La Rioja
Juan Carlos I: unas vacaciones «masterchef»
Amigos, buena comida y regatas. El rey emérito se dejará ver este verano en Sanxenxo, donde disfrutará de su excelente gastronomía. Por su parte, Don Felipe empezará su periodo de descanso la semana que viene en Palma de Mallorca, donde recibirá a las principales autoridades políticas de Baleares.
Amigos, buena comida y regatas. El rey emérito se dejará ver este verano en Sanxenxo, donde disfrutará de su excelente gastronomía. Por su parte, Don Felipe empezará su periodo de descanso la semana que viene en Palma de Mallorca, donde recibirá a las principales autoridades políticas de Baleares.
La Infanta Doña Pilar reconocía a LA RAZÓN en 2014, año de la abdicación de Don Juan Carlos, que su hermano «está viajando por ahí constantemente, es que no para y está encantado, ha recuperado amigos de juventud y una vida totalmente libre. Ahora casi no le veo». Y así sigue tres años después, con una agenda social repleta. Entre esos amigos se encuentran Miguel Arias, los Aznar, los Gamazo y Vicente Boluda, y en esos viajes incluye la geografía española dando cuenta de la gastronomía patria. Este verano no será muy diferente del anterior. Y es que la agenda oficial de Don Juan Carlos es prácticamente anecdótica desde su abdicación, así que, dado su carácter «disfrutón y campechano» como le describen los que bien le conocen, el Rey Emérito tiene todo el tiempo del mundo para dedicarlo a sus aficiones de temporada: toros, caza, amigos, gastronomía y vela. El año pasado estuvo pocos días en Palma de Mallorca, los justos para celebrar el 80 cumpleaños de su hermana Pilar y cenar con la Reina Sofía, sus hijos Elena, Felipe y sus respectivas familias en Puerto Portals. Cuando se aloja en Marivent lo sigue haciendo en el palacio principal, ya que son los tres hijos, Elena, Cristina y Felipe, los que se hicieron casas dentro del recinto y se instalan con sus familias en ellas. El próximo viernes, Don Felipe da inicio a su programa institucional en Palma con las tradicionales audiencias, en el Palacio de la Almudaina, a las principales autoridades políticas de Baleares. Se asume que viajará junto a la Reina, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía y que a lo largo de los siguientes días difundirán las imágenes de su también tradicional posado de verano en Marivent. Ese mismo fin de semana comienza la Copa del Rey de Vela y se espera que Felipe VI asista a alguna de las jornadas de la competición.
Corridas y caza
A Don Juan Carlos le gusta ver los toros desde la barrera. Ha decidido que el palco real es para que eventualmente vaya el Rey Felipe. Él, por su parte, se hace acompañar por algún torero, como Enrique Ponce, o algún crítico taurino como Vicente Zabala, con los que comentar las faenas, además de disfrutar de la compañía de la Infanta Elena y de los hijos de esta, todos aficionados a la Fiesta Nacional. El verano del año pasado asistió a varias corridas por España y este puede repetir por lo mucho que disfrutó. La caza le sigue gustando y continúa yendo con frecuencia a las fincas de sus amigos, ya no tanto a cazar porque le operaron de un nódulo y el retroceso –el tirón– de la escopeta no le va nada bien para esa lesión. Los médicos le desaconsejaron que disparase, pero el ambiente, el sorteo de puestos, las comidas, las realas de perros y los amigos son muy tentadores para dejar de ir y seguirá haciéndolo.
El Rey Emérito es tan castizo que hasta la comida le gusta que sean platos típicos de la gastronomía española. Especialmente los de cuchara, las lentejas, las patatas a la Riojana o un cocido madrileño, pero todo junto, lo que él llama «cocido mojao», la sopa, los garbanzos y las viandas en un solo cuenco. Así lo hace constar en las dedicatorias que va dejando en los restaurantes por los que va pasando. En la Cruz Blanca de Vallecas les firmó en el libro de honor «Al restaurante Cruz Blanca de Vallecas y sobretodo a Antonio, mi enhorabuena, pues es difícil hacer un cocido mejor y con el cariño a España. Con mi afecto y esperando volver. Juan Carlos R.».
