Sevilla
Isabel Pantoja ya tiene día y hora para salir a la calle: 7-XII-2015, 11:00 A.M.
El lunes, la cantante saldrá de permiso penitenciario, a la espera de disfrutar del tercer grado que ayer pidió la Audiencia de Málaga
El lunes, la cantante saldrá de permiso penitenciario, a la espera de disfrutar del tercer grado que ayer pidió la Audiencia de Málaga
Isabel Pantoja ha comenzado el mes de diciembre con muy buenas perspectivas de futuro y con dos grandes noticias, tras pasar uno de los peores años de su vida. La más importante, quizá, se conocía ayer a las diez y media de la mañana cuando la sección segunda de la Audiencia de Málaga le concedía el tercer grado penitenciario «porque la penada, que es delincuente primaria, ha cumplido más de la mitad de dos años que le fue impuesta. Cuenta con apoyo familiar y posee ingresos económicos procedentes de sus actividades profesionales y artísticas. Además, viene cumpliendo el compromiso de pago de la multa que le fue impuesta, habiendo abonado la cantidad de 747.148,96 euros del total impuesto». A la cantante trianera la noticia se la comunicó oficialmente el educador de la Prisión de Alcalá de Guadaíra. Pero Isabel ya lo sabía, porque la noticia la habían dado en primicia en el programa «Espejo Público» y un funcionario de su módulo fue a contarle la información que llevaba varios meses deseando escuchar. Por fin podría estar en semilibertad.
- El lunes, de permiso
Pero, ¿cuándo saldrá la tonadillera con su tercer grado bajo el brazo? La veremos salir, de momento, de permiso, sin su tercer grado. Este lunes a las once de la mañana abandonará el Centro Penitenciario de Mujeres para disfrutar del que será su cuarto permiso ordinario dentro de la clasificación del segundo grado.
Fue este pasado jueves cuando llegaron a la Prisión de Alcalá de Guadaíra los permisos ordinarios aprobados por el juzgado penitenciario de Sevilla. Había gran confusión porque hasta su propio hijo Kiko Rivera creía que el siguiente permiso que disfrutaría su madre tendría lugar durante las próximas Navidades. Nada más alejado de la realidad. Saldrá contenta y sabedora de que el tercer grado está muy próximo, pero abandonará el Centro con un permiso de seis días y sin saber la modalidad de grado que le impondrán. Este puente de la Constitución, la tonadillera se dirigirá a su finca Cantora para, lo primero, abrazar a su madre a la que está deseando ver tras conocer su ingreso en el hospital de Puerto Real por un fuerte dolor de ciática. Lo segundo, será planificar su futuro profesional. La cantante tiene grabado un disco que quiere lanzar cuanto antes. Para ello, tiene que ponerse manos a la obra y ver a su otorrino de cabecera para comprobar el estado de sus cuerdas vocales. Además, quiere estar presente en el nacimiento de su nieta Ana, que está previsto para finales de mes.
- Modalidad del grado
Por ahora, lo único seguro es que la Junta de Tratamiento se reunirá el jueves próximo tras el puente de la Constitución y por votación decidirán la modalidad de tercer grado que le impondrán a la cantante. Aplicarán el artículo 86.4 del Código Penal, el cual establece varias posibilidades; desde ir a dormir a prisión varios días de la semana, pulsera telemática o la posibilidad de acudir a firmar dos veces al mes al juzgado. Siendo ésta última modalidad la solicitada por su abogado, Carlos Esteban Romero, y al que la Fiscalía de Málaga ha dado el visto bueno.
Otro de los argumentos que juegan y han jugado para alcanzar el tercer grado, ha sido el «informe emitido por la trabajadora social, educador y jefe de servicios médicos y miembros de la Junta de Tratamiento que la penada ha asumido la responsabilidad por el delito cometido. Tal reconocimiento y asunción de responsabilidad representa un factor esencial para favorecer un régimen de semilibertad».
- En contra de la directora
Son muchos los funcionarios que están deseando que la tranquilidad vuelva a la Prisión de Alcalá de Guadaíra. Saben que cuando Pantoja abandone el centro, el interés mediático bajará un 70 por ciento. Otros, sin embargo, están planeando una concentración el día 18 para mostrar su protesta contra la directora del Centro Penitenciario, Maribel Cabello. Algunos trabajadores están en desacuerdo con la forma en la que la directora está llevando el Centro. Consideran que sí ha habido trato de favor hacia ella y creen que tras su denuncia a los medios, están sufriendo «una caza de brujas» y una persecución que ha provocado alguna baja por depresión «por el acoso laboral» al que están sometidos. Fuentes penitenciarias lo niegan y aseguran que el enfrentamiento era anterior al ingreso de la cantante. Mientras tanto Isabel saldrá este sábado al patio sabiendo que su semilibertad está muy próxima.
El día que entró
Del rictus serio a la amplia sonrisa
Observando su gestualidad, expresión facial, incluso el vestuario que elige, queda reflejado su estado anímico y emocional. En su entrada a la cárcel, vemos un rictus más serio, circunspecto, con tensión en la musculatura de sus hombros, cuello y cara, lo que nos refleja tensión y ansiedad. Muestra el desagrado e incomodidad de volver a entrar en prisión y las emociones negativas que esto le genera. La barbilla elevada y tensionada, refleja que es un movimiento consciente con la finalidad de mostrar orgullo en vez de debilidad. Esconderse tras las gafas de sol es un gesto también con el que pretende esconder sus emociones. Su paso es más lento cuando tiene que entrar y la curvatura sutil de su espalda nos refleja abatimiento.
Cuando analizamos sus salidas de la cárcel (a la derecha), su corporalidad varía totalmente. Sus movimientos de saludo a las personas que la esperan son altos y amplios, expansivos, lo que nos refleja positivismo, lo mismo que su amplia sonrisa. Su espalda es más recta, su paso más firme, su zancada más amplia, sonríe y su barbilla se muestra más elevada, lo que refleja positividad. Incluso los colores seleccionados para la ropa son más alegres. Aunque debemos ser realistas y saber que estos movimientos son conscientes, por lo que se pueden controlar, no tienen por qué reflejar una congruencia con la emoción real.
Por Valvanuz Sánchez de Amoraga
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