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Melbourne: Mariola Fuentes subió el telón

Fue por trabajo y descubrió una ciudad cómoda para vivir

Actuó en «Bodas de sangre» en el Malthouse Theatre de Melbourne / Foto de Mariola Fuentes
Actuó en «Bodas de sangre» en el Malthouse Theatre de Melbourne / Foto de Mariola Fuenteslarazon

Fue por trabajo y descubrió una ciudad cómoda para vivir.

Es una de esas actrices joya que tenemos en España. Genial en todos sus papeles, tiene pendiente de estreno dos series, «El Continental», en TVE, y «Arde Madrid», dirigida por Paco León para Movistar+. Con más de cincuenta títulos a sus espaldas, Mariola nos habla de un viaje que realizó precisamente para hacer teatro. «Nunca te imaginas que tu trabajo te va a llevar al otro lado del mundo, pero surgió. Fue gracias a una directora australiana, al frente del Malthouse Theatre de Melbourne, una antigua fábrica de cervezas reconvertida en un espacio cultural. Querían representar «Bodas de Sangre», de García Lorca, y se empeñó en que el personaje de la madre tenía que ser española para poder transmitir raza. Así que vino a Madrid a hacer audiciones y, no sé cómo, al final me cogió a mí. ¡Y no iba a decir que no! Entre ensayos y representaciones estuve algo más de dos meses. En inglés, imagínate el reto. Pero al final la experiencia fue increíble».

A Mariola no hay que hacerle preguntas. Se lanza y es un gusto escucharla contar. «La gente es maravillosa. Te das cuenta de lo muchísimo que valoran la cultura española fuera de este país, no daba crédito ante su conocimiento sobre nuestra cultura y el interés que provocaba. Hay un canal allí que solo emite películas en español. He visto más cine español en esos dos meses que casi aquí en toda mi vida. Fíjate que hubo estudiantes que me pedían entrevistas porque su tesis universitaria era sobre Almodóvar. Increíble. En cuanto a la ciudad, me encantó. Hay gente de todas las partes del mundo. Y además de sorprenderme el interés que tienen por la literatura española, ibas por la calle y cada tres bares, veías en una fachada: tapas, churros..., y paella que no valía nada, pobrecitos, pero el concepto lo tenían (ríe). Impresiona también que es una ciudad grande, con rascacielos, pero tienes la naturaleza pegada, hay unos bicharracos que los ves por la noche moviéndose por los tejados y por los árboles, unas sombras de unos tamaños que te da algo, pero al final te acostumbras. La araña más mortal del mundo está allí y es tan pequeña que ni la ves. Tú estás en casa y te puede entrar una araña de esas o una serpiente supervenenosa, y tan normal. Yo he visto a australianos cogiendo serpientes de su casa y echándolas fuera.

Tienen una relación con la naturaleza absolutamente innata. Se ríen y lo viven muy relajados. Pero es una ciudad muy cómoda para vivir, los accesos son estupendos, todo el mundo va en bici, los espacios son muy amplios y fomentan mucho la vida sana. La gente es muy abierta porque hay mucha mezcla. Tienen una migración muy alta, pero muy controlada. De hecho, quise quedarme una semanita después de trabajar para conocer Sidney y no me dejaron porque mi visado era de trabajo y al día siguiente me estaban ya metiendo en el avión (ríe). Pero bueno, conocer Melbourne ya fue una experiencia preciosa y me quedo con eso».