Ministerio de Educación
Diecinueve maneras de estudiar Matemáticas
Los editores critican que un mismo libro no sirva para toda España.
Los editores critican que un mismo libro no sirva para toda España.
Los editores de libros de texto culparon ayer a la ley de educación vigente, la Lomce, de la diversidad de manuales que existen entre los estudiantes de toda España para estudiar una misma materia. Así, nos encontramos que en 4º de Primaria, sólo para cursar una asignatura que aparentemente es neutra, como las Matemáticas, hay hasta 19 versiones diferentes de media en las comunidades autónomas. Por no hablar de otras materias como las Ciencias Sociales, donde podemos encontrar hasta 25, en Ciencias Sociales 17 y en Lengua 18. El presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto (ANELE), José Moyano, llegó a referir ayer, durante la presentación del informe «El libro educativo en España», que le habían llegado a pedir libros diferentes para una isla con solo dos colegios.
¿La causa? «La Lomce ha cerrado unos currículos con una estructura compleja e incomprensible. Los ha hecho exhaustivos para dejar poco espacio a la concreción de las autonomía pero, sin embargo, el resultado ha sido todo los contrario», expone el informe presentado ayer. Así, las comunidades autónomas han optado por aplicar una normativa «creativa que, de hecho sortea la Lomce, elaborando unos contenidos que nunca hasta ahora se habían apartado tanto de la norma estatal».
Así expone que esta diversidad de contenidos de libros de texto que exigen las autonomías «es uno de los problemas más duros que tienen que afrontar los editores. Diversidad de libros quiere decir más ediciones y ediciones más cortas, más equipos editoriales, libros más caros», añade el informe. De ahí que Moyano acabara lamentándose ayer de que «en este país no sirve un mismo libro de Matemáticas para todos y esto es una barbaridad». Para hacernos una idea de la diversidad curricular que hay en España, comparó la situación española con la gala. Así, mientras en España se editan 50.000 libros distintos, en Francia sólo 2.000. Esta circunstancia repercute en los precios, aunque la previsión de incrementopara el curso se estima en un uno por ciento por debajo del IPC registrado.
Otra cuestión que los editores pusieron ayer sobre la mesa fue la renovación de los libros de texto. Un decreto de 1998 establece que su vigencia debe mantenerse durante cuatro años, un margen de tiempo «razonable que garantiza la continuidad en el uso, evita la obsolescencia excesiva de los libros y permite cubrir las inversiones». Sin embargo, ayer denunciaron que esta norma se ha visto alterada por las autoridades educativas autonómicas a consecuencia de la crisis. Así, ocurre que en algunos lugares han tardado en renovarse los libros más de nueve años, según denunciaron ayer, lo que crea «graves obsolescencias y genera incertidumbre a la hora de planificar las inversiones y las ediciones».
En lo que concierne a la subcomisión creada en el Congreso de los Diputados para lograr el pacto de Estado, los editores defendieron su creación y afirman que «lejos de la falsa creencia de que al sector editorial le interesan los cambios legislativos continuos, lo que realmente le interesa es la estabilidad y coherencia».
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