Penélope Cruz se erige como un icono de belleza con proyección internacional en nuestro país, con una trayectoria cinematográfica ya consolidada y una autenticidad que le ha permitido colaborar con marcas de moda y belleza de primer nivel. Su figura es un referente destacado en estos ámbitos.

La actriz madrileña ha expresado en múltiples ocasiones su aprecio por lo sencillo y natural, una filosofía que se refleja en su rutina de maquillaje minimalista y en su preferencia por productos recurrentes. Esta predilección por la autenticidad se extiende también al ámbito de la perfumería.

En este terreno, Cruz ha mantenido durante años fidelidad a una fragancia en particular, que se ha convertido en su elección personal. Se trata del perfume Lancôme Trésor, un clásico que la ha acompañado desde sus inicios en el mundo del glamour.

Una fragancia con historia personal

La relación de Penélope Cruz con el perfume Trésor comenzó durante su adolescencia, según sus declaraciones en Red UK. Fue a los catorce años cuando la actriz se sintió cautivada por los anuncios protagonizados por Isabella Rossellini y Peter Lindbergh, pidiendo a sus padres que le regalaran la fragancia. Este fue su primer perfume y lo ha utilizado de forma continuada durante un largo periodo.

Años después, en 2010, la propia Cruz vio cumplir un anhelo personal al convertirse en la imagen de dicho perfume. Con ello, siguió el camino iniciado por otras figuras, como la también española Inés Sastre en los años noventa, y posteriormente cedió el relevo a Kate Winslet, consolidando el legado de la marca.

El nombre "Trésor", que se traduce como "tesoro", resulta especialmente acertado para esta creación olfativa. Catalogado dentro de las familias de perfumes orientales y florales, posee un aroma intenso y distintivo que le ha permitido afianzarse como un auténtico clásico en la industria.

El aroma de un clásico atemporal

La composición de Trésor despliega una compleja sinfonía de notas que se perciben progresivamente. En la salida, el olfato capta matices de rosa, albaricoque, piña y bergamota, entre otros. El corazón de la fragancia revela toques de rosa, heliotropo, iris y jazmín, mientras que su fondo se asienta sobre notas de ámbar, sándalo y vainilla.

El lanzamiento inicial del perfume tuvo lugar en el año mil novecientos noventa, y desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en un producto esencial para mujeres con un perfil de elegancia y sensibilidad. Su aroma se describe como cálido, empolvado y romántico, con un matiz vintage que lo hace adecuado para cualquier edad.

Más allá de su esencia, el diseño del packaging de Trésor también merece una mención. Su forma piramidal es reconocida de inmediato y representa una pieza distintiva que adorna cualquier tocador o cuarto de baño, sumando valor estético al producto.