Partido Republicano
Trump se juega su capital político en Alabama
Respalda sin fisuras al candidato al Senado Roy Moore, acusado de abusos sexuales.
Respalda sin fisuras al candidato al Senado Roy Moore, acusado de abusos sexuales.
Todos los focos estaban ayer puestos en la elección especial al Senado por Alabama. En el ojo del huracán, Roy Moore, quien afronta varias acusaciones por acoso sexual y que ayer llegó al centro de votación con sombrero de vaquero, a lomos de su caballo Sassy y acompañado por su esposa Kayla. Para él no es más que otra «tradición familiar». Los habitantes de Alabama acudieron ayer a las urnas en una elección que podría pasarle factura al presidente Donald Trump, pues ha respaldado a Moore a pesar de las demandas por parte de menores de edad.
Moore, de 70 años y ex jefe del Tribunal Supremo de Justicia de Alabama, lucha contra el ex fiscal Doug Jones, un demócrata de 63 años. Jones esperaba ayer arrebatarle la victoria a Moore en este profundamente conservador Estado sureño. El desenlace pondrá a prueba a Trump, que lleva prácticamente un año en el cargo con una aprobación en mínimos históricos. Una victoria de Moore fortalecerá a Trump dentro del Partido Republicano, donde algunos de sus líderes no han respaldado a Moore. Por el contrario, una victoria de Jones podrá significar problemas para el presidente entre su populista base política. Además, reducirá la mayoría republicana en el Senado (52-48, ahora), que ya es mínima, y posiblemente hará más difícil al presidente avanzar su agenda política.
Las acusaciones sexuales contra Moore llegan en plena oleada en EE UU contra el acoso sexual ejercido por unos 40 famosos, empresarios y políticos, incluido el propio Trump. Los demócratas han señalado que si Moore gana, tratarán de retratar a los republicanos como insensibles respecto a las preocupaciones de las mujeres.
Los colegios abrieron a las 7 de la mañana, hora local, en estas elecciones especiales para elegir el asiento que ha dejado vacío el republicano Jeff Sessions, que se convirtió en el Fiscal General de Estados Unidos al inicio de la Administración Trump. De no ser por las acusaciones, Moore hubiera tenido un camino de rosas y habría sido elegido sin problemas. Pero en las últimas semanas, al menos ocho mujeres le han acusado de abusar de ellas en la década de 1970, cuando algunas de ellas eran aún menores de edad. Por lo que en la recta final de la campaña sus ayudantes de extrema derecha, entre los que destaca Steve Bannon, ex jefe de Estrategia de Trump, no han dudado en cargar contra todo lo que se ponía por delante para hacer que los votantes se decantasen ayer por Moore. Incluso sacaron artillería contra el veterano senador de Alabama Richard Shelby, quien anunció el fin de semana que no votaría por su compañero de partido.
Con tanto en juego, las grandes figuras de ambos partidos se emplearon al máximo. Trump utilizó Twitter, su medio favorito, para comunicarse con los votantes. «Roy Moore siempre votará con nosotros. VOTA A ROY MOORE», pidió Trump ayer a través de la red social en la que también cargó contra Jones. En el Partido Demócrata, el ex presidente Barack Obama y su ex vicepresidente Joe Biden grabaron diferentes mensajes telefónicos, típicos en las grandes campañas, con los que pedir a los votantes que se decantasen por su candidato liberal.
Ayer en la localidad de Gadsden, Louis Loveman, de 73 años, un bibliotecario jubilado y que se define a sí mismo como «republicano de toda la vida», reconoció que votó por Jones. «Es simple: no me fío de Roy Moore». «Tiene demasiadas acusaciones en el aire y cuando el río suena agua lleva. Nunca antes había votado por un demócrata hasta ayer», manifestó Loveman a Reuters.
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