Ciencias humanas
¿A qué hora del día nos constipamos más?
El momento del día modifica los recursos de nuestro sistema inmunológico
La pregunta podría referirse por igual a un constipado común, a una diarrea vírica o a la malaria... Porque aunque parezca mentira, los científicos han descubierto que hay horas del día en las que somos más propensos a padecer enfermedades infecciosas.
Al menos eso ha demostrado un sesudo estudio de científicos de la Universidad de Cambridge que trataban de investigar por qué las personas que trabajan en turnos cambiantes son más propensas a padecer enfermedades infecciosas y crónicas.
Buena parte de nuestra actividad celular depende de los ritmos circadianos, es decir, de los ciclos de acontecimientos que se repiten cada día y que tienen que ver con la luz del sol. Es evidente, por ejemplo, que tenemos más sueño por la noche y más hambre a mediodía. Pero hay otras funciones corporales menos visibles, como la temperatura, que también cambian con el reloj. Los padres sabemos que nuestros hijos parecían tener más fiebre a media tarde cuando estaban pachuchos, ¿verdad?
Para comprobar si estos ritmos también repercuten en la propensión a padecer infecciones, los investigadores usaron ratones de laboratorio a los que se les infectó con virus del herpes en diferentes momentos del día. Se descubrió que en los animales infectados al amanecer (que es el momento en que suelen empezar su ciclo de descanso estos ratones) el virus creció y se replicó diez veces más que en los que fueron contagiados al atardecer, cuando comienzan su transición a la actividad diaria (se escogieron ratones salvajes de vida nocturna).
Esta diferencia horaria se encontró también cuando se analizaron cultivos celulares aislados. Es decir, parece evidente que el momento del día modifica los recursos del sistema inmunológico de los ratones y que los virus encuentran más facilidades para infectar en unas horas que en otras.
Y el responsable de estos cambios puede ser un gen, el Bmal1 que regula el reloj interno de las células porque cuando a los ratones se les suprimió este gen, las diferencias horarias desaparecieron.
Conocer mejor este tipo de variaciones puede ser de gran utilidad también para los humanos. Quizá en el futuro tengamos medicamentos específicos que detengan cada infección en las horas en las que estamos más desprotegidos.
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