Política

Guerra en Siria

Un galardón cargado de polémica

La Razón
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A FAVOR

Aliento para la paz

Paul Walker. Director Green Cross Internacional

- ¿Cuál es la labor principal de la OPAQ para que se merezca un Nobel del Paz?

–Es un magnífico premio, bien merecido para la OPAQ. Reconoce más de 16 años de trabajo de inspección, verificación y de irreversible eliminación de todo tipo de armas de destrucción masiva.

- ¿Tiene la OPAQ un papel diplomático?

-Sí, la principal labor de la OPAQ es establecer un mundo libre de armas químicas y asegurar que esos mortíferos agentes no reaparezcan en el futuro. Para ello, los regímenes abolicionistas deben comprometerse a ser inspeccionados, hacer informes y asistir a la Conferencia anual en La Haya. Esto requiere una enorme habilidad diplomática en un entorno multilateral. Con la firma de Siria, ya sólo faltan seis países en el mundo que ratifiquen la Convención de Armas Químicas.

- ¿Debe el mundo celebrar este premio?

–Sí, éste es un momento histórico para la seguridad global, la paz y el desarme. El Premio Nobel de la Paz para la OPAQ es un merecido reconocimiento al duro y dedicado trabajo de cientos de personas de muchos países durante las últimas dos décadas. Y mi galardón el mes pasado, «el Nobel alternativo», el Right Livelihood, para ONG que se esfuerzan en limpiar el mundo de armamento químico, es otro ejemplo de la importancia que tiene el desarme.

Un premio muy oportuno

Eva Suárez, directora adjunta de Amnistía Internacional España

-¿Qué significa este premio? ¿Es un galardón que va más allá de la labor de los últimos meses de la OPAQ en Siria?

-Este premio se produce también en el vigésimo aniversario de la Convención de la Prohibición del uso de armas químicas. Quizá tenga una relación directa con la decisión. En cualquier caso, desde Amnistía Internacional pensamos que es un premio merecido y sobre todo para recordar a la comunidad internacional que no todo vale en la guerra, que hay normas y cosas que no se pueden usar bajo ninguna circunstancia como el uso de armas químicas. En este sentido, este premio es muy oportuno recordando que la prohibición de armas químicas es absoluta y la comunidad internacional tiene una responsabilidad sobre ello.

-No obstante, estando en el contexto de Siria, es importante recordar que en Siria la mayoría de las muertes que se están produciendo, los cientos de miles de fallecidos en los dos últimos años se ha debido por armas convencionales. Hay gravísimos crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad que se están produciendo en Siria, por lo que simplemente recordar, que este foco de armas químicas no nos haga olvidar las atrocidades que se están cometiendo con armas convencionales.

EN CONTRA

Un absurdo en plena guerra

Lee Smith. Investigador del Instituto Hudson

- En el contexto de la guerra siria, ¿es un buen momento para dar el Premio Nobel de la Paz a la OPAQ?

–No sé exactamente por qué se lo han dado. Me parece que es un momento un poco raro para galardonar a la OPAQ, porque el conflicto sirio continúa.

- ¿La Administración Obama está satisfecha con el Premio?

–Sí, ha emitido un comunicado felicitando a la OPAQ. El secretario de Estado, John Kerry, asegura que «el mundo no se olvidará jamás de los más de 1.000 sirios que fallecieron en agosto». Pues bien, los muertos por armas químicas sólo han sido una minoría en comparación con los más de 100.000 fallecidos por armas convencionales desde 2011.

- ¿Le recuerda al Nobel de la Paz de Obama?

–Totalmente. Yo no quiero criticar a esta organización ni a los premios Nobel, pero darle el Premio Nobel de la Paz a Obama cuando no llevaba ni un año en el Gobierno es como lo de ayer. La Organización para

la Prohibición de las Armas Químicas todavía no ha presentado resultados en Siria.

- ¿Se ha dejado al margen a las víctimas del conflicto sirio y del ataque del 21-A?

–Es que me parece absurdo. Realmente es una vergüenza que se dé un Nobel de la Paz en plena guerra.