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Reyes en la revolución

Los cuatro de Liverpool lideraban el pop aquel estío. Y atentos a lo que dictaba el momento cantaron que el amor era capaz hasta de solucionar la situación sociopolítica. Un olfato diez

De izda. a dcha., McCartney, Lennon, Starr y Harrison en los vaporosos tiempos del «All you need is love»
De izda. a dcha., McCartney, Lennon, Starr y Harrison en los vaporosos tiempos del «All you need is love»larazon

Los cuatro de Liverpool lideraban el pop aquel estío. Y atentos a lo que dictaba el momento cantaron que el amor era capaz hasta de solucionar la situación sociopolítica. Un olfato diez.

Cuando llegó el verano del amor de 1967, The Beatles eran el grupo que reinaba en la música popular mundial. De haber sido otros, lo más probable es que aquel vendaval de música, ideología e insurrección los hubiera barrido como mero vestigio del pasado, pues no hay trabajo más inoportuno que ser monarca en medio de una revolución. En ese tipo de casos, hagas lo que hagas, alrededor tuyo todo empieza a oler a guillotina. Los cuatro de Liverpool resultaron, sin embargo, tipos duros de pelar.

En cierto modo, el verano del amor fue una prueba del algodón para comprobar de qué madera estaban hechos los ídolos pop del momento. Por esa época, de un grupo de música popular joven se presumía que debía hablar para la franja sociológica de sus contemporáneos y mostrar un oído atento a la calle. O sea, hacer sentir al público que les apretaba el zapato en el mismo sitio que a ellos.

The Beatles, que estaban muy atentos a las modas y las inquietudes de sus coetáneos, ya habían empezado a olerse algo un año antes. Al hallarse en sintonía con los jóvenes de su época, ellos también se sentían también hartos e insatisfechos. Decidieron dejar de actuar en directo porque consideraban las giras muy masificadas. Vieron que podían mantenerse con la venta de discos, dado que entonces no existía internet y su «piratería». Pudieron viajar solo por placer, estar más en casa y trabajar su música con más calma. En el verano del 66, se tomaron las vacaciones que no habían podido tener en diez años, prácticamente desde su adolescencia. Exploraron mundo, vieron galerías de arte, tomaron el pulso a las modas y agitaciones que sacudían a sus contemporáneos y volvieron (de la India y de España) con la imagen cambiada, copiando lo que habían visto y dejándose crecer largos bigotes y melenas.

Se dieron cuenta además de otra consecuencia de su nuevo estatus: si no iban a defender en directo las nuevas canciones, podían hacerlas todo lo complicadas que quisieran en el estudio, porque luego no tendrían el trabajo de reproducirlas en escena. Su especialidad a la hora de hacer canciones era simplificar temáticas de peso sin que perdieran grados de gravedad e intensidad para el oyente. Ya lo habían demostrado en la época del Op Art con canciones como “Help” o “Yesterday”. Esta vez, se dieron perfecta cuenta de que toda la revuelta hippie estaba creciendo en torno al antibelicismo y postulaba el amor como antídoto de la violencia. Lo decía a las claras la canción de The Mamas and the Papas que estaba triunfando en el momento en que Beatles preparaban su Sgt. Peppers. Para superarla, compusieron el himno «All you need is love» que fue un éxito mundial inmediato.

Hoy puede parecer algo ingenuo proponer que todos los conflictos internacionales se pueden solucionar apelando solo al amor. Pero, con su talento habitual, The Beatles consiguieron que, partiendo de esa ingenuidad sociopolítica básica, la canción añadiera una ambigüedad inconsciente sugiriendo que quizá lo que pasaba es que todos los humanos, como género, andábamos necesitados de un abrazo. Sin mencionarlo explícitamente, coincidían además (casualidad definitiva) con un momento en que la Iglesia Católica proponía un retorno al nuevo testamento centrado en el mensaje cristiano del amor a través del Concilio Vaticano IIº, que acababa de concluir en 1965. Resumiendo, pillaron público de todos los lados: los de izquierdas, los de derechas, los católicos, los hippies, los interesados en las nuevas técnicas de grabación, etc. Estos tipos de Liverpool eran muy vivos.

Como es lógico, después de este nuevo éxito masivo, pudieron permitirse seguir reinando tres o cuatro años más y marcharse cuando quisieron. La guillotina fue inoperante para ellos. Cualquier Luis XIV hubiera deseado unas cuantas lecciones sobre cómo hacerlo por parte de esos chicos del pop.