Austria
Un ultra y un ecologista se disputan el poder en Austria
Norbert Hofer, favorito en los sondeos, podría convertirse hoy en el primer líder de extrema derecha en presidir un país de la Unión Europea
Norbert Hofer, favorito en los sondeos, podría convertirse hoy en el primer líder de extrema derecha en presidir un país de la Unión Europea
En la próspera y tranquila república alpina de Austria se fragua un terremoto político cuyas réplicas sacudirán al resto de Europa. Por primera vez desde los años cuarenta, un ultraderechista puede convertirse en presidente de un país europeo si los 6,4 millones de austriacos con derecho a voto dan hoy su confianza a Norbert Hofer en la segunda vuelta de las presidenciales. Este ingeniero aeronaútico de 45 años se bate en las urnas con el ecologista de 72 años Alexander Van der Bellen tras barrer en la primera vuelta a los candidatos de los dos partidos tradicionales –los socialdemócratas (SPÖ) y los conservadores (ÖVP)– por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial.
Un sondeo de Gallup para el diario «Osterreich» concede la victoria a Hofer con el 53% de los votos, frente al 47% de Van der Bellen. Ambos «outsiders» recogen el hartazgo con el «establishment» político que recorre el Viejo Continente de norte a sur. Como es propio entre la extrema derecha de otros países de la UE, Hofer ha limado el discurso del Partido Liberal (FPÖ) con el fin de seducir al electorado. Este «ultra con piel de cordero», como gusta llamarle la prensa austriaca, ha abandonado las referencias xenófobas y antisemitas propias del líder del partido, Christian Strache, para abrazar la protección social y el poder adquisitivo, supuestamente amenazados por la avalancha de refugiados que llegaron a Austria el año pasado.
«El servicio de empleo austriaco debe atender primero a los austriacos. Un presidente toma decisiones para todos, también para los que acaban de llegar al país, pero en primer lugar para los austríacos», se despacha Hofer, que promete blindar las fronteras frente a los extranjeros. El vicepresidente del FPÖ se autodefine como un «protector de Austria» frente a la supuesta islamización y justifica la venta de armas en «estos tiempos de incertidumbre». «El islam no es parte de Austria y si mantenemos nuestra política en el año 2050 la mitad de los menores de 0 a 12 años de todo el país serán musulmanes. No quiero que Austria sea un país de mayoría musulmana», proclama en sus mítines. Hofer ha protagonizado una campaña chovinista y nacionalista en la que ha llegado a llamar a su rival «fascista verde» por sugerir que, si llega al Palacio de Hofburg, disolverá el Parlamento para propiciar la llegada al poder de los populistas de derechas, que hoy lideran las encuestas con un 30% de votos.
Lo cierto es que el aspirante del FPÖ no parece estar dispuesto a contentarse con las tradicionales funciones protocolarias propias del jefe de Estado austriaco, sino que promete ser un «presidente activo» que protagonizaría una difícil «cohabitación» con el Gobierno ente el SPÖ y el ÖVP. Anticipándose a los acontecimientos, los socialdemócratas nombraron esta semana a Christian Kern como canciller y líder del partido tras la dimisión de Werner Faymann.
En las antípodas políticas de Hofer, se encuentra Alexander Van der Bellen, que se presenta como independiente tras haber sido líder de Los Verdes entre 1997 y 2008. Este profesor de Economía con fama de honesto, fumador empedernido y amante de los coches se ha convertido en el referente de todos los austriacos que quieren frenar como sea a la extrema derecha. Pese a la derrota que le auguran las encuestas, confía en dar la sorpresa y beneficiarse del «efecto Kern», dado que el nuevo canciller ha pedido abiertamente votar por él.
Los electores han mostrado la tarjeta amarilla a los partidos que han dominado la vida política de la II República austriaca. Ya en las pasadas elecciones federales de 2013, socialdemócratas y conservadores sufrieron un fuerte correctivo y la Gran Coalición sumó un ajustado 51% de votos. De no cambiar las cosas de aquí a 2018, se arriesgan a recibir la definitiva tarjeta roja.
Norbert Hofer: el lobo con piel de cordero
Tiene 45 años, es padre de cuatro hijos y ha sido, hasta ahora, vicepresidente tercero del Parlamento austriaco. Se graduó en Eisenstadt como ingeniero aeronáutico. En 1990 sirvió durante un año como soldado en la frontera húngara. Desde 1991 trabajó como ingeniero para una compañía aérea, antes de iniciar en 1994 su carrera política. Es militante del FPÖ desde hace dos décadas y proviene de una familia de clase media. Nació en Pinkafeld.
Alexander Van der Bellen: un docente «verde» fan de los coches
Este economista y político austriaco de 72 años fue miembro del Partido Socialdemócrata de Austria. Pasó su infancia en Tirol y se doctoró en 1970 en Económicas en la Universidad de Innsbruck. De 1990 a 1994 fue decano de la facultad de Ciencias Sociales y de Económicas de la Universidad de Viena. En 1994 fue elegido miembro del Consejo Nacional de Austria para Los Verdes y desde 1997 hasta 2008 fue su portavoz federal.
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