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El dueño del imperio de Topshop, el nuevo depredador sexual vinculado a #MeToo

El empresario niega «categórica y completamente» cualquier acusación relacionada con comportamientos racistas o abusos sexuales

Imagen de archivo de junio de 2013 de Philip Green / Foto: Ap
Imagen de archivo de junio de 2013 de Philip Green / Foto: Aplarazon

Philip Green, dueño del gigante textil Topshop, ha sido identificado como el gran depredador sexual del que hablaba estos días la prensa británica.

Philip Green, dueño del gigante textil Topshop, ha sido identificado como el gran depredador sexual del que hablaba estos días la prensa británica. El rotativo The Daily Telegraph prendió la mecha el miércoles al publicar en portada todos los datos de una extensa investigación sobre presuntos abusos y ataques racistas que implicaban a un «relevante hombre de negocios». No se podía identificar, dado que un juez había prohibido la difusión de su identidad. Todo el mundo se preguntaba quién estaba detrás de otro de los casos relacionados con el #MeToo.

Y finalmente el Lord Peter Hain ha considerado que su «deber» era desenmascarar al supuesto culpable, que niega las acusaciones. Al amparo de los privilegios que otorga la legislación británica a los parlamentarios en cuestiones relacionadas con la libertad de expresión, el laborista describió el caso como el de «un poderoso empresario que está utilizando acuerdos de confidencialidad y sustanciales pagos para ocultar la verdad sobre graves y repetidos episodios de acoso sexual, abusos racistas e intimidaciones».

«Siento que es mi deber, bajo privilegio parlamentario, nombrar a Philip Green como el individuo en cuestión, dado que los medios de comunicación están sujetos a una orden judicial que evita la publicación de los detalles de esta historia, que es claramente de interés público», afirmó el miembro de la Cámara Alta.

A pesar de que el magistrado no ha levantado la prohibición de difundir la identidad del empresario, todos los medios británicos llevan este viernes en sus portadas la fotografía de Green, presidente del gran imperio Arcadia Group, grupo que comprende marcas como Topshop, Topman, Wallis, Evans, Miss Selfridge y Dorothy Perkins.

En un comunicado, el empresario negó «categórica y completamente» cualquier acusación relacionada con comportamientos racistas o abusos sexuales. «Arcadia y yo tomamos las acusaciones y quejas de los empleados muy en serio y, en caso de que se produzcan, se investigan exhaustivamente», aseguró Green.

El grupo «emplea a más de 20.000 personas y, como es habitual en muchas grandes empresas, a veces recibe quejas formales por parte de empleados. En algunos casos, (esas quejas) se resuelven con el acuerdo de todas las partes y sus asesores legales», indica el comunicado. «Esos acuerdos son confidenciales, por lo que no puedo hacer más comentarios sobre ellos», agregó el empresario.

The Telegraph pasó ocho meses investigando denuncias de acoso e intimidación de cinco empleados. Cuando el rotativo contactó al empresario en julio para realizar comentarios al respecto, éste acudió a la justicia para impedir que se publicaran los detalles.

Un juez del Tribunal Superior se negó a conceder la orden de amordazamiento en agosto, pero los jueces del Tribunal de Apelación dictaminaron a favor de Green el martes de esta semana. Según The Telegraph, los cinco empleados recibieron «sumas sustanciales» de dinero a cambio de compromisos legales para no discutir sus supuestas experiencias.