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Ignacio de Jacob y Gómez ingresa en la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén
Ha sido investido como Caballero con la bendición S.S. el Papa Francisco.
Ignacio de Jacob y Gómez, uno de los asesores de imagen y relaciones públicas más conocidos de nuestro país, ha sido nombrado la semana pasada Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, la Orden de caballería más antigua de la Cristiandad y una de las de más difícil acceso. Se trata de la única Orden, junto con la de Malta, reconocida por el Estado español.
“Es un honor formar parte de la Orden pero también supone un compromiso conmigo mismo”, explica a LA RAZÓN el empresario. “Me refiero a un doble compromiso hacia la Orden, puesto que voy a poder colaborar en la defensa de los cristianos que viven en Tierra Santa, que en muchos casos se ven desamparados, así como en las labores de mejora asistencial en hospitales infantiles, con enfermos, refugiados, etc. Esto, además, ha fortalecido mi fe y también me ha hecho recordar ciertas obligaciones hacia los demás que no debo descuidar, como llevar el mensaje de la paz y la concordia a una tierra donde hay tantas diferencias étnicas y religiosas”, asegura.
El Santo Sepulcro de Jerusalén, el lugar donde según la tradición fue sepultado Jesús, comenzó a ser custodiado en 1098, después de que Godofredo de Bouillón, duque de la Baja Lorena, saliera victorioso de la Primera Cruzada. Bouillón encargó a un grupo de caballeros la protección del templo, surgiendo así los primeros Caballeros Sepulcristas, que constituían una guardia noble que velaba con sus armas noche y día protegiendo las murallas de Jerusalén y acompañando a sus reyes en todas las batallas. Para lograr ingresar en la Orden, a la que sólo pertenecen algo más de 300 caballeros en toda España, hay que contar con una buena formación académica y, a ser posible, con un linaje noble. De Jacob aclara que “hoy por hoy los títulos no son un requisito y aunque se tienen en consideración, lo que se exige es la nobleza personal”, explica. Son unas formalidades muy estrictas, ya que es el propio Vaticano el que concede tan gran distinción.
Ignacio de Jacob y Gómez es un joven aristócrata, licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Psicología, además de contar con numerosos masters, premios y reconocimientos, “pero el ingreso en la Orden va mucho más allá de los títulos y del nivel socio-cultural en el que hayas nacido, es una vocación. De hecho, la Orden cada vez está más abierta porque cuanta más gente extienda el mensaje de Jesús, mucho mejor”, afirma.
Ignacio de Jacob tiene en su haber el premio Paloma de la Paz, otorgado por la ONG Mensajeros de la Paz, que le concedió el Padre Ángel, premio Príncipe de Asturias; el Premio Perséfone, del Club de Medios, concedido por Luis María Ansón, de la Real Academia Española;
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