Ciencia y Tecnología
El ojo que todo lo ve
Apple sigue marcando la pauta en la tecnología móvil años después del lanzamiento del iPod. Su último invento, las iLenses trasladan directamente al ojo todas sus posibilidades
Apple sigue marcando la pauta en la tecnología móvil años después del lanzamiento del iPod. Su último invento, las iLenses trasladan directamente al ojo todas sus posibilidades
A lo largo de toda su estrategia comercial, Apple se ha caracterizado por lanzar productos de cuidado diseño que tentaran al consumidor visualmente pero que ya estuvieran en el mercado y hubieran demostrado una demanda sostenida. Así ocurrió con el iPod, que comenzó a comercializarse en 2001, cuando ya estaba a la venta desde 1998. Algo similar ocurrió con el iPhone, disponible desde 2007, cuando los primeros «smartphones» ya existían tres o cuatro años antes. El gran mérito de Apple siempre ha sido ir un paso más allá en la tecnología disponible. Por ejemplo, el iPhone fue uno de los primeros en contar con pantalla multi-touch.
Y algo similar ocurrió con las iLenses. Las lentillas inteligentes comenzaron a invadir el mercado tecnológico en 2020, pero no fue hasta tres años después cuando la firma de California lanzó su propia versión. Hasta ese momento, la mayoría de los diseños del mercado contaban con una conexión a la red, que posibilitaba interacción con realidad aumentada, recibía notificaciones de correos, mensajes y llamadas y daba información del tiempo, mapas y estadísticas de nuestro estado físico y de salud. Mostraban distancia recorrida, velocidad promedio, altura, pulsaciones y ritmo cardiaco y las más complejas eran capaces de detectar enfermedades en sus primeras etapas. La última versión de las iLenses, presentadas en julio de 2025, hacen esto y mucho más. Cuando Apple compró la empresa SynergEyes, lo hizo con la clara intención de dotar a sus lentillas de la capacidad de modificar nuestra visión bajo el agua. Eso lo consiguieron variando la curvatura de la lente inspirándose en el diseño anatómico de los ojos de los pingüinos. Hoy, cuando nos sumergimos en una piscina, seguimos sin tener wifi, pero en los océanos y lagos sí, gracias al avance realizado por científicos de la Universidad de Buffalo que instalaron, bajo las aguas, diferentes sistemas de conexión. Así, los turistas ya pueden prescindir de máscaras y usar sólo las iLenses que, al bucear no brindan información únicamente, también detectan las especies visualizadas y dan sus nombres y costumbres.
Algo similar ocurre cuando se visita una nueva ciudad. Allí, la realidad aumentada disponible en las lentillas ofrece información constante sobre las atracciones, edificios, museos y hasta mapas para llegar a ellos. Por si fuera poco también es posible conectar varias entre sí, como se hace con el AppleWatch, para que todos los miembros de una familia o grupo vean lo mismo, al mismo tiempo. La conducción es otra área en la que han producido un notable impacto. Anticipar accidentes, desvíos, tráfico, distancias de frenada son datos habituales. Pero lo más interesante, tanto para turistas urbanitas como para aquellos que huyen de las ciudades, es la capacidad de visión nocturna que tiene la última versión de las iLenses. Gracias a un sistema desarrollado por ingenieros de la Universidad de Michigan, las lentillas están dotadas de dos capas de grafeno del grosor de un átomo, lo que les permite detectar luces infrarrojas y así «ver» en condiciones de oscuridad extrema.
- Fuene: SynergEyes está investigando en lentillas para mejorar la visión bajo el agua desde hace varios años. Los avances de la Universidad de Buffalo y de Michigan son verídicos, al igual que las lentillas con conexión a la red ideadas por el experto en nanotecnología de la Universidad de Washington Babak Parviz.
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