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Don Juan Carlos sí fue a la boda de su sobrino

El Rey Emérito acudió solo al enlace civil de Beltrán Gómez-Acebo y Andrea Pascual, que se celebró en casa de la Infanta doña Pilar

Andrea Pascual, ya casada, a su llegada al convite en casa de la Infanta Pilar, hermana del Rey Emérito, que acudió solo
Andrea Pascual, ya casada, a su llegada al convite en casa de la Infanta Pilar, hermana del Rey Emérito, que acudió sololarazon

El Rey Emérito acudió solo al enlace civil de Beltrán Gómez-Acebo y Andrea Pascual, que se celebró en casa de la Infanta doña Pilar

Con los aperitivos puestos ya en las bandejas de plata, llegaba el rey Don Juan Carlos en un coche monovolumen conducido por un chófer y seguido de otro vehículo en el que iba su reducida escolta, para acompañar a su sobrino el día de sus segundas nupcias. Lo hacía solo, como suele ir últimamente a todos los sitios, ocupando el asiento de copiloto. Ambos coches entraban hasta la puerta principal y no como el resto de invitados que, dado lo estrecho de la calle y la falta de espacio, tenían que subir la ligera cuesta hasta llegar a la casa de la Infanta Pilar, madre del novio y hermana del Rey Emérito, en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid.

Por suerte, el tiempo, aunque frío, fue perfecto para que nadie llegase calado a la vivienda donde se celebró la boda civil. Por parte de la novia asistieron apenas sus padres y su hermano Carlos, con su mujer y sus dos hijos. Pausadamente fueron llegando el resto de invitados, que habían sido convocados con menos de una semana de antelación, por lo que faltó gente que sin duda habría acudido. Muchos familiares, como la Reina Doña Sofía, no se encontraban en Madrid. También a María Zurita le fue imposible asistir por estar de viaje, al igual que sus padres, la Infanta Margarita y su esposo, el doctor Zurita, que están en Bruselas por un asunto de la Fundación Duques de Soria y delegaron la representación familiar en Alfonso.

Quizá, al fallar tantos familiares, y pese a que sólo tenían pensado en un principio que asistieran padres y hermanos, a última hora abrieron la mano y decidieron invitar a algunos íntimos, como el abogado Javier Ibáñez y su mujer. A todos ellos, les recibía en la puerta Arce, una institución familiar, el mayordomo de la condesa de Barcelona y que ahora trabaja con la Infanta Pilar, que se ocupó de todo: decoración y convite.

Para el novio, Beltrán Gómez-Acebo, era su segunda boda, ya que se casó en 2004 con la modelo Laura Ponte, la madre de sus dos hijos, Luis y Laura. Para Andrea Pascual es la primera y, aunque llevaban cinco años de noviazgo y los planes de boda iniciales eran para primavera, lo cierto es que les ha entrado una prisa tremenda y han decidido contraer matrimonio en tan solo una semana. Aún siendo civil, la novia vestía como en una ceremonia tradicional.

El vestido, diseño de Isabel Núñez

No ha sido casualidad el encargo del vestido de novia a una joven diseñadora gallega, Isabel Núñez, que apenas lleva cinco años con Atelier propio, por el que ya han pasado más novias. Andrea Pascual lleva la comunicación de la diseñadora y, por encima de todo, son buenas amigas. La novia eligió un diseño blanco y corto, de cuerpo ajustado, tipo body, con manga larga y cuello a la caja, fajín ancho y fruncido, del que salía una falda larga al biés con una ligera colita. Los pendientes, antiguos e importantes, las sandalias doradas y con tacón de aguja. En la mano, un ramo con una docena de calas blancas y el pelo, recogido en un sencillo moño bajo, que es un estilo que Andrea suele llevar.