Europa

Berlín

Todos quieren a «Angie»

Ciudadanos alemanes de diferentes puntos del país y de ideologías diversas pronostican una victoria segura de la canciller alemana. Aseguran sentirse satisfechos

Una actriz vestida como un ángel está en el tejado de un edificio de la capital alemana para simbolizar el destino de las personas que vivían a uno y otro lado del Muro
Una actriz vestida como un ángel está en el tejado de un edificio de la capital alemana para simbolizar el destino de las personas que vivían a uno y otro lado del Murolarazon

Ciudadanos alemanes de diferentes puntos del país y de ideologías diversas pronostican una victoria segura de la canciller alemana. Aseguran sentirse satisfechos

Las elecciones legislativas en Alemania se celebran el próximo domingo, 22 de septiembre. El clima político en el país germano es de auténtica calma. Casi de tedio. Todo apunta a que no habrá sorpresas de última hora: ganará Angela Merkel. La coalición de centroderecha (CDU) de la canciller alemana continúa con ventaja en los sondeos pese al pequeño repunte de la oposición socialdemócrata (SPD)del aspirante Peer Steinbrück. No hay riesgo de precipitaciones ni chubascos molestos para la «jefa de Europa», como la denominan algunos. Con ironía. Y sin ella. La impresión en estos días previos, para la decena de alemanes entrevistados en diferentes puntos de país, es de serenidad, casi confianza, una sensación casi inimaginable en otras democracias europeas, incluida la española. Cuando ya se sabe quién gana, las carreras provocan poca tensión. Las apuestas recaen, en su mayoría, al caballo vencedor. Las declaraciones a LA RAZÓN de los ciudadanos alemanes, desde escritores y músicos a profesores, empresarios o estudiantes, podrían resumirse, en su mayoría, en estas frases: «Merkel será reelegida, seguro», «si nos va bien, ¿para qué cambiar?», «aunque me gustaría votar a otro, la canciller es buena para Alemania», «si todo va bien, ¿para qué cambiar?». Los de ideas menos conservadoras, por otro lado, llegan a afirmar que la oposición liderada por Steinbrück; se parece demasiado al partido de la canciller, por lo que «ya que votamos conservador, mejor dejar a los que ya están». Por último, los pocos alemanes disidentes, de ideología absolutamente liberal, celebran la subida de puntos en las últimas estadísticas de Die Linke (La Izquierda), pero asumen que el trono en la cancillería les queda lejísimos.

Matthias Bergmann, de 34 años, es músico profesional. Toca el violonchelo en dos orquestas y, a su vez, estudia Ciencias Políticas a distancia, por placer. Nació en Erlenbach am Main, al noroeste de Bavaria. Para él, la campaña electoral es, sencillamente «bastante aburrida». «Como la economía va bien, el tema de la crisis no juega un papel importante para los partidos grandes», afirma. Aunque declara abiertamente que no votará a Merkel («porque es del partido conservador»), reconoce que la canciller es inteligente y «ha modernizado la CDU bastante». Para Bergmann, «su posición en el partido es muy cómoda» y, además, «casi nunca comete errores». Para él, probablemente seguirá como «Kanzler» (canciller) porque la alternativa, Steinbrück –«también inteligente, pero, además, ingenioso e irónico»– ha llevado a cabo una campaña «bastante mediocre».

La percepción general en Alemania, según Bergmann y la mayor parte de los entrevistados, es que las crisis en España, Italia, Grecia, Portugal es el resultado de sus propias políticas fallidas y, sobre todo, de la corrupción, y el «mismanagement» (mala gestión).

Gabi Schmidt, de 36 años y nacida en Múnich, ciudad conocida como la capital económica de Alemania, es filóloga inglesa y da clase en la Universidad Ludwig-Maximilians de la ciudad. «No sigo demasiado las noticias, pero es bastante claro que ganará la CDU con mayoría». «Yo, personalmente, creo que la situación económica está muy bien y mira hacia el futuro, con grandes perspectivas», comenta. En cuanto a Europa, está de acuerdo con una idea de suma de naciones. «Si tenemos el ideal de una Europa unida, debemos ayudar a los otros países con problemas», dice convencida. En la cadena BBC, recuerda Schmidt, se publicó el pasado mayo una encuesta internacional en la que se preguntaba a 26.000 personas por el país más popular del mundo. Salió Alemania. «Estoy muy emocionada por haber conseguido, por fin, una imagen más positiva en el resto de países», afirma. «Es como una ironía de la historia: merecimos una de las peores imágenes en el siglo XX, por unas actuaciones ciertamente desastrosas». «Ahora somos un ejemplo en algo», concluye.

Andreas Neuenkirchen, de 44 años, es periodista y escritor. Nacido en Bremen, es un enamorado de la cultura oriental, especialmente de Japón. Ha escrito varios libros sobre el tema. En Tokio, precisamente, conoció a su mujer, Junko Katayama, que bromea diciendo que Andreas sabe de su país «más que cualquier japonés». Neuenkirchen habla de política sin tapujos, de forma realista, reconociendo los pros y los contras de las decisiones que se toman en las altas esferas políticas y que acaban afectando al conjunto de ciudadanos en su día a día.

