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Alberto Garzón: La otra boda de Perseo y Andrómeda
El líder de Izquierda Unida afirma que tuvo que apagar el móvil ante la avalancha de críticas que despertó su boda con Anna Ruiz, en la que la decoración giraba alrededor de las estrellas, una de las aficiones de la pareja, que lleva tatuadas en los costados las que representan a ambas constelaciones
El líder de Izquierda Unida afirma que tuvo que apagar el móvil ante la avalancha de críticas que despertó su boda con Anna Ruiz, en la que la decoración giraba alrededor de las estrellas, una de las aficiones de la pareja, que lleva tatuadas en los costados las que representan a ambas constelaciones.
La bella Andrómeda, desnuda y amarrada a unas rocas, esperaba su final entre las fauces del monstruo Cetus cuando Perseo, que volaba por allí gracias a sus sandalias aladas, la vio y quedó inmediatamente prendado. El héroe pidió la mano de la joven a sus padres –que la habían sacrificado para evitar un castigo de Poseidón, dios del mar– y derrotó a Cetus utilizando la cabeza de Medusa, que convirtió al monstruo en coral. Pero Andrómeda ya estaba comprometida con el príncipe Agénor, por lo que Perseo tuvo que luchar también contra él. Finalmente, la pareja se casó y tuvo siete hijos y cuando Andrómeda murió la diosa Atenea la situó en una constelación cerca de su esposo y de su madre, Casiopea. La historia de amor de Alberto Garzón y Anna Ruiz quizá no tenga la misma dosis de heroísmo que la de Perseo y Andrómeda, pero el líder de Izquierda Unida y su esposa se sienten muy identificados con este relato mitológico. Tanto es así que él lleva tatuada en un costado la constelación de Perseo y ella, la de Andrómeda, cuyo nombre en griego significa «gobernante de los hombres». Y en su matrimonio, celebrado el sábado pasado en el espectacular restaurante La huerta vieja, en Guardia (provincia de Álava) –y cuyos días posteriores han sido más bien una luna de hiel debido a la avalancha de críticas que han recibido–, la decoración giró alrededor de los astros y cada mesa llevaba el nombre de una constelación. La de los novios era Andrómeda.
José Luis Santamaría, hijo del dueño del restaurante y encargado de organizar las bodas que allí se celebran, comenta a LA RAZÓN que «un primo de Alberto quiso casarse aquí y creo que fue él quien le recomendó nuestro restaurante». Santamaría afirma que además de proveer el menú, ellos también ayudan a los novios a contratar otros servicios, como el de «wedding planners» y fotógrafo. Fue el caso de Garzón y Ruiz, a quienes, por consejo de Santamaría, les ayudó a organizar su celebración la empresa especializada Sweet Emotion y les retrató Josu Torrealday, un joven afincado en Eibar. El menú de la noche fue el más barato de los que ofrece el establecimiento, con un precio de 90 euros por persona. Comenzaron por un carpaccio de ternera con queso parmesano, después un pastel de puerros y gambas, saquitos de langostino, gambas de Huelva a la plancha con salsa Himalaya y bogavante horneado con timbal de arroz. Después de un sorbete de mandarina con cava, para limpiar el paladar, les sirvieron a los 198 invitados un solomillo a la brasa con puré de patatas, pimientos de piquillo y espárragos. De postre hubo pirámide de tres chocolates –el dulce preferido de la novia– con helado de vainilla.
Una boda de 26.772 euros
Los novios establecieron un límite de 18 euros por persona en la barra y contaron en su presupuesto con otros 10 por invitado para un picoteo que se ofreció durante la fiesta, que duró hasta las 2 de la madrugada. Además, había un puesto especial de cervezas y otro de quesos. En total, Garzón y su esposa habrían gastado en la celebración 23.364 euros. A eso habría que sumarle otros 1.110 que se estima que pagaron por las tres noches que pasaron en el hotel Hospedería de Los Parajes. Eligieron la suite principal, con jacuzzi y terraza –en la que Ruiz se tomó una foto mientras disfrutaba de un exquisito desayuno–, que según la web del hotel tiene un precio de 370 euros por noche. Además, se estima que el vestido de ella y el traje de él costaron 1.200 euros y 1.098 respectivamente. El monto total asciende a 26.772 euros, sin contar con lo que hayan pagado por los demás servicios contratados. Aunque no se acerca a los 100.000 euros que se había asegurado que costó la boda, desde luego no es una cifra desdeñable ni que esté al alcance de cualquier español. El político y su novia se expresan continuamente contra el capitalismo y la oligarquía, pero el suyo fue un enlace más bien clásico –con cava para limpiar el paladar entre comidas y «stand» de quesos– y para el que no dudaron en contratar servicios de maquillaje y peinado, videógrafo y fotógrafó y hasta una «wedding planner» (a pesar de que el restaurante ofrece este servicio gratuitamente).
Sobre las incesantes críticas que ha recibido tras la boda, el líder de Izquierda Unida, que el miércoles estuvo en el Congreso, comentó que «me da igual lo que estén diciendo, no le doy ninguna importancia. Si lo hiciera no podría respirar». También comentó que «después de la boda apagué el móvil e intenté desconectar» para poder disfrutar en paz de su corta luna de miel. Después de dejar su suite de novios, Garzón publicó en Facebook un mensaje en el que se defendía y se refería a «una derecha cavernícola que solo piensa en disparar al rojo». El miércoles afirmó además a este diario que a pesar de los duros mensajes que plagaron Twitter esta semana en su contra, «no he recibido críticas de nadie de mi partido».
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