Madrid

Los palacios de la Casa de Alba

Aunque son muchas las propiedades de la Casa de Alba, quizás los palacios de Liria, en Madrid, Dueñas en Sevilla y Monterrey en Salamanca sean los más destacados.

Construido en 1773 por orden del III duque de Berwick y III duque de Liria, D. Jacobo Fitz-James Stuart y Ventura Colón, antepasado de la actual Duquesa de Alba, el Palacio de Liria, denominado “el hermano pequeño del Palacio Real”, es uno de los palacios madrileños del siglo XVIII mas imponentes que ha llegado hasta nuestros días.

Entre otros arquitectos que participaron, esta obra monumental se la debemos a Diego Ventura Rodríguez (1717-1785), completando así un edificio neoclásico de planta rectangular, alargada y compacta en su interior.

El arquitecto inglés Sir. Edwin Lutyens (1869-1944) planteó varias reformas, encargadas por el XVII Duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, modificándose algunas partes del edificio como la escalera principal.

Pero en 1936, la desgracia se cierne contra el palacio, ya que fue bombardeado durante los ataques sistemáticos contra la capital, quedando, después de estar varios días ardiendo, destruido y reducido exclusivamente a sus cuatro fachadas. Dentro de la desgracia que supuso y de las grandes pérdidas, previamente al incendiotras el estallido de la guerra, como medida de protección de la Junta de Recuperación de Patrimonio, gran parte de la colección fue sacada y guardadaen la Embajada británica, el Museodel Prado y el Banco de España.

La reconstrucción corrió a cargo del XVII Duque y sería continuado por la actual Duquesa Doña Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, que realiza el mayor esfuerzo. Basándose en los planos de Lutyens, Manuel Cabanyes sería el arquitecto encargado de erigir de nuevo el Palacio de Liria.

A día de hoy sigue siendo la residencia habitual de los Duques de Alba y sede de la Fundación Casa de Alba y es de los edificios arquitectónicos más importantes de Madrid, albergando una de las colecciones de arte privadas más destacada del mundo.

El Palacio de Las Dueñas fue fundado por la familia Pineda, quien lo tuvieron que vender en el año 1484 a Catalina de Ribera por necesidades acuciantes de dinero: debían pagar un rescate por don Juan de Pineda, hecho prisionero por los moros.

El inmueble pasó a ser propiedad de la Casa de Alba tras el matrimonio de la IV marquesa de Villanueva del Río, Antonia Enríquez de Ribera Portocarrero, quien fue la primera esposa del IV duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Mendoza.

Su nombre se debe al monasterio de Santa María de las Dueñas, que en 1248 se conocía como Compañía de Dueñas y cuyas monjas se encargaban de dar servicio a reinas y esposas de los reyes de Castilla San Fernando y Alfonso X el Sabio. Este edificio se encontraba en la periferia y fue destruido en 1868.

Aquí nació Carlos Falcó, marqués de Griñón y marqués de Castelmoncayo, Grande de España).

El Palacio de las Dueñas se compone de un conjunto de patios y edificios. Su estilo abarca desde el gótico-mudéjar hasta el renacentista, conteniendo muestras y detalles con toques sevillanos en sus ladrillos, tejas, azulejos, encalados y cerámicas. Posee el típico patio andaluz, al igual que la Casa Pilatos, y predominando los grandes espacios, mostrando así lo majestuoso de su conjunto.

Patio, jardines y abrevadero.

En la entrada al palacio se puede observar el escudo del ducado de Alba en azulejo de fabricación trianera del siglo XVII o XVIII, en el arco principal.

Detrás del jardín que se encuentra a continuación entramos en un patio rodeado de arcos con columnas de mármol blanco, sujetan pilastras con adornos platerescos que presentan un friso plateresco también. Encima de esta galería se construyó otra con arcos de estilo mudéjar.

El arco situado al oeste del patio en las galerías bajas da acceso al edificio que se utilizó como capilla del palacio, también es de estilo plateresco. El altar mayor de la capilla contiene varios azulejos con reflejos metálicos, típicos de la cerámica sevillana del siglo XVI.

Subiendo a la planta alta del palacio predomina un salón cuyo techo es de forma octogonal de alfarje dorado, se asienta sobre un arrocabe con pintura al estilo renacentista. Ha sido reformado durante los siglos XVIII y XIX.

Colección de arte

Uno de sus principales atractivos del Palacio de Las Dueñas es la importante colección artística y decorativa que contiene, que según un inventario de la Junta de Andalucía asciende a 1.425 piezas, entre obras de arte, muebles y demás objetos antiguos. Según el diario El País (21-4-10) todos estos bienes han quedado sujetos a la legislación andaluza, que prohíbe su venta y obliga a mantenerlos unidos en el palacio.

Es importante el conjunto de arte español de los siglos XIX y XX (Mariano Benlliure, Federico de Madrazo, Sorolla, Zuloaga, Gonzalo Bilbao, Romero de Torres, Carmen Laffón), y el palacio alberga también algunas piezas anteriores: Jacopo Bassano (Los caldereros), Sofonisba Anguissola, Annibale Carracci, Francesco Furini (La creación de Eva), Luca Giordano, Giovanni Paolo Pannini, José de Ribera (Cristo coronado de espinas), Francisco Antolínez, Joaquín Inza y una Virgen de Neri di Bicci (que preside el altar de la capilla). Son sólo una porción de la enorme pinacoteca perteneciente a esta familia, cuyas principales joyas se guardan en Madrid, en el Palacio de Liria.

