Papel
La puesta de largo de la ciudadana Beatriz
El pasado 7 de octubre Albert Rivera y su novia decidieron dar el paso de posar por primera vez ante los medios y oficializar así su relación en la velada de los Premios Planeta.
No era imaginable, no estaban muy por la labor, pero finalmente Albert Rivera y Beatriz Tajuelo decidieron oficializar –con todos los tintes políticos candidatables que ello conlleva– su relación el pasado 7 de octubre cuando, según ha podido saber LA RAZÓN, confirmaron su presencia en los Premios Planeta celebrados la noche del jueves. Tres semanas en las que la pareja, desde que el candidato a las elecciones generales recibió la invitación para la gran velada cultural, ha pensado que la relación es lo suficientemente estable como para dar el paso de que Beatriz camine a su lado como «primera dama» si resulta ser elegido presidente el próximo 20 de diciembre.
De esta manera, Rivera presentó a la mujer con la que está viviendo un noviazgo serio desde que se separó hace algo más de dos años de su esposa Mariona Soperas, una psicóloga con la que tiene una hija, Daniela. Soperas estuvo detrás del presidente de Ciudadanos en sus primeras campañas a la presidencia de la Generalitat, siendo uno de sus más firmes apoyos.
Sonrientes ante los focos y las cámaras, con naturalidad, Albert y Beatriz posaron juntos por primera vez ante la sorpresa de los 900 invitados a la noche barcelonesa. Incluso accedieron a fotografiarse junto con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien acudió al evento sin su mujer.
Beatriz estuvo con su compañero en la mesa principal de la velada literaria, junto a autoridades como el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, y su esposa, Columna Martí; el de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas; la ministra de Fomento, Ana Pastor; Pedro Sánchez; la delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el conseller de Cultura, Ferrán Mascarell, y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert. Ella habló animadamente con todos, conociendo de primera mano a alguno de los rivales políticos de su novio.
De esta forma, y con permiso de los premiados Alicia Giménez Bartlett y Daniel Sánchez Arévalo, Beatriz Tajuelo fue protagonista de la noche. Serán actos puntuales –como asimismo hacen las mujeres de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy– a los que Beatriz acudirá. Rivera es una persona muy celosa de la intimidad de su familia –no tanto de la suya– entre otras cosas por cuestiones de seguridad. Lo fue con su mujer y lo es ahora con su novia, con quien no se presta a que le hagan fotos en sus ratos de ocio. Tanto es así, que horas después de presentar a su novia ante la sociedad político-cultural española, Albert Rivera insiste en que Beatriz «no es un personaje público» por lo que prefiere no hacer «ninguna declaración». Es tanto el secretismo con el que lleva la relación que ni siquiera el líder de Ciudadanos ha querido revelar el nombre del diseñador del vestido negro con lazo rojo que lució Tajuelo, una azafata con la que comparte relación desde las últimas Navidades.
Las pocas veces que se ha referido a ella fue precisamente en una entrevista para este periódico en la que desvelaba que «mi chica es mi casera», en referencia al piso que comparten en la capital cuando no está en Barcelona. «Vivo con ella en un piso de 50 metros cuadrados», desvelaba entonces. Eso era a finales de agosto. Ahora en octubre, su chica ya es novia oficial.
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