La perfumería asiste este año a la expansión de la técnica de perfumarse por capas, un método que permite diseñar una fragancia personal combinando distintos aromas. Esta práctica busca crear una huella olfativa única, reflejo de la individualidad de quien la porta.

En este contexto, Calvin Klein ha introducido una nueva línea de brumas para cabello y cuerpo, formuladas para esta técnica.

Estas brumas son ligeras y frescas, aptas para uso diario o como base de mezclas, buscando una expresión personal a través del aroma.

La apuesta olfativa de Calvin Klein

La colección de Calvin Klein Fragrances se compone de cuatro brumas perfumadas que invitan a la experimentación olfativa, según señala Vogue. Cada una fusiona notas frutales con matices cremosos y suaves almizcles, resultando en aromas frescos y sensuales que evocan el sello distintivo de los clásicos de la casa. Estos productos, ligeros y duraderos, buscan transmitir una sensación de seguridad y naturalidad.

Entre las opciones, Silky Coconut y Nude Vanilla están ideadas para quienes prefieren fragancias dulces o comestibles. Silky Coconut combina sorbete de coco con un cálido acorde de almizcle. Nude Vanilla propone un aroma acogedor con ricas notas de vainilla y un acorde similar de almizcle.

Para los amantes de los aromas florales, Cotton Musk se presenta con un aroma natural y delicado. Quienes buscan frescura y carácter encontrarán en Sheer Peach una propuesta interesante, donde una explosión de melocotón se funde con un acorde de ámbar y almizcle, generando una fragancia memorable.

Estas brumas pueden ser combinadas o utilizadas de manera independiente. Esta dualidad permite que cada aroma se adapte al estado de ánimo, al estilo personal o a la ocasión específica, ofreciendo una profundidad sutil y una frescura prolongada con una expresión universal y sin género.

Diseño y legado de la firma

El diseño de los frascos de los CK Hair & Body Perfume Mists es un claro homenaje al legado atemporal de la firma. Los detalles estéticos reflejan la identidad de Calvin Klein, con elementos que remiten a su historia y a sus productos más icónicos.

Un ejemplo se encuentra en el tapón, que incorpora el emblemático logotipo de la firma, evocando la pretina de su ropa interior. Los frascos, por su parte, presentan tonos como el azul, el menta, el lavanda y el coral, que identifican cada fragancia y realzan el logotipo monocromático "CK".

Estos elementos de diseño buscan reflejar la misma ligereza y frescura que caracterizan a los aromas. La estética se alinea con la imagen que se asocia tradicionalmente a Calvin Klein, consolidando una experiencia sensorial completa.