Libertad garantizada

«Aunque está en nuestra naturaleza protestar constantemente por cualquier cosa, y específicamente, por la actuación de los políticos, una mayoría de los alemanes está secretamente satisfecha con la situación actual», explica el escritor. «A pesar de la crisis internacional, la economía se ha mantenido relativamente estable a pesar de un cierto empeoramiento de las tasas de empleo». «Votar a Merkel parece la opción más segura, y estoy convencido de que volverá a ganar». «Su contrincante, Steinbrück, tiene fama de arrogante y de frío, y, quizá, su partido se ha alejado demasiado de sus raíces de izquierda». El partido conservador de Merkel y el socialdemócrata de Steinbrück se encuentran, para el entrevistado, «muy, muy cerca»: «Así que la gente dice: ya que tenemos que votar a conservadores, votemos al original», comenta. Valora, sin embargo, la buena actuación de Steinbrück en el debate televisado de la semana pasada, «pero ya es demasiado tarde», sentencia. De la misma opinión son otros entrevistados, de ideología de izquierda, que aseguran sentirse «perdidos» ante un panorama puramente conservador aunque, se muestran conformes con los programas sociales de ayudas, «que funcionan muy bien» y las libertades individuales, que «más o menos», están «prácticamente garantizadas».

H.W., de 35 años, es directora de cine (aún en pequeños proyectos). Vive y trabaja en Berlín. Reconoce que el tema político le interesa «relativamente» y asegura que «lo más importante es tener un sueño y encontrar las posibilidades para poder cumplirlo». Ella ha conseguido dedicarse a lo que le gusta y, aunque vive en un continuo estrés de viajes, grabaciones, entrevistas, castings, documentación y selección de temas, se define como feliz y satisfecha. Dos términos que, quizás, comprende, «los españoles lo tienen ahora difícil».

Fabian Lehn, de Colonia, tiene 25 años y estudia Administración de Empresas. Acaba de llegar a Madrid para aprender español, que le encanta, y conocer mejor nuestra cultura. «Es obvio que Merkel disfruta de una gran popularidad en mi país», comenta todavía en inglés (disculpándose por no dominar el castellano). «Será reelegida seguro, sin duda, porque la economía va bien y eso es lo que más pesa a la hora de votar», añade. Sobre la pertenencia a Europa y la idea de que Alemania es el estado poderoso que ayuda a los países débiles, Lehn dispara sin piedad: «Creo que lugares como Grecia o Portugal o España no se han organizado bien. El desastre ha sido total, como hemos visto, y ahora las cosas, por fin, están cambiando». «Creo que en estos países, además, se trabaja menos que en Alemania», agrega, para después cargar contra «costumbres inconcebibles» en su país como «la siesta» (palabra que Lehn usa en español).

Luego, reconoce, que la idea de Europa es buena «porque nos beneficia a todos». También a ellos. «La unión monetaria con los países europeos es muy buena para Alemania porque, sin ella, no podría competir con las economías gigantes como la de Brasil o la de China», asegura este estudiante. «No es que sea lo mejor del mundo aportar tanto dinero a Grecia o España, pero es mejor eso que deshacer la idea de Europa».

Sara More, de 20 años, nació en Bucaramanga, Colombia, y, antes de cumplir un año, sus padres, se trasladaron a Heidelberg, en Baden-Wurtemberg. Es estudiante de Comunicación Internacional de Empresa. «Aquí todo el mundo tiene trabajo y tiene dinero pero, en Colombia, la gente también trabaja mucho, pero el dinero no llega a las familias porque hay mucha corrupción, el estado no hace suficiente, hay mala distribución de la riqueza... mafia ... corrupción», compara. De padre italiano y madre colombiana, dice haber escuchado algún comentario racista en alguna ocasión («que les quitamos el trabajo»), pero su familia tiene desde 1982 una empresa de alicatados en propiedad y, afirma, «nos va muy bien».

Sobre las políticas de austeridad, casi todos comentan que no les gustan, pero que «no hay más remedio». En cuanto a la ayuda económica a otros países en situaciones económicas difíciles, la mayor parte de los entrevistados coinciden en la misma metáfora de unión eterna: «Esto es como el matrimonio: hay que estar ahí, para lo bueno y para lo malo».

Cifras más allá de unas elecciones

En un sondeo difundido recientemente por el instituto demoscópico Forsa, la canciller alemana Angela Merkel, con la Unión Cristianodemócrata y su coalición hermana, la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU), alcanzaría el 39% de las preferencias de voto, un punto menos que hace dos semanas, mientras que el Partido Socialdemócrata (SPD) de Peer Steinbrück aumentaría dos puntos hasta llegar al 25% en las urnas.El Partido Liberal (FDP), aliado de gobierno de Merkel, sube un punto hasta colocarse en el 6%, lo que da al actual gobierno un 45% que le permitiría conservar su actual mayoría. Los grandes perdedores del sondeo son Los Verdes, aliados tradicionales del SPD, que pierden dos puntos y se sitúan en el 9%, su peor pronóstico en la presente legislatura. Die Linke (La Izquierda), asciende en cambio un punto hasta colocarse en el 10%. Este incremento del bloque izquierdista no se considera, sin embargo, que pueda apuntalar a Steinbrück, ya que el SPD descarta una alianza para formar gobierno aunque esto les beneficiaría mucho al colocarse en el ranking con 44%. Pero, además, hay otras cifras que, a la larga son las que cuentan: tiene el PIB y la cifra de población más altos de la UE, lo que la convierte en el mercado más importante de Europa. El PIB asciende a dos billones 666.400 euros (1.049. 525 es el español). Las 500 empresas más grandes del mundo están presentes en el país, en total hay unas 45.000 empresas extranjeras. Inversiones extranjeras directas: 630.000 millones de dólares.