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Guillermo Bárcenas y Antón Carreño: «Mi padre es un icono pop»

El hijo del ex tesorero del PP y el nieto de Díaz Ferrán llenan la sala La Riviera en el cierre de la gira por su primer disco.

En la imagen, Antón Carreño (a la izquierda) y Guillermo Bárcenas (a la derecha)
En la imagen, Antón Carreño (a la izquierda) y Guillermo Bárcenas (a la derecha)larazon

El hijo del ex tesorero del PP y el nieto de Díaz Ferrán llenan la sala La Riviera en el cierre de la gira por su primer disco.

Si es cierto aquello de que somos nosotros y nuestras circunstancias, ustedes no me perdonarían que al hablar de Taburete, el grupo pop que lo está «petando», obviara el jugoso contorno de la historia: que Guillermo Bárcenas y Antón Carreño son, respectivamente, hijo y nieto del ex tesorero del PP y de Gerardo Díaz Ferrán, quienes compartieron misa de doce en Soto del Real. Así que, como además es imposible sustraerse al morbo y «Willy» y «Antxon» –que promocionan estos días dos conciertos en la mítica sala La Riviera de Madrid– lo saben, deciden sabiamente no enrocarse en el «yo he venido a hablar de mi disco». Y es que Taburete también son sus circunstancias. Y yo soy periodista, ¡qué demonios!

El morbo no llena las salas

Por lo demás, Willy Bárcenas ya tiene «callo» con la Prensa: le han perseguido por todo el barrio de Salamanca, le han pillado ebrio narrando el «goooool» que le marcó en la cabeza al falso cura que entró en su casa y trató de secuestrarles a él y su madre, y hasta ha tenido que aguantar que le lanzaran sobres por la calle. Y aunque confiesan que todo aquel ruido les hizo muy buena promoción al principio, las circunstancias, opinan, no llenan conciertos: «No puede ser que por el morbo se abarrote una sala como La Riviera –dice Willy–. Además, mucha gente no sabía siquiera de quién soy hijo. El otro día vi un tuit de un seguidor que decía: “Soy ultrafan de Taburete pero me acabo de enterar de que es hijo de Barcenas, ¡ajjjjj!”. Muchas veces me paran por la noche para hacerse fotos y me dicen: “Tú eres el de Taburete, ¿no?’’. Estoy seguro de que vamos a conseguir que nos vean por nosotros mismo, cueste más o menos, porque es cierto que hay poca gente más mediática que mi padre en España ahora mismo». Por lo pronto, han girado por capitales como Sevilla y Zaragoza y cerrarán con Barcelona (hoy tocan en la puntera sala Razzmatazz), Mallorca y los dos conciertos de La Riviera, uno de ellos con todo el papel vendido.

Taburete se formó en 2014. Willy (27 años) es vocalista y letrista; Antxon (20), bajista y coros. Lo suyo es un pop melódico limpio y desprejuiciado. La voz de Bárcenas jr. suena a ratos cantautorial, en ocasiones folk, a veces macarra. Adoran los ritmos mexicanos. De hecho, su primer disco se llama «Tres tequilas». En su segundo trabajo agudizan las influencias de la ranchera, el corrido, el bolero «y esas trompetas de película de Tarantino que tanto me gustan» (Willy estudió cine en Nueva York) y que traen locas a las «tabureters». Y es que el 80% de sus fans, aseguran, son chicas de entre 16 y 26 años. «No sé por qué no vienen más chicos a los conciertos, están llenos de tías y son una fiesta, una joda monumental», apunta Willy.

Sobre el escenario son desvergonzados. «En los conciertos hago desde imitaciones a minimonólogos o pongo la voz grave como Louis Armstrong o sacamos unos chupitos... Es un show...», señala Bárcenas. «La clave es la actitud», apostilla Carreño. Y, Loquillo mediante («Rock and roll actitud»), acabamos hablando de Luis, de sus abrigos ingleses, sus patillas, la famosa peineta (que es como su lengua de los Stones)... ¿Es Bárcenas una «rock and roll star»? “Sí, yo diría que sí lo es –considera su hijo–. Un icono pop. Le han hecho hasta un cómic... Es además una persona peculiar también en su aspecto físico». Y añade Antxón: «Viéndolo desde fuera creo que también es importante la actitud que ha tenido en lo que le ha pasado, distinta a la de otra persona en esas circunstancias».

Afirma Willy que compone según sus vivencias. Para Los Jardineros, su anterior banda, escribió «La última misión de Andrey Popol», sobre el mencionado incidente del «falso cura». «La inspiración la pillo dando un repaso a mi vida, pero dicho todo de forma metafórica, no se entiende a veces el sentido en la primera escucha. Compuse muchas letras cuando mi padre estaba en la cárcel y claro que hay referencias, aunque llevadas a mi terreno». La relativa calma derivada de la vuelta de Bárcenas a casa, a la espera de juicio en octubre, tiene un solo perjuicio: «Estoy muy contento ahora y no compongo; cuando uno está peor es cuando salen las canciones mejores».

Pero si en algo pesa el apellido Bárcenas es a la hora de tratar con lo público: «Los ayuntamientos y los festivales no nos quieren contratar cuando se dan cuenta de quiénes somos. Sé de casos de gente que ha escuchado el disco a ciegas y les ha encantado y cuando se han enterado de quiénes éramos decían que no». Las redes sociales son su caladero. Ellos mismos producen y financian sus trabajos. Les da para vivir de la música, «en casa, eso sí». «Hace un año era un sueño y ahora empezamos a ver que puede ser posible de verdad. Se ha formado un fenómeno viral y creemos que con un segundo disco podemos pegar un buen pelotazo. No quiero parece chulo, pero lo veo claro», señala Willy. De hecho, las «majors» han llamado a su puerta, pero prefieren la «independencia». Aparte de en templos como Razzmatazz o La Riviera, su música ha sonado en Soto del Real. Por cierto, ¿qué música le gusta a Bárcenas «senior»? «No es muy de música, aunque le hace gracia Andy y Lucas. Él los llama Thomas y William». Pues eso, Taburete y sus circunstancias.