Política

Guerra en Ucrania

Ucrania, sociedad anónima

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Desde que Víktor Yanukovich comenzó su ascenso político, especialmente a partir de 2010, cuando accedió a la Presidencia, su familia se ha convertido en multimillonaria, una de las más ricas de Ucrania. Un enriquecimiento especialmente escandaloso en medio de la grave crisis financiera que atraviesa el país. Además, a diferencia de su vecino y valedor Vladimir Putin, el clan Yanukovich no se molesta demasiado en disimularlo. Su enriquecimiento ilícito es un asunto bien conocido por la opinión pública nacional, uno de los muchos motivos de indignación que empuja desde hace ya dos meses a los ucranianos a salir a la calle. La carrera política de Yanukovich, que pasó dos veces por prisión durante su juventud por delitos menores, despegó a finales de los noventa, cuando fue nombrado gobernador de su región natal, Donetsk, centro de la industria pesada del país.

En 2004, el ex presidente Leonid Kuchma le nombra primer ministro. Yanukovich compensa su escaso carisma y capacidad oratoria con una gran habilidad para moverse dentro del aparato del partido y granjearse el apoyo de la oligarquía ucraniana, en buena parte arraigada en Donetsk, una de las regiones más prósperas y también más corruptas del país. Se trata de un político de la vieja escuela soviética, desconfiado, convencido de las relaciones jerárquicas verticales. Estos atributos, junto al respaldo del Kremlin, le sirvieron para capitalizar la decepción popular por la Revolución Naranja y alzarse a la Presidencia del país en las elecciones de 2010. Paradójicamente, una de sus principales promesas electorales fue una lucha «despiadada» contra la corrupción.

Con el paso del tiempo, conforme Yanukovich ha ido escalando en la política, se ha acelerado el proceso de enriquecimiento propio y de su familia. El hijo menor fue elegido diputado de la Rada con sólo 25 años y dedica su tiempo a organizar carreras de coches, aunque es el hijo mayor, Oleksander, de 40 años de edad y que antiguamente trabajaba como dentista, el verdadero cerebro de los negocios de la familia. Casi de la noche a la mañana se convirtió en uno de los empresarios más influentes del país, dirigiendo un vasto conglomerado empresarial (MAKO) con ramificaciones en la mayoría de los principales sectores de la economía del país. Este ascenso súbito le ha granjeado al clan la enemistad de algunos de sus antiguos valedores en la oligarquía, cuyos intereses se han visto afectados.

Los primeros pasos empresariales de Oleksander fueron modestos, en la construcción, levantando urbanizaciones y complejos hoteleros en la región de Donetsk sobre terrenos comprados a precio de saldo.

Pero desde que Yanukovich padre accedió a la Presidencia, la familia hace negocios a lo grande. Gracias al control de la Justicia, de la agencia tributaria y de las autoridades reguladoras de los respectivos organismos al frente de los cuales Oleksander ha colocado gente de su entorno (en algunos casos insultantemente jóvenes), el conglomerado Yanukovich pudo chantajear a grandes empresas nacionales para posteriormente comprarlas por debajo de su valor real. Es el caso del Banco Ucraniano de Desarrollo, del que Oleksander adquirió el 100% del accionariado en enero de 2011, sólo dos meses después de nombrar presidente del Banco de Ucrania a su amigo Sergei Arbuzov. Desde entonces, el banco ha multiplicado su tamaño por siete. «La Familia» posee también Ukrtelecom, la principal operadora de telefonía, y varias minas de extracción de carbón en la región de Donetsk, aunque la construcción se mantiene como uno de los sectores estrella, pues lógicamente gana todos los concursos públicos en los que compite. La revista Forbes calcula que la fortuna de Oleksander ascendía a cerca de 400 millones de euros, cuando en 2010, antes de la llegada de su padre a la Presidencia, su patrimonio no llegaba ni a cuatro.