Casa Real
Máxima de Holanda una reina «low cost»
La consorte de la segunda monarquía más cara de Europa vuelve a demostrar con sus últimos «looks» su asiduidad al fondo de armario.
La consorte de la segunda monarquía más cara de Europa vuelve a demostrar con sus últimos «looks» su asiduidad al fondo de armario.
Una buena prenda es una inversión para toda la vida. Este podría ser el perfecto eslogan estilístico de Máxima Zorreguieta, que vuelve a copar titulares por unos «looks» reciclados que no sorprenden en quien para su última cena oficial como princesa de los Países Bajos en 2013 no dudó en repetir vestido. Aquel rojo Valentino que ya había lucido en el cumpleaños de Carlos de Inglaterra, frustró las esperanzas de quienes esperaban que la reina entrante estrenase un exclusivo diseño para tan señalada ocasión. Con ello, dejaba dos cosas claras. La primera, su fetichismo por el diseñador italiano. Y la segunda, que el reciclaje estilístico sería una sus «máximas» durante su reinado.
La esposa de Guillermo Alejandro sigue demostrando que repetir atuendo no le supone complejo alguno. Lo hemos comprobado durante sus últimos actos oficiales, para los que ha vuelto a desempolvar conjuntos de temporadas anteriores. Así, acudía la semana pasada a la apertura del centro de un horticultura con el mismo «look» que eligió hace un año para la visita oficial de los monarcas belgas a Holanda: un corpiño de terciopelo con falda de seda de la firma Natan, que combinó con guantes de piel a juego, un tocado y salones de Gianvito Rossi.
«Leitmotiv» en La Haya
Continuaba su agenda en La Haya, donde inauguró la Semana Nacional del Dinero, que pretende incentivar el ahorro y el espíritu emprendedor entre los jóvenes. Un «leitmotiv» que animó a la consorte a rescatar otro de sus atuendos: un vestido gris con pliegues firmado también por Natan, que ha lucido en seis ocasiones. Los salones de Gianvito Rossi y el bolso de mano que completaban su indumentaria también llevan tiempo en su armario. La única novedad fue el collar de plumas. Concluido el acto en La Haya, se enfundó un Valentino rosa, rescatado de 2012, para tomar rumbo a Ámsterdam, donde intervino en una conferencia sobre empresarias.
Pero no solo su asiduidad al fondo de armario hace de Máxima una reina «low cost». El fin de semana pasado, durante una visita benéfica a una residencia de ancianos, manifestó una vez más su predilección por las marcas de bajo coste. Sorprendió así con unos pantalones negros con de Zara que le valieron para ser comparada en las redes sociales con una de las concursantes de «Operación triunfo» que los había llevado durante el concurso. En otra ocasión fue con Paz Padilla con quien la compararon, después de que ambas lucieran el mismo vestido de «tweed» de la firma de Inditex.
Otro hábito de la argentina es el de customizar sus atuendos con prendas del ajuar de su suegra. Muy reseñado fue el traje verde esmeralda que llevó el Día de la Liberación de 2014 y que la princesa Beatriz había estrenado en 1981 en una visita oficial a Bélgica. Ha llevado también varias de sus joyas, como la tiara nupcial, que portó el año pasado durante la cena con el cuerpo diplomático, para la que rescató, además, un diseño dorado con bordados de lentejuelas de 2007.
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