Los más increíbles desatinos en la alfombra de los Goya 2020

Cuando leo las crónicas de las alfombras rojas, siempre me dirijo a la mejor sección, las peor vestidas, e invariablemente, confirmo que mis compañeras consideran desatinos estilísticos, lo que para mí son los mejores looks. Por eso, en este templo de la estética que es mi columna, les ofrezco una nueva clasificación, donde peores y mejor vestidos serán examinados, bajo una luz menos acostumbrada.

Los aburridos, aunque vayan impecablemente disfrazados de alfombra roja serán considerados mal vestidos (la Belleza es una armonía sí, pero nunca demasiado regular ni previsible). Las personas que proyecten autenticidad, entusiasmo, sentido del humor y sentido del espectáculo serán loadas y aplaudidas vengan de donde vengan.

En conclusión, las propuestas más interesantes de la Alfombra de los premios Goya 2020 son:

1. Ángela Molina, un derroche de belleza y autenticidad con un vestido de brillos y cola de Etro. Le gusta ir un poco como de mujer que murió en tumba profanada y muy Carmen Maura resucitada en Volver, pero vamos a seguir apoyando su estilo, sus canas, sus dignísimas arrugas (un rasgo en peligro de extinción) su singularidad y su tipazo.

2. Ara Malikian y Natalia Moreno, no sé si estos dos looks maravillosos e intensos funcionan por separado, pero de la manita estaban preciosos. ¡Qué dicha encontrar el exotismo en personas elegantes, lejos de las garras de los… estilistas!

3. Belén Rueda, divina, beatífica y gloriosa, vestida de deidad mitológica del dentífrico con vestido aguamarina monocolor, una sobrefalda más grande que un país y guantes a juego años 50. Milagrosamente, ¡funcionaba!

4. Ana Turpin me ha gustado mucho, a pesar de ser una de las sugerencias más criticadas por la prensa (quizá por eso). Un conjunto de chaqueta con grandes hombreras y falda, en blanco, que pretendía los años cuarenta y que sin ser absolutamente mundial, podría considerarse más sofisticado que casi todo lo que se ha visto caminar por la alfombra roja de los Goya nunca… En realidad cualquier mujer que capaz de sacudirse la obsesión de “estar buena”se puede considerar sofisticada, física e intelectualmente.

5. Nadia de Santiago deseaba dar la nota con el conjunto de lencería de turno, recién levantada y con bad hair day. Estaba muy guapa. Podría haberse traído la almohada y el antifaz. Y miren, lo que quiera; todo, menos el bostezo antihistamínico y psicotrópico de Nieves Álvarez, y su irritante ideoneidad…

6. Najwa Nimri apostó por un vestido de encaje blanco que era un espanto, que le sentaba como un tiro y le hacía mayor, gorda y muerta. Sin embargo yo aplaudo a mi adorada Najwa que siendo una de las actrices más guapas, sensuales y estilosas de nuestro país, no necesita subrayar sus atributos de género a todas horas, como es costumbre en estas circunstancias. ¡Esplendida!

7. Macarena Gómez con un vestido más que correcto y bien defendido de Teresa Helbig en un look que no termina de funcionar ¿Por qué? porque hay un elemento que le sienta fatal y, no es su pelo, es su marido. ¡Ay, tórtolos!

8. Irene Visedo monísima, con un conjunto de crop top y falda larga que está siendo reprobado por aquellos que no tienen referencias… A mí me chifla porque es un calco (en negro) al que lucía Rita Haywort en 1946 cantando y bailando “Amado Mío” en la mítica Gilda.

9. María Casado entrañable, sin peinar, pero con un vestido de la mismísima Sara Montiel, prestado a la periodista por la hija de la diva, Thais Tous, no sabemos muy bien con qué objeto. Pero la anécdota es bonita. Más que el vestido.

10. Benedicta Sánchez, nuestra Goya revelación, perfecta y atinadísima con un modelo absolutamente Annie Hall, si hubiéramos visto envejecer a Annie Hall en una comedia infinita de amor urbano e incompatibilidad. Y esas melenas plateadas tan de señora de Willow… ¡Encantadora!

11. Eduardo Casanova espectacular; el más osado y no por eso menos guapo ni menos fino, con un traje blanco de torero mezclado con el Principito y alguna invención castrense imposible de identificar, con guantes de plumeti a juego y tacones en negro. Una verdadera fantasía defendida con total naturalidad. Bravo.

12. Cristina Castaño tan Jessica Rabbit con abertura de vértigo, melena pelirroja y modelo con cola de Cavalli… Simpatiquísima y muy sexy (en clave cómic).

13. Marisa Paredes, interestelar, como siempre, con ese aire de haberse bañado en un jacuzzi de champán francés justo antes de aparecer en pantalla. ¡Toda una diva!

14. Bárbara Lennie, intachable, de Chanel y Paz Vega, sin mácula, vestido blanco y labios rojos, una combinación tan poderosa como implacable que hemos de imitar cuando podamos.

15. Silvia Abascal, no es la más divertida, pero en la alfombra roja, su nombre siempre es sinónimo de elevación. ¡Top!

16. Greta Fernández, muy “memento mori” con un espeluznante sudario de muñeca muerta midi blanco de tul y perlas pegadas (espero) alrededor de los ojos.

17. Penélope Cruz floreadísima, como un jardín con cuerpo de patinadora sobre hielo pero lo siento, a mí esta mujer me encanta, magnética, chispeante, llena de vida… Sus ropas basculan entre los cielos y los infiernos, ¿y qué más da? Penélope, no necesita el mejor estilismo, ni el mejor gusto, ni el mejor cuerpo, ni la mejor actuación, porque es ¡Penélope!