Estados Unidos
Una transición caótica
Trump fulmina a Chris Christie y Mike Rogers influido por su yerno, mientras Eliot Cohen y Ben Carson rechazan un puesto en el Gabinete
Trump fulmina a Chris Christie y Mike Rogers influido por su yerno, mientras Eliot Cohen y Ben Carson rechazan un puesto en el Gabinete
Aún no se ha instalado en la Casa Blanca y la Administración Trump ya es un caos. El magnate contrata y despide asesores a golpe de rabieta y su equipo de transición ya cuenta con más bajas que altas. Políticos conservadores que le habían mostrado su apoyo durante la campaña y que contaban con tener un buen puesto en su Gobierno en caso de que el magnate conquistara el Despacho Oval han visto cómo su sueño se desvanecía. Entre las purgas de Trump se encuentra Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey y quien se suponía iba a tener un rol clave en la transición. Tras ser relegado inicialmente a un segundo puesto en el equipo liderado por el vicepresidente Mike Pence, en la madrugada del martes fue fulminado. Tras esta decisión se encontraría un hombre de máxima confianza de Trump, su yerno, Jared Kushner, cuyas decisiones no cuestiona ni el mismísimo presidente electo. Kushner incluso le hizo firmar a Christie un documento de confidencialidad para evitar que filtrara la información que el gobernador tiene en su poder y que podría ser una auténtica bomba informativa. El «yernísimo» también quiso que cayeran todos los aliados de Christie, entre ellos, el ex congresista Mike Rogers, al que se había prometido la dirección de la CIA.
Kushner tenía en su punto de mira al gobernador de Nueva Jersey desde 2004, cuando Christie, entonces fiscal, estuvo al frente del caso contra su padre, Charles, por evasión, soborno a un testigo y donaciones ilegales a campañas. La sentencia: culpable de todos los cargos. Las consecuencias de esta condena fueron devastadoras para este promotor inmobiliario, que incluso contrató a una prostituta para que sedujera al marido de su hermana, grabarlo en vídeo y así chantajear a su hermana para que no testificase contra él en un juicio.
A estas dos bajas sonadas también se suman las de Matthew Freedman, experto en política exterior y defensa, así como el plantón de Ben Carson, quien se sumó a Trump tras competir con él en las primarias republicanas y que, a diferencia del resto, se ha bajado por su propio pie del equipo. Otra baja voluntaria ha sido la de Eliot Cohen, quien ejerció de asesor de Condoleezza Rice, y que ha dicho «no» al magnate». Además, Cohen ha sugerido a sus íntimos que den la espalda al presidente electo. Este reputado analista se marcha tras el fichaje del populista Stephen Bannon como asesor principal.
En medio de este caos que más bien recuerda a uno de los «reality shows» que otrora protagonizó el empresario, la Torre Trump, situada en la Quinta Avenida de Nueva York, era un hervidero. Establecida como cuartel general del equipo de transición, la Prensa observaba al detalle quién entraba y salía de los despachos. Por su parte, Trump retransmitía vía Twitter los avances y, por supuesto, desmentía las informaciones sobre su caótica gestión transitoria. «Está siendo un proceso muy organizado mientras decido quiénes integrarán mi Gabinete y otros cargos», dijo. «Soy el único que sabe quiénes son los finalistas», anunció el presidente electo a modo de avance televisivo.
El magnate también informó vía redes sociales que varios líderes internacionales se han puesto en contacto con él y que están deseando «conocerle». Aprovechó también para criticar a los medios que no le hacen trajes a medida y desmentir las informaciones que apuntan a que sus hijos estén recibiendo información clasificada. Estaba previsto que a última hora de ayer diera a conocer la composición de su Gabinete.
El perfil / Jared Kushner
Un yernísimo sin escrúpulos
No le gustan las cámaras ni los periodistas. Lo suyo es jugar entre bambalinas. El marido de Ivanka Trump, Jared Kushner (Nueva Jersey, 1981), se ha convertido en uno de los hombres fuertes de Trump, su suegro y ahora presidente. A sus 35 años, posee más de 20.000 viviendas, 560.000 metros cuadrados en Manhattan y es dueño del diario «The New York Observer», que adquirió en 2006 por diez millones de dólares. Hijo de emigrantes polacos judíos ortodoxos, su apellido ha sido objeto de varios escándalos. Jared, pese a ser un pésimo alumno, consiguió una plaza para estudiar en Harvard tras una donación de su padre por valor de 2,5 millones de dólares.
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