Las Dueñas acumula así mismo abundantes muebles de época, cerámicas, tapices y un largo etcétera de objetos decorativos. Se conserva además un dibujo a la acuarela realizado por Jackie Kennedy durante su estancia en 1967.

Edificado en 1539 por el III duque de Monterrey, D. Alonso de Zúñiga y Acebedo basándose en los planos de D. Rodrigo Gil de Hontañón. Aunque el proyecto inicial era de planta cuadrada con cuatro torres y un patio central, lo cierto es que no se completó, quedando en la actualidad solo un lateral.

Posteriormente se construye en los solares donde debía ubicarse el resto del edificio la Iglesia de Santa María de los Caballeros.

Joya única del plateresco está dividido en tres pisos junto a dos torres que cierran la fachada, y decorado con ornamentos de animales y escudos nobiliarios.

En 1929 es declarado monumento Histórico Nacional y en su interior se guardan obras tan importantes como los dos paisajes de Ribera, el Gran Duque de Alba de Sánchez Coello, etc.

Castilla y León, lar y solar de la Casa de Alba

Ávila, 20 nov (EFE).- La Casa de Alba tiene una estrecha vinculación con Castilla y León a través de casi seis siglos de historia, hasta el punto de ser esta comunidad autónoma lar y solar a través de numerosos castillos, palacios y tierras, principalmente en las provincias de Ávila y Salamanca.

En la ciudad de Salamanca, el palacio de Monterrey, declarado Bien de Interés Cultural en 1929 y gestionado por la Fundación Casa de Alba -constituida en 1975-, es uno de los más bellos y también más significativos.

Monterrey, según explica la web de la fundación, es uno de los palacios principales de la Casa de Alba, junto con el de Liria, en Madrid, aunque la duquesa vivía habitualmente en el palacio sevillano de las Dueñas.

Comenzó a construirse, bajo la dirección de Gil de Hontañón, en 1539, cuenta con una fachada emblemática del plateresco y en su interior alberga importantes colecciones de arte, con obras de José de Ribera, entre otros.

En la provincia de Salamanca, sin embargo, la localidad más significativa vinculada a la Casa de Alba es la villa de Alba de Tormes, otorgada en 1429 por el rey Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, a Gutierre Álvarez de Toledo, quien mandó construir en la localidad un castillo fortaleza.

Sin embargo, fue el Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, nacido en 1507 en Piedrahita (Ávila), quien lo convirtió en uno de los palacios más lujosos de la época, hasta el punto de alojar entre sus paredes a personajes ilustres como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Garcilaso de la Vega.

En 1991, la Casa de Alba lo cedió al Ayuntamiento para su rehabilitación y hoy es un museo que expone, entre otros elementos, frescos renacentistas de Cristóbal Passin que narran las victorias del Gran Duque de Alba o sus capitulaciones matrimoniales.

La duquesa de Alba visitó la villa en 2006 para inaugurar la planta superior del castillo, tras su rehabilitación, un año después clausuró el programa conmemorativo del quinto centenario del nacimiento de su antepasado, y el 15 de octubre de 2010 ofició de pregonera de las fiestas de Santa Teresa, en Alba de Tormes.

El patrimonio en Castilla y León de la familia, sin embargo, se reparte entre castillos en fincas privadas destinadas a la ganadería y la agricultura, y numerosas fortalezas que se han ido cediendo a diferentes instituciones para su rehabilitación, como el castillo de Coca (Segovia), cedido al Ministerio de Agricultura, o el de Alba de Tormes (Salamanca), en manos del Ayuntamiento.

Otra cesión de propiedades se produjo en Piedrahita (Ávila), cuyo palacio, mandado construir por el Duque Viejo, Fernando de Silva y Álvarez de Toledo, y que albergó a la decimotercera duquesa de Alba, así como a algunos invitados ilustres, como Francisco de Goya, está gestionado por el Ayuntamiento y es, en la actualidad, un instituto de Enseñanza Secundaria.

El castillo de Valdecorneja, en El Barco de Ávila (Ávila), también forma parte de la Casa de Alba, así como Castronuevo, un terreno de 1.700 hectáreas localizado en Rivilla de Barajas (Ávila), que solía visita el hijo mayor de la duquesa de Alba y heredero, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, aunque los vecinos recibieron la visita de Cayetana en los años setenta del siglo pasado, cuando inauguró las escuelas y fue nombrada Hija Adoptiva.

En el territorio salmantino, El Carnero y El Tejado, en Calzada de Don Diego (Salamanca), ha corrido la misma suerte, aunque la Casa de Alba también cuenta con propiedades en Miranda del Castañar y en Larrodrigo, donde se encuentra la finca de Gallegos de Crespes.

A estas propiedades se suman otras en Castilla y León como el castillo de San Leonardo de Yagüe (Soria) o el vallisoletano palacio de los Osorio, en Valdunquillo.