Por cierto, que a ese templo gastronómico llegó sólo con sus escoltas, pero en la mesa le esperaban Begoña y Pedro Trapote y Samantha Vallejo-Nájera y Alejandro Aznar, que es el empresario bodeguero, propietario de las bodegas Marqués de Riscal, que invitó a todos los comensales. Decir que no tuvieron trato especial, ya que la reserva de la mesa la hizo Aznar con dos meses de anticipación. Un dato: el Rey repitió de garbanzos y se comió un par de torrijas con miel. Con los Aznar ya había estado pasando un fin de semana en el hotel diseñado por Frank Ghery en La Rioja, en esa ocasión también viajó solo, pero se le unieron Vicente Boluda y su pareja, los Gamazo y su incondicional amigo Miguel Arias.
La Reina Sofía, ha podido ejercer su vegetarianismo pero Don Juan Carlos no la ha secundado, él es más de buenas carnes poco hechas, un generoso entrecot vuelta y vuelta antes que un plato de judías verdes con patatas. El café lo toma sólo y siempre un par de copas de vino tinto español y si la sobremesa se prolonga acepta encantado un par de bajativos. De hecho, dicen que el Rey Emérito es un hombre de sobremesas largas y que suele llevar la batuta de la conversación por la cantidad de experiencias y conocimientos que tiene. Es buen contertulio, con gran sentido del humor y aficionado al móvil. Además, el «si bebes no conduzcas» no necesita tenerlo en cuenta porque ahora siempre viaja en el asiento de copiloto de su Bentley de color azul, regalo de la compañía Volkswagen.
Más que cigarrillos, que alguno rubio se ha fumado, el Rey Emérito ha sido de puros. En concreto, su favorito ha sido el llamado «El rey del mundo» variedad Grande de España. Posiblemente el mejor habano del mundo que se elaboraba en Cuba y del que Fidel Castro y Don Juan Carlos dieron buenas caladas mientras pudieron. Ahora, ocasionalmente puede que disfrute con alguno pero los médicos se lo desaconsejaron hace tiempo y es muy riguroso con lo que los galenos le marcan. Es disciplinado y obediente para las rutinas que le ponen los médicos, por eso anduvo contrariado cuando se le infectó la operación de cadera porque él había seguido lo que los doctores le habían dicho y aún así surgió la complicación que requirió intervenirle de nuevo.
Amante de la velocidad
A Don Juan Carlos le ha gustado siempre conducir no sólo coches, también motos, que le entusiasman por dos motivos: para intentar dar esquinazo a la escolta, pasearse sin ser reconocido gracias al casco y porque le gusta la velocidad. Tanto es así que obligado como ha estado siempre a hacerse acompañar en sus desplazamientos por un Ayuda de Campo, en cierta ocasión uno de ellos, José Antonio Alcina, le dijo: «Majestad, si piensa correr yo no me subo con usted de paquete». Del Bentley se ha encaprichado su amigo Vicente Boluda, que fue ver a Don Juan Carlos llegar en esa máquina y entrarle ganas de comprarse uno igual; en ello está el empresario valenciano.
Por otra parte, a toda la familia le ha gustado desde siempre ver televisión. Ahora en concreto el Rey Emérito siente predilección por «Master Chef», porque promueve la gastronomía española, y por el programa de entrevistas de Bertín Osborne. Por cierto, que la foto que se ha conocido esta semana de la paella que el humorista Arévalo le preparó a Don Juan Carlos, a la Infanta Elena y la familia de Osborne en su casa se hizo hace más de dos meses, aunque Arévalo la haya compartido en las redes sociales esta semana.
✕
Accede a tu cuenta para comentar