Moda

‘Glitchcore’ la tendencia que se inspira en los fallos digitales

Bajo este nombre se engloba una corriente estética plagada de referencias a lnternet y al universo digital, desde el pixel a los videojuegos.

Estampados virtuales en la última colección de Missoni
Estampados virtuales en la última colección de MissoniLifestyle

El universo digital no solo ha cambiado las reglas del juego en el mundo de la moda, también alimenta la microtendencia más sorprendente de la temporada, bautizada con el nombre de glitchcore. ¿A qué hace referencia esta corriente estética? Ni más ni menos que a los primeros tiempos de Internet y, en concreto, a los fallos virtuales que se producían cuando existían problemas de conexión o un programa informático no funcionaba correctamente. También hay guiños a los fallos de las pantallas, a las imágenes pixeladas, a los colores vinculados al ciberespacio… En líneas generales, esas son algunas de las referencias visuales que se cuelan dentro de una microtendencia donde el virtuosismo en la confección tiene tanto peso como la imaginación y creatividad detrás de las propuestas.

Loewe
Loewe Lifestyle

Quizá el ejemplo más representativo lo encontramos en Loewe. En su colección primavera/verano 2023, J.W. Anderson volvió a revalidar su título como uno de los diseñadores más influyentes de su tiempo en un desfile que no tardó en hacerse viral. El saludo directo a esta inusitada tendencia del fallo digital lo encontramos en varias prendas que presentaban un curioso exterior de efecto pixelado, como si se tratara de un estilismo proyectado a través de una pantalla con mala resolución o de un personaje del videojuego Minecraft. Dejando a un lado el carácter práctico de estas propuestas, resultan sorprendentes a simple vista, y eso es algo difícil de lograr en una industria de la moda entregada a un ritmo acelerado donde las novedades se suceden sin descanso.

El pixel es protagonista también en lo último de Akris, la casa suiza fundada en 1922 y uno de los referentes del lujo silencioso entre las amantes de la moda con mayor poder adquisitivo. En este caso, las prendas destacan por su estampado a todo color, diseños abstractos que imaginan flores compuestas por píxeles de diferentes tonos. El resultado, toda una línea bautizada como Flowers at Home Print (algo así como estampado de flores en casa), donde encontramos desde bolsos, hasta faldas, chaquetas o pantalones. La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, escogió uno de los vestidos de la firma a comienzos del mes de enero para acudir a México en una visita oficial.

En España, el joven diseñador catalán Sergio Castaño ha hecho de esa estética digital, muy próxima por otra parte a la ciencia ficción, su seña de identidad. El creativo saltó a la fama por ser el responsable detrás de los looks más explosivos de la cantante Nathy Peluso. Su gusto por las tendencias dosmileras se fusiona con su imaginativa visión y el resultado son monos segunda piel que desvelan las formas femeninas y vestidos con aberturas y juegos de asimetrías, fotografiados en escenarios que recuerdan a la pantalla de un videojuego. La actriz Natalia de Molina sucumbió a sus diseños en la última edición del Festival de San Sebastián con un vestido de estampado abstracto e inspiración cibernética. Precisamente este detalle, el print de aire tecnológico, se ha multiplicado en los últimos meses hasta ser la característica más representativa de una microtendencia que crece a pasos agigantados.

La psicodelia, los colores saturados como el naranja o el verde neón y los estampados geométricos de aire abstracto dan vida a algunas de las prendas más buscadas del momento. Este tipo de propuestas están normalmente confeccionadas en tejidos livianos, como la gasa o la muselina, que se adhieren al cuerpo sin limitar la libertad de movimiento. En firmas como Jacquemus o Jonathan Simkhai encontramos también la versión de punto en sus últimas colecciones. Los atípicos estampados glitchcore recuerdan a esos coloridos patrones que aparecen en una pantalla cuando se produce un fallo digital. Incluso Missoni dejó a un lado su emblemático zigzag para sorprender con coloridos vestidos de estampado virtual en su última colección.

La siempre irreverente visión de Vetements, la firma liderada por Guram Gvasalia, ha popularizado modas que creíamos imposibles. Y en lo referente al glitchcore, la marca tampoco se ha quedado atrás. Así lo demostró con su campaña para la primavera pasada, donde las modelos fueron fotografiadas sobre un fondo de imagen png (para quienes no estén familiarizados con estos términos, nos referimos al fondo transparente de cuadrados blancos y grises). Ya en 2021 su hermano Demna Gvasalia, en aquel momento al frente de Balenciaga, llevó a un nuevo nivel la sinergia entre moda y tecnología al diseñar varios looks de los personajes del popular videojuego Fortnite. Esta fusión del plano virtual con la realidad empezó a fortalecerse a raíz de la pandemia, cuando muchas firmas tuvieron que adaptarse a las necesidades del momento y buscar alternativas a los desfiles físicos. Ahora, Internet y su cultura no sólo se ha convertido en una herramienta poderosa, sino en un referente estético más, como podría ser el cine o las series.

Nostalgia tecnológica

El glitchcore se dibuja como una de las tendencias más prometedoras del momento y triunfa en un contexto marcado por la nostalgia tecnológica. Si hace unos años el bum por la fotografía analógica trajo consigo una oleada de ventas de carretes de fotos, la generación Z ha mostrado interés por otro tipo de herramientas audiovisuales. Iconos centennials como la tiktoker Addison Rae o la actriz Nicola Peltz se fotografían y graban en redes sociales con cámaras digitales o videocámaras con pantalla lateral (un símbolo dosmilero en toda regla), en lugar de con el móvil. Esa búsqueda de la espontaneidad y de las imágenes naturales, inexistente en la era de los filtros, empieza a ser una estética en sí misma: cuanto menos preparada parezca una foto, mejor. Y esta tendencia conecta directamente con la obsesión de algunos diseñadores por los albores de Internet, algo que sucede precisamente cuando el metaverso y la inteligencia artificial empiezan a demostrar sus posibilidades casi ilimitadas en el mundo de la moda.