Tita Thyssen deja K.O a su escolta

El Juzgado de lo Social número 37 de Madrid falla a favor de la baronesa, que podrá descansar tranquila con su familia en la Costa Azul, la italiana y la ibicenca. Por fin, el clan pasará las vacaciones unido.

La baronesa Thyssen gana la batalla judicial a su ex guardaespaldas. Ayer mismo, por la mañana, el abogado de Tita Cervera, Emilio Rotondo, conocía la sentencia por la que se absuelve a su cliente. Por poner en antecedentes a nuestros lectores, el pasado 27 de enero entraba en el Juzgado de lo Social número 37 de Madrid una demanda por acoso laboral contra la baronesa, presentada por Manuel Tumbeiro, un escolta personal de la aristócrata que fue despedido y que solicitaba como indemnización 57.673 euros por «despido improcedente».

Puestos al habla con Rotondo, éste aclara a LA RAZÓN que «la sentencia supone que la demanda interpuesta por el señor Tumbeiro por una presunta vulneración de sus derechos laborales (lo que popularmente se conoce como «mobbing») ha sido desestimada. El escolta reclamaba una indemnización de casi sesenta mil euros que no habrá que pagarle, porque la sentencia considera que no ha logrado probar ningún extremo de los que aporta en su demanda, ni tan siquiera que ha sido padre, que era una de las cosas que alegaba. Él dijo que se le había tratado mal tras tener un hijo».

¿Y todavía queda algún pleito pendiente entre ambas partes? «Una demanda no contra la baronesa, sino contra la empresa de seguridad Casesa, de la que Tumbeiro reclama horas extraordinarias, aunque sabemos que es una tergiversación absoluta del régimen de trabajo, porque, presuntamente, podría haber inflado el tiempo extra trabajado para reclamar una mayor cantidad de dinero. Además, el guardaespaldas presentó dos querellas criminales contra la baronesa, la empresa de seguridad, algunos empleados de la misma y de doña Carmen, y también contra mí en los juzgados de Instrucción de Alcobendas y en los de Madrid, las dos con el mismo contenido. La de Alcobendas fue archivada y por eso lo intenta en Madrid, con el objetivo de que se admita a trámite, para poder venderle a la Prensa el titular de que la baronesa está imputada por tráfico de influencias».

El abogado asegura que «la baronesa siempre ha permanecido muy tranquila con todo este asunto, porque alguien se siente intranquilo cuando ha hecho algo malo y ella está convencida de que ha obrado bien. Jamás tuvo la percepción de que le ocurriría algo negativo. Es evidente que la parte contraria no ha podido probar lo que no ha existido».

Los 35 de Borja

Su mediática clienta se enteró de la noticia ayer por la tarde, poco después que nuestro periódico. Y se puso contentísima, porque esperaba desde hace días la sentencia y nunca dudó de que le sería favorable. Ya está gozando de sus vacaciones y el próximo viernes celebrará en familia el 35 cumpleaños de su hijo, Borja. Los más de siete años que pasaron distanciados quedan hoy en el olvido y madre e hijo se llevan estupendamente. Hace unos días pudimos hablar con Tita, quien nos contó que «nuestra familia está muy unida y... ¡qué mejores vacaciones que las que una puede disfrutar con sus hijos, su nuera y sus nietos. Gracias a Dios, todo ha vuelto a la normalidad!».

Ante aquellos que manifiestan que, al estar empadronada ahora en Andorra, la aristócrata podría necesitar un permiso especial cada vez que pase muchos días fuera del Principado, su abogado aclara que «mi clienta puede salir siempre que quiera de Andorra. Estamos hablando de un país libre en el que todos sus ciudadanos pueden cruzar la frontera cuando lo desean. Creo que este año la intención de la baronesa es veranear unos días en España y el resto en el extranjero».

De la costa azul a ibiza

Como anticipo a esas vacaciones, que este año repartirá entre la Costa Azul, la costa italiana y la ibicenca, Carmen ha pasado unos días en Marbella con Borja, Blanca y sus cuatro nietos. Sus mellizas, Carmen y Sabina, que el pasado 6 de julio cumplieron nueve años, no viajaron con el resto de la familia. Y aquí le toca el turno a las malas lenguas que aseguran que Borja no tiene mucha relación con sus hermanas.

Desgraciadamente, es más que probable que, este verano, Tita viva dos tipos de vacaciones: unas con las mellizas, posiblemente en su casa de la Costa Brava; las otras con Borja y compañía, surcando con su yate, «Mata Mua», las aguas baleares, italianas y francesas. Aunque también se rumorea que podría alquilar otro barco cuando se encuentre descansando en el extranjero. Nadie entiende el porqué de ese distanciamiento entre hermanos, pero lo evidente es que nunca se los ha visto juntos, ni en público ni en privado. Como nadie acertó a entender que Carmen y Sabina no fueran al bautizo de su sobrina Kala.

Se cuenta que una de ellas, Carmen, ha heredado el gusto de su madre por las joyas, y su progenitora, que ya influyó en Borja desde pequeño para que se interesara por el mundo del arte, está muy contenta porque, afirma, “mi niña ya tiene su propia colección con cositas de plata y oro, con alguna piedra semipreciosas». La pasión de Carmen hacia sus crías es absoluta y los que la rodean saben que haría lo imposible para que existiera un acercamiento de las niñas con Borja.