así como un nuevo Unabomber.