Artistas

Julio Iglesias: Eterno «savoir faire»

Julio Iglesias
Julio Iglesiaslarazon

He visto actuar a Julio Iglesias en varias ocasiones y aunque ya no tiene la misma voz de sus inicios, no le falla, como dirían los franceses, ese «savoir faire» que ya lo quisieran muchos cantantes latinos del panorama internacional . He cenado con él en alguna ocasión y no he conocido a ninguna persona que le guste más gustar que a él. Se cuida mucho: sólo come jamón de pata negra –que siempre lleva con él vaya donde vaya, incluso a veces lleva su propio cortador– y bebe vino español. Sólo come marisco gallego y bebe mucha agua. Su masajista particular le acompaña por todo el mundo, así como una corte de fisioterapeutas y osteópatas que le ayudan a aguantar de pie sus largos conciertos. La espalda es su punto débil, hasta el punto de haber suspendido su última gira, «México», debido a los fuertes dolores que ya se hacían insoportables y que le obligaron a pasar por quirófano en Nueva York. Es un perfeccionista y tiene una voluntad de hierro (un accidente le dejó inválido y logró volver a caminar por su fuerza de voluntad). Le gusta el sol, pero le gusta aún más estar moreno para tapar las marcas que la viruela le dejó en su juventud.

A los 57 años se hizo un trasplante capilar y se tiñe el pelo de negro (quizá demasiado oscuro). Ha reconocido que a los 40 se sometió a una blefaroplastia y a algún retoque posterior, como una operación de papada cuyo resultado no le acabó de gustar y un lifting muy satisfactorio. Personalmente, me parece un trabajador incansable y nato que ha conseguido todo con tesón y buen hacer.