
Relación bilateral
El "trumpismo" cree que Reino Unido es un país en decadencia y esta es su receta para arreglarlo
Personajes como Steve Bannon consideran que el país Gran Bretaña estaría "al borde de una guerra civil" y necesita un impulso económico y moral
La visita de estado de Donald Trump a Reino Unido ha devuelto la armonía a la relación bilateral con Estados Unidos, pero no ha conseguido mitigar el malestar que existe entre figuras prominentes del movimiento MAGA (Make America Great Again), com Elon Musk, con las políticas del gobierno laborista de Keir Starmer. Musk se conectó online el domingo pasado desde California con una gran manifestación antiinmigración en Londres en la que participaron casi 150.000 personas y animó a sus seguidores ingleses a derribar el parlamento británico. El propio Trump se suele quejar de que Reino Unido está lleno de parque eólicos y arremete con frecuencia contra el "pésimo" alcalde de Londres, Sadiq Khan.
Según la narrativa de Musk, del vicepresidente JD Vance y del ex asesor de Trump Steve Bannon, Reino Unido ya no es la potencia que fue. En Washington se repite la idea de una "Gran Bretaña rota", marcada por la inmigración masiva, la delincuencia en ciudades como Londres y la supuesta censura en el ámbito público. Preguntas como “¿Se puede tuitear libremente en el Reino Unido?” o “¿Es seguro caminar por Mayfair de noche?” se han convertido en habituales entre figuras vinculadas al trumpismo, según explica la periodista Katy Balls en The Times.
Para Steve Bannon, Reino Unido estaría “al borde de una guerra civil” y necesita un impulso económico y moral que, en su visión, solo puede venir de Estados Unidos. JD Vance, una de las voces más influyentes en el movimiento, lo expresó en la Conferencia de Seguridad de Múnich: la mayor amenaza para Europa no son Rusia ni China, sino las políticas internas que, a su juicio, debilitan a sus democracias. Bannon y otros pensadores conservadores del movimiento MAGA han descrito al Reino Unido como un país que está siendo "invadido" por inmigrantes, con una mención particular a los musulmanes, lo que, según ellos, está provocando una inminente guerra civil.
El mensaje es claro: “hacer a Gran Bretaña grande otra vez”, siguiendo el modelo de resistencia cultural y política de MAGA en EEUU. Para ello, el trumpismo ya está desplegando mecanismos concretos para influir. Hasta el momento, delegaciones diplomáticas del Departamento de Estado han viajado a Europa para investigar casos de presunta censura en Reino Unido. Elon Musk ha respaldado públicamente a personajes como Tommy Robinson, vinculando su defensa de la libertad de expresión con el proyecto de un Reino Unido “renovado”. Nigel Farage ha asumido el papel de “primer amigo” de Trump en suelo británico, alineando a parte del discurso populista británico con el ideario Maga. Incluso símbolos como gorras con el lema “Make Britain Great Again” ya han aparecido en eventos políticos en Londres.
En la prensa británica se publica estos días que existe dentro del Departamento de Estado estadounidense la denominación de “proyecto especial” para referirse a Reino Unido, un país clave que debe recuperarse para garantizar la fortaleza del bloque occidental. Bajo esta lógica, un Reino Unido estable, conservador y fortalecido en lo económico sería también un aliado más fuerte para Estados Unidos.
El 2026 se cumplirá el 250º aniversario de la independencia estadounidense, lo que se ve como un momento simbólico para contrastar la pujanza estadounidense con la supuesta decadencia británica. Para el líder laborista Keir Starmer, que hoy se reunirá con Trump, la prueba será mantener la amistad transatlántica sin ceder a las presiones políticas del trumpismo. Entre tanto, figuras como Musk y Bannon siguen empujando la idea de que Reino Unido es la “próxima ciudadela de Occidente” que debe ser reconstruida, al estilo Maga, para no perder su papel histórico en el mundo.
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