Turquía
Un líder sin oposición
- ¿Por qué Erdogan era el candidato indiscutible?
–Erdogan ganó las elecciones locales del 31 de marzo con el 42,8% del voto. Su sólida campaña, sustentada en los medios de comunicación estatales, podría alcanzar altos porcentajes de apoyo en estos comicios. Su principal competidor, Ekmeleddin Ihsanoglu, no suponía un desafío creíble; no ha recibido el apoyo tanto del núcleo duro de los seculares como el de los conservadores religiosos. Erdogan se apoya en una economía fuerte que condiciona la elección de muchos votantes en favor del mantenimiento del statu quo.
- ¿Hasta qué punto es importante la figura del presidente en Turquía? ¿Tiene un poder de decisión real?
–Turquía es una república parlamentaria. Sin embargo, la influencia de Erdogan, en especial sobre su partido, le ayudará a sacar el máximo provecho de la actual Constitución. Según establece la Carta Magna, puede presidir el consejo de ministros, algo que sucede muy raramente. La clave reside en la elección del primer ministro que sucederá a Erdogan. Es probable que tenga un perfil bajo y que se dedique a ejecutar más que a ejercer como peso pesado.
- ¿Aumentará la polarización social con Erdogan como presidente?
–Hay una parte de la población que se opone a Erdogan por su estilo autoritario y su compromiso con los valores conservadores. Ahora bien, si Erdogan impulsa un cambio constitucional para instaurar un régimen presidencial, la polarización crecerá una vez más. Y al contrario, si Abdula Gul se hace con el cargo del primer ministro y el liderazgo del AKP, eso rebajará las tensiones.
- ¿Es el modelo de Erdogan Ataturk, el padre de la república turca? ¿Es una buena estrategia acercarse a esta figura?
–Erdogan quiere ganar al nacionalismo dominante. A los conservadores quizá no les guste el secularismo radical de Ataturk, pero aprecian en su figura a alguien que defendió a Turquía en un mundo hostil. La asimilación de Ataturk es un intento de ganarse a una parte de los seculares, una decisión difícil. No hay que olvidar que Erdogan y el AKP hablan mucho de 2023 –fecha en la que se cumple el centenario de la república turca– como horizonte de las aspiraciones del país, entre ellas la de convertirse en la décima economía más grande del mundo. De nuevo, es una referencia a Ataturk como símbolo de la fortaleza turca más que una muestra de secularismo.
* Experto en Turquía y en el sureste Europeo (ex ECFR). Preguntas elaboradas por Esther S. Sieteiglesias
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