Famosos
Soraya Arnelas: «Los animales beben de nuestra energía»
Vive con dos gatos, Valentino y Molly, y con dos perros, Tilda y Bowie. Al último le encontró en la puerta de un hotel llorando: «Me partió el alma».
Protegida, cuidada y querida. Así se siente Soraya Arnelas cuando está cerca de sus cuatro mascotas: Valentino, Molly, Bowie y Tilda. La cantante desde pequeña ha vivido con animales y aunque aprecie a todos por igual confiesa que Bowie es su debilidad. «Me tiene ganada. Tiene una doble cara que es adictiva. Tenemos un vínculo muy especial porque sabe que, de alguna manera, nos hemos salvado mutuamente», confiesa la artista.
Valentino y Molly son los felinos de la casa. Molly llegó hace doce años a la vida de Soraya, convirtiéndose en la cascarrabias de la casa. Valentino, que recibe su nombre por ser el más presumido de la familia, llegó como sucesor de otro gato para acompañar a Molly en sus batallas caseras, «es el más tranquilo, va por la casa como si fuera ligando con todos», afirma. Ambos son de criadero, sin embargo, sus perros, Bowie y Tilda vienen de la calle y, según cuenta la cantante, ambos tienen un vínculo muy especial. Aunque la artista confiesa que le gustaría hacer más por el mundo animal, con el que está muy comprometida, ésta es su pequeña obra para combatir el abandono animal. Bowie, con ese aspecto ochentero llevaba vagabundeando dos semanas cuando Soraya le encontró, «a la salida de un concierto le vimos en la puerta del hotel llorando. Me partió el alma. Le metí al coche y le llevé a mi casa, desde entonces somos inseparables», confiesa la artista. A Tilda, sin embargo, la encontró una pareja en la carretera con mes y medio de edad y la dejaron en una tienda de animales que frecuenta la cantante, «allí la vimos mi pareja y yo muy triste, con cara de pena. Le di un abrazo y desde entonces no me he podido separar de ella. Es la más cariñosa de todos», reconoce Soraya a LA RAZÓN.
La cantante asegura no tener vacaciones durante el periodo estival, pero sus mascotas notan la llegada del verano y siempre suelen escaparse unos días a su «paraíso personal», como lo llama su dueña. Se trata del campamento de verano perruno. Allí, estos animales tan juguetones comparten espacio con otros perros y gatos. Socializan, se bañan juntos, hacen nuevas amistades, corren y pasan unos días inolvidables. Tal es la felicidad que les produce pasar unas semanas en el campamento de verano, que «cada vez que vuelven a casa les entra depresión. Se tiran varios días enfurruñados con el mundo, y sobre todo, con nosotros que somos quienes les sacamos de su idílico paraíso», comenta entre risas.
«El capitán»
Soraya considera a sus animales como miembros de la familia, como los hermanos pequeños de Manuela, su hija, por eso ve necesario tener en su vida todas las condiciones necesarias para que sus animales puedan vivir bien y tranquilos: «Ya que somos una familia con siete miembros, nos compramos un coche con siete plazas, para que cada uno vaya cómodo. Bowie en los viajes se sienta con la cabeza apoyada en el reposabrazos y mirando a la carretera, le llamamos ‘‘el capitán’’ cada vez que salimos». Además, Soraya considera que la educación desde pequeños es vital para que las personas aprendan a respetar a las mascotas, «en nuestras manos está el futuro de estos animales, hay que ser conscientes de que sienten y sufren. Es una cuestión educacional», asegura contundente.
La artista continúa con la búsqueda incansable de su casa de campo en la que poder ampliar su familia de animales, quienes le dan cariño, compañía y protección. «Me sacan una sonrisa constante, cuando estoy mal lo notan y me arropan, tienen una sensibilidad especial, un sexto sentido. Ellos absorben y beben de nuestra energía», concluye pletórica.
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