Casas reales
Guillermo: menos samba y más trabajar
El nieto de Isabel II se ha situado en el punto de mira de las críticas al dejar de lado la celebración del Día del Commonwealth, a la que sí asistió el resto de la familia real, por unos días de diversión junto a sus amigos en los Alpes Suizos, donde se le pudo ver en compañía de una modelo.
El nieto de Isabel II se ha situado en el punto de mira de las críticas al dejar de lado la celebración del Día del Commonwealth, a la que sí asistió el resto de la familia real, por unos días de diversión junto a sus amigos en los Alpes Suizos, donde se le pudo ver en compañía de una modelo.
El príncipe Guillermo, de 34 años, siempre ha sido uno de los miembros más queridos de la familia real. Debido a su gran popularidad, se llegó a sugerir que debía ser él quien se convirtiera en monarca y no su padre, el príncipe Carlos, castigado durante un tiempo en los sondeos por sus escarceos y posterior enlace con Camila. Pero ahora las tornas han cambiado y, mientras su progenitor va ganando puntos, el hijo mayor de Lady Di suma críticas por sus escasos compromisos oficiales. Los titulares no utilizan la palabra «vago», sino «work-shy» (tímido a la hora de trabajar). Y es que en lo que va de año, tan sólo ha asistido a 18 actos públicos comparados con los 24 que ha llevado a cabo la monarca, a punto de cumplir el próximo mes 91 años. En 2016 Isabel II atendió 332 compromisos y su esposo, el príncipe Felipe, de 95 años, 219. Pero en la agenda del heredero sólo hubo 188 apariciones.
Guillermo y Catalina volvieron ayer a la escena pública para comenzar un viaje de dos días que concluye hoy en París. Se trata de la primera visita oficial del infante a la capital francesa el mismo año en el que se cumple el 20 aniversario de la muerte de Lady Di, que falleció en un accidente de coche en el Puente del Alma de la ciudad. Aunque la joven pareja ha vuelto a dejar fotos memorables, lo cierto es que el viaje tiene lugar tras una semana de polémicas portadas en las que Guillermo aparecía divirtiéndose con sus amigos en la nieve mientras que el resto de la familia real acudía a las celebraciones del Día del Commonwealth. Mientras la reina, el duque de Edimburgo, el príncipe Carlos y Camila e incluso el príncipe Enrique atendían al servicio religioso en la Abadía de Westminster, el que está llamado a convertirse en el próximo rey hacía las delicias de los tabloides con unas fotografías en la que aparecía conversando animado con la modelo australiana Sophie Taylor, de 24 años, en el exclusivo centro de ski Verbier, en los Alpes Suizos. Catalina se había quedado en casa el fin de semana junto a sus hijos, Jorge y Carlota.
Los diarios también reprodujeron vídeos donde Guillermo aparecía bailando en un famoso club nocturno llamado Farinet con sus amigos. Bajo la atenta mirada de dos de sus guardaespaldas estuvieron divirtiéndose hasta bien entrada la madrugada. Allí trabajaba Taylor, aunque su novio Aaron Goodfellow estaba presente y describió al príncipe como «gran tipo». Las imágenes alimentaron más de una broma en los periódicos, donde se ironizó con que el futuro rey estaba realizando «su propia celebración del Día del Commonwealth» al mantener contactos con la modelo australiana. Por su parte, el nieto de la soberana asegura que se toma sus obligaciones muy en serio. Las críticas ante su despejada agenda no son nuevas. Justo hace un año, coincidiendo con el 90 cumpleaños de Isabel II, el príncipe respondió en una entrevista a la BBC a quienes le acusaban de no hacer lo suficiente por la corona y puntualizó que sería «la primera persona en aceptar» compromisos reales cuando su abuela, que lleva 65 años en el trono, le ceda responsabilidades.
Por el momento aprovecha el tiempo para hacer un «trabajo que merece la pena», al pilotar helicópteros de la sanidad en el condado de Norfolk, este de Inglaterra, donde vive con su mujer, la duquesa de Cambridge, y sus hijos. Un trabajo como piloto a media jornada que sólo le lleva 80 horas al mes. Tal y como él mismo especificó, no será hasta este verano cuando se dedique por completo a su tarea institucional y para eso la familia se mudará a Londres. Para velar por la privacidad de sus hijos, Guillermo y Catalina, decidieron criarles en el tranquilo Norfolk, pero los asesores de palacio les han advertido de que tienen que tener más peso en la agenda de la corona. En 2016 Guillermo realizó 188 apariciones y Catalina 140.
Sin embargo, en 1985, cuando su padre, el príncipe Carlos, tenía su edad, realizó 404 y Lady Di, 299. El escritor Phil Dampier, experto en realeza, asegura a «The Sun»: «Guillermo y Catalina no están haciendo lo suficiente. La reina y el príncipe Felipe han superado ya los 90 años y Carlos y Camila los 70, por lo que es hora de que la generación más joven intensifique sus compromisos». «Guillermo nunca ha querido desentenderse de sus obligaciones, pero ha tratado de retrasarlas el mayor tiempo posible. Ahora, tanto él como su mujer deben dedicarse al puesto para el que nacieron», matiza.
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