Casa Real

Don Juan Carlos y Doña Sofía, los más esperados en Oslo

Los Reyes Eméritos se unieron ayer a las celebraciones del 80 cumpleaños de Harald y Sonia de Noruega.

Los Reyes Eméritos, a su llegada ayer a la cena de gala en la Ópera de Oslo
Los Reyes Eméritos, a su llegada ayer a la cena de gala en la Ópera de Oslolarazon

Los Reyes Eméritos se unieron ayer a las celebraciones del 80 cumpleaños de Harald y Sonia de Noruega.

En los últimos dos días la capital noruega se ha convertido en un verdadero desfile de tiaras y trajes reales. Y es que muchas de las monarquías europeas se han trasladado hasta Oslo para asistir a los fastos celebrados con motivo del 80 cumpleaños de los reyes Harald y Sonia de Noruega. Se trata de una cifra señalada, por lo que el matrimonio ha querido ponerse de acuerdo –ya que, aunque ambos nacieron en 1937, él cumple los años en febrero y ella, en julio– para festejarlo por todo lo alto.

Los actos arrancaron anteayer con una exhibición de la guardia real en la plaza del palacio, que fue seguida por el saludo, desde el balcón, de Harald y Sonia, que recibieron las muestras de cariño del pueblo junto al resto de la familia: su hija, la princesa Marta Luisa, con sus tres niñas, y su hijo, el príncipe heredero Haakon, arropado por su mujer, Mette-Marit. Luego tuvo lugar una cena de gala, con la particularidad de que, a excepción de los propios homenajeados y de Alberto de Mónaco –que acudió sin Charlenne–, ningún matrimonio real accedió al comedor de la mano. De este modo, pudimos ver, entre otros, a Margarita de Dinamarca del brazo del príncipe Haakon, a Beatriz de Holanda junto a Federico de Dinamarca y a Máxima de Holanda con el Gran Duque de Luxemburgo.

Almuerzo en yate

Ayer la agenda festiva continuó pasada por agua. Así, los «royals» desfilaron, con paraguas en mano, sobre la alfombra roja que daba acceso al HNoMy, el yate donde degustaron el almuerzo. Por la tarde se unieron más invitados, entre ellos, Don Juan Carlos y Doña Sofía, que se reencontró con su cuñada Ana María, esposa de su hermano Constantino, así como con Pablo y Nicolás, hijos de ambos. La semejanza de edad entre los Reyes Eméritos y los noruegos explicaría por qué son ellos y no Don Felipe (49) y Doña Letizia (44) los que representen a España en este cónclave real. En cambio, en el 50 cumpleaños de Guillermo Alejandro de Holanda, el mes pasado, la representación española sí recayó sobre ellos.

Los Reyes Eméritos participaron en el cortejo de ilustres que, en coche cubierto, desfiló por la calle Karl Johans, una de las principales de la capital. La comitiva hizo su última parada en la Ópera. Dentro les esperaba una cena ofrecida por la primera ministra noruega, Erna Solberg, que fue clausurada con una función de fuegos artificiales.

La visita española era de las más esperadas, dada la estrecha relación entre las casas reales de Noruega y España. Para Don Juan Carlos supuso volver a ver a un amigo con quien comparte pasión por la vela. Y es que Harald figuró entre los regatistas de la Copa del Rey celebrada en Palma. De ahí que durante años los monarcas noruegos veraneasen en Mallorca. Para Doña Sofía significó reencontrarse no sólo con un amigo, sino con un amor de juventud, ya que en su momento, cuando eran adolescentes, las familias reales noruega y griega propiciaron encuentros entre Doña Sofía y Harald para intentar emparejarlos, aunque él ya estaba enamorado de Sonia, a la que había conocido en un campamento de verano. El entonces rey Olaf V se oponía a que su hijo se casase con una plebeya, pero Harald se rebeló, estando dispuesto a renunciar a sus derechos dinásticos, por lo que su padre al final accedió. Así, no extrañó que Harald apoyase a su hijo cuando decidió casarse en 2001 con Mette Marit, una madre soltera.

Los fastos por el cumpleaños de los monarcas noruegos no acabaron ayer, ya que durante cuatro días en junio visitarán todo el país, un periplo que culminará el día 13 con una gran fiesta en Lillehammer.