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El bolsillo cósmico 3.0 que recuerda a Doraemon

El futuro de las pantallas táctiles ya está aquí. Gracias a la tecnología de levitación por ultrasonido es posible sacar de ellas tickets, mapas o dinero físico

La propuesta de Ghost ofrece pantallas en tres dimensiones
La propuesta de Ghost ofrece pantallas en tres dimensioneslarazon

En el año 2013 un proyecto desarrollado por universidades de Reino Unido, Dinamarca y Holanda revolucionó el panorama de las pantallas táctiles. Hoy, doce años después, ya se ha convertido en algo tan asiduo que casi nadie recuerda su origen. El proyecto fue conocido como Ghost (Generic, Highly-Organic Shape-Changing Interfaces o Interfaces Genéricas Altamente Orgánicas y con Capacidad para Cambiar su Forma). Cuando lo exhibieron por primera vez, los responsables lo explicaban del siguiente modo: «Mediante tecnología de levitación por ultrasonido, por ejemplo, podríamos proyectar fuera de la pantalla plana lo que se muestre en la misma. Y, con pantallas deformables, seríamos capaces de insertar los dedos en su interior». Básicamente permitía introducirse en la pantalla o sacar objetos de esta. En aquellos tiempos se utilizaba para sacar de la pantalla los datos de gráficos de barras con las yemas de los dedos. Algo así como un Power Point que se podía tocar y manipular. También revolucionó la educación universitaria permitiendo que los futuros cirujanos intervinieran físicamente en un cerebro virtual o que los estudiantes de arquitectura se introdujeran en un edificio ampliándolo o reduciéndolo a placer. La tecnología muy pronto llegó al arte y la música se apropió de ella para alterar el panorama de la vertiente electrónica: la calidad del sonido se podía manipular como si de arcilla se tratase, al igual que los graves, agudos, repetir acordes o agregar nuevos instrumentos o sonidos ambiente.

Pero donde más impactó la tecnología Ghost fue en el sector entretenimiento y turismo. Mientras el objeto que se quisiera quitar de la pantalla estuviera en el mismo rango de señal de internet o bluetooth que el dispositivo, se podía llevar en la mano. Así las entradas a cines, conciertos, los pasajes de trenes o aviones, simplemente se quitaban con la mano de la pantalla y se colocaban en una urna electrónica que, a su vez, imprimía un resguardo virtual o una pulsera que certificaba al usuario como cliente. La misma tecnología comenzó a usarse como llave virtual para los hoteles, algo que evitaba pérdidas, extravíos o robos y las molestias de recordar claves o llevar tarjetas físicas. Debido a su capacidad para estar conectados con un dispositivo, estos objetos también resultaron ser muy útiles a la hora de saber dónde estaban todos los miembros de una familia en un complejo turístico y también una forma segura de llevar dinero en el teléfono móvil: simplemente se accedía a la cuenta electrónica del banco y se pagaba con billetes virtuales, sin necesidad de recibir cambio alguno o de efectuar transacciones de divisas.

Hoy es habitual ver a turistas en grandes ciudades y a senderistas perdidos en alguna montaña, extrayendo un mapa del sistema Ghost, extendiéndolo delante de sus ojos y conectándolo al GPS para detectar su ubicación precisa. Girarlo en cualquier dirección, transformarlo en un modelo 3D y guardando los puntos de los siguientes recorridos para consultarlo más tarde. Así nació el mapa perfecto, que nunca se arruga, se moja o se pierde y también servía, gracias a la nueva app MapTracker, para detectar los movimientos de turistas perdidos: si el usuario no se movía en un lapso de 45 minutos y no anulaba la activación, la aplicación enviaba una llamada a los servicios de emergencia para llevar a cabo un rescate.

Fuente: el proyecto Ghost ha recibido una financiación de casi 2 millones de euros del Programa para Tecnologías Futuras y Emergentes de la Unión Europea