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Luis Medina: «Me daría coraje que mi madre tuviera novio»

Luis Medina, embajador de Jaguar, asegura que nunca ha anhelado un título nobiliario, aunque su tío le privó de poder ser hoy conde de San Martín de Hoyos

El empresario, de 37 años, en la estación de esquí de Soldeu, en Andorra
El empresario, de 37 años, en la estación de esquí de Soldeu, en Andorralarazon

Luis Medina, embajador de Jaguar, asegura que nunca ha anhelado un título nobiliario, aunque su tío le privó de poder ser hoy conde de San Martín de Hoyos.

El hijo pequeño de Naty Abascal rozó con los dedos ser conde. Es creyente y, como buen andaluz, tradicional. Le gustaría celebrar una boda con mantilla y catedral, como la de su hermano el duque de Feria, «aunque quizá un poco más discreta». Dice que solo se ha enamorado una vez y «la dejé yo porque ahí soy muy puñetero. A mí nunca me ha dejado nadie». Mantiene una gran amistad con Margarita de Suecia y cuando viaja a Nueva York o a Estocolmo queda con ella. Debía ser la adrenalina de conducir un Jaguar F-Pace por el circuito de nieve que la marca inglesa tiene en la estación de esquí en Soldeu, Andorra, lo que ha hecho que Luis Medina, embajador de Jaguar, nos concediera una entrevista a slalom y sin bastones.

–¿Es conde de San Martín de Hoyos?

–No lo soy. Un día mi tío Ignacio, duque de Segorbe, me dijo que a mi abuela le gustaría que los nietos no titulados tuviéramos uno y que había pensado en darme el condado de San Martín de Hoyos. Me pareció estupendo. Mi tío me dijo que mi abuela había firmado la distribución del título a mi favor, así que el título era mío. Al cabo de los años me entero de que mi tío no había presentado ningún papel y cuando muere mi abuela reclama todo para él. Pero el Consejo de Estado acusa a mi abuela de fraude de ley por hacer una distribución totalmente ilegal. Yo nunca pedí nada porque hasta los 18 años no tuve mucha relación con la familia de mi padre. Mi madre ha sido la que nos ha criado y la que ha trabajado para mantenernos. Ella siempre nos comentó que no esperásemos nada de la familia paterna y que nos olvidásemos de los títulos.

–¿Se lleva bien con ellos?

–Con mi tío Ignacio, duque de Segorbe, no tengo ninguna relación, y con mi prima Victoria, la actual duquesa, me llevo estupendamente, igual que lo hacía con su padre Marco. El que vive muy bien y tiene casas hasta en Venecia es mi tío, pero reconozco que en un 95 por ciento estoy de acuerdo en lo que ha hecho desde que se creó la fundación Medinaceli, pero de ahí a pretender quedarse de modo vitalicio con todo utilizando la excusa de que porque él se ha ocupado de ello tiene derecho, no es justo porque yo no había nacido cuando se constituyó la fundación. Ahora, ayudo siempre que puedo.

–¿Reclamará su título?

–Se lo tendría que pedir mi prima Victoria, legítima heredera del ducado de Medinaceli y de los títulos que conlleva. Mi primo Marco, padre de Victoria, en vida me dijo que si algún día le llegaban los títulos que tuviera por seguro que me iba a favorecer con uno. Me agradaría el de San Martín, pero nunca he ido pidiendo títulos ni hablo de ello.

–¿Su madre qué opina?

–Ella es muy pragmática. Siempre nos ha dicho que los títulos no nos van a dar de comer ni nos solucionarán la vida.

–¿Cómo es la joven duquesa de Medinaceli?

–Mi prima tiene 20 años. Es buena estudiante, acabó el Instituto de Empresa y ahora está en China haciendo un máster. Es una mujer con un porvenir extraordinario. Gracias a Dios tiene una madre que se ocupa mucho de los temas familiares de los Medinaceli y lucha por ella.

–¿Qué recuerdos guarda de su padre?

–Muy buenos. Antes de entrar en la cárcel era un padre que hacía el papel de bueno y mi madre era la que nos regañaba. Yo me enteré de que se iban a divorciar cuando tenía ocho años y en el autobús del colegio. Cuando regresé a casa medio llorando se lo pregunté a mi padre y me contestó: «Sí, pero solo cinco minutos». Siempre le quitaba hierro a los problemas para que no sufriéramos.

–¿Tiene miedo a comprometerse con su novia?

–No tengo miedo al compromiso. Llevo con Cristina Fontcuberta desde noviembre pero aún no conoce ni a mi madre ni vivimos juntos.

–¿Si le entra instinto paterno contratará un vientre de alquiler?

–Nunca me lo he planteado. Aunque soy muy niñero, no tengo prisa y prefiero que sea mi mujer quien dé a luz.

–¿Cómo vería que su madre tuviera novio a los 75 años?

–Me daría mucho coraje. Creo que no necesita a nadie a su lado. Está bien con nosotros.