
Aranceles
Von der Leyen pospone las contramedidas a los aranceles de Trump hasta agosto
Bruselas ha vuelto a suspender las represalias valoradas en 21.000 millones euros
Tras haber digerido la carta enviada este sábado por parte de Donald Trump, Bruselas se inclina por la estrategia del apaciguamiento y la mano tendida. Este lunes por la noche expiraba el plazo para la entrada en vigor de las medidas acordadas por los Veintisiete en el mes de abril en respuesta a los primeros aranceles de Trump del 25% al acero y al aluminio. Pero la Comisión Europea ha decidido volver a suspender la entrada en vigor de estas represalias hasta el día 1 de agosto y dar una oportunidad al diálogo.
"Estados Unidos nos ha enviado una carta con medidas que entrarán en vigor a menos que se alcance una solución negociada. Por ello, también extenderemos la suspensión de nuestras contramedidas hasta principios de agosto", ha declarado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen este domingo.
Este pasado sábado, el presidente de Estados Unidos envió una carta dirigirá a Von der Leyen en la que amenaza con un arancel del 30% a todos los productos europeos, que se sumaría a las tarifas sectoriales. En esta misiva, publicada en la red social Truth, también se avisaba al bloque comunitario contra posibles subidas arancelarias de respuesta, ya que "la cantidad que elija para aumentarlos se añadiría el 30 % que cobramos".
Sanciones por valor de 21.000 millones de euros
Estados Unidos aplica actualmente aranceles del 25% a los coches, el 50% al acero y al aluminio y el 10% a todas las demás importaciones. Antes de esta carta del sábado, también había amenazado con un 50% a los automóviles. Esto último supone una declaración de guerra de la todopoderosa industria alemana.
El pasado mes de abril, los Veintisiete acordaron la puesta en marcha de un primer paquete de sanciones valorado en 21.000 millones de euros y que apunta a productos icónicos del modo de vida estadounidense como la soja, los pantalones vaqueros o las motos Harley-Davidson. Tras la primera tregua comercial que expiraba el pasado 9 de julio, la UE decidió suspender la entrada en vigor de estos castigos y ahora ha vuelto a hacer lo mismo después de que el inquilino de la Casa Blanca haya vuelto a anunciar un paréntesis que, si no se producen nuevos cambios, termina el 1 de agosto.
Este lunes se reúnen los ministros de Comercio de los Veintisiete en la capital comunitaria y será la primera vez que podrán analizar con detenimiento la carta de Trump. Todo ha cambiado en apenas unos días. La semana pasada, todo indicaba que el principio de acuerdo entre la UE y Estados Unidos estaba a punto de caramelo. En las últimas semanas, Bruselas había negociado un pacto que supone una imposición del 10% por parte de Estados Unidos a todos los productos europeos a cambio de algunas excepciones en bienes sensibles. No parecía la mejor solución, pero sí la óptima en este momento. Hace meses, Bruselas propuso a Washington un acuerdo recíproco de tarifas 0 en bienes industriales, pero Estados Unidos se negó a esta posibilidad, ya que quería, además, que la UE rebajara sus estándares medioambientales, sanitarios e incluso que no cobrara el IVA.
Después de que fuera imposible llegar a un acuerdo, los Veintisiete parecían haberse resignado a este principio de acuerdo del 10% a todos los productos, muy parecido al que Trump ha pactado con Reino Unido. La carta supone un jarro de agua fría, ya que esta misiva triplica este arancel hasta el 30%. Pero la gran pregunta es hasta qué punto el inquilino del Despacho Oval cumplirá sus amenazas o si solo va de farol. Y cuál será la respuesta de los Veintisiete si esta contienda comercial se recrudece.
Kallas recuerda que la UE "tiene las herramientas para defender sus intereses"
"La UE siempre ha buscado una solución negociada. Pero si es necesario también tiene las herramientas para defender sus intereses", ha asegurado la máxima representante de la diplomacia comunitaria, Kaya Kallas, en una entrevista al diario francés Tribune Dimanche.
La ex primera ministra de Estonia ha recordado que "en el sector de los servicios, Europa está en una posición de fuerza". Desde hace meses, en los pasillos comunitarios se baraja la posibilidad de activar por primera vez el denominado instrumento anti-coerción, aprobado en 2023 y que nunca ha entrado en vigor. Fue ideado para hacer frente a los chantajes comerciales por parte de China, pero nadie descarta que pueda utilizarse en el caso de Estados Unidos.
Entre las medidas previstas en esta nueva herramienta, se contemplan no solo el aumento de aranceles sino también restricciones a las importaciones y a la inversión extranjera directa en la UE o contramedidas en el ámbito de las licitaciones, que incluyen la exclusión de proveedores, mercancías o servicios. Este amplio abanico de posibilidades golpearía a Estados Unidos ahí dónde más duele: los grandes gigantes tecnológicos y los servicios financieros. Los amos de Wall Street y Silicon Valley saldrían magullados de esta batalla.
Pero aún es pronto para saber si los Veintisiete se atreverán a utilizar esta bala que tienen en la recámara. De momento, la UE recuerda una y otra vez a Trump que esta guerra comercial no beneficia a nadie y apuesta por la cabeza fría. Aparte de la primera lista valorada en 21.000 millones de euros, el Ejecutivo comunitario tiene preparada otra más contundente valorada en unos 95.000 millones de euros.
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