Enología

Baigorri y Granbazán, dos bodegas y un mundo de vinos

Presentaron sus nuevos vinos y también hicieron hincapié en la importancia de potenciar el enoturismo en nuestro país

El enoturismo está consiguiendo atraer a decenas de miles de turistas a Castilla y León cada año
El enoturismo está consiguiendo atraer a decenas de miles de turistas a Castilla y León cada añolarazon

Algunos de los mejores enólogos de nuestro país se han reunido para conocer los nuevos vinos de dos de las bodegas más importantes de España: Baigorri y Granbazán. Los gallegos de Granbazán pusieron sobre la mesa dos albariños. El primero de ellos fue “Granbazán Limousin”, procedente de la cosecha del 2015 y consagrado como el primer albariño fermentado y madurado en barricas de roble francés, donde se mantuvo seis meses. Granbazán logró cambiar las normas del Consejo Regulador a finales de la década de los ochenta, abriendo la nueva vía de la crianza del vino blanco envejecido en barrica, algo que no ha dejado de darles grandes resultados. “Granbazán Limousin” presenta intensidad media y desprende toques a hierbas aromáticas.

El segundo protagonista de los vinos de las Rías Baixas fue “Don Álvaro de Bazán”, el nombre de uno de los marinos españoles más importantes y laureados. Granbazán recurre a él para nombrar a un vino procedente de las cepas más antiguas de sus cosechas. La crianza duró 12 meses y se llevó a cabo en barricas de acero inoxidable sobre lías frías. El resultado muestra en copa color dorado y en boca una compleja sintonía de aromas, con recuerdos a frutos secos.

La bodega Baigorri, por su parte, presentó nueve vinos, siete de ellos tintos, uno blanco y otro rosado. Destacan “Baigorri 70” y “Baigorri Garnacha”. El primero es el más exclusivo de la bodega riojana ya que únicamente se producen unas 1.200 botellas al año. Está elaborado a partir de uvas tempranillo, procedentes de viñas de más de setenta años y que dan muy poca producción, situadas en la Sierra de Cantabria, en el municipio de Samaniego. La vendimia se hace manualmente y la crianza, que tiene una duración de 24 meses, se lleva a cabo en barricas nuevas de roble francés de grano extra fino. Después, el vino se mantiene 12 meses en las botellas, finalizando así su estancia en la bodega. Su color es intenso, recordando al de las picotas, y los aromas que desprende son complejos, parecidos a frutas del bosque con matices minerales. En boca es largo y persistente.

En cuanto a “Baigorri Garnacha”, viaja a sus orígenes riojanos mezclado con las técnicas de elaboración más vanguardistas. Proviene de uvas de la variedad garnacha, situadas en viñas de más de 65 años y a alturas superiores a los 700 metros, lo que da como resultado un vino fresco y elegante. La recolección, al igual que en el anterior, también se hace manualmente. La crianza tiene una duración de 14 meses y se realiza en barricas nuevas de roble francés de 225, 500 y 600 litros. Tiene una importante nota floral y de frutas rojas, perdurando mucho tiempo en el paladar.

Además de la presentación de los vinos, ambas bodegas destacaron el desarrollo de su oferta de enoturismo, una nueva faceta de su actividad que están impulsando y que permite conocer de primera mano los lugares en los que se elaboran sus productos.