Cuidado de la piel

¿Cómo recuperar tu piel tras el verano? La experta Natalia Ribé tiene los tratamientos clave

Manchas, piel apagada y arrugas son la factura que el verano pasa al rostro. Para revertir estos efectos existen ya tratamientos de vanguardia, desde el microneedling a la bioestimulación, que regeneran la dermis sin cirugía

Mujer con piel radiante.
Mujer con piel radiante.Pexels

La vuelta de las vacaciones trae consigo un renovado interés por la medicina estética no invasiva, centrada en revertir los efectos del verano. La tecnología se ha convertido en la principal aliada para recuperar la vitalidad perdida en la piel, con procedimientos que van más allá de la simple hidratación superficial para actuar en las capas más profundas de la dermis y restaurar su estructura. El objetivo es claro: combatir el fotoenvejecimiento y devolver al rostro la luminosidad apagada por el sol y el calor.

De hecho, entre las técnicas más demandadas se encuentra el microneedling. Dispositivos como SkinPen, que cuenta con la aprobación de la agencia estadounidense FDA, crean microcanales en la epidermis para estimular la producción de colágeno y elastina de manera natural. Este proceso de regeneración celular puede ser potenciado mediante la aplicación simultánea de exosomas, unos activos que se introducen a través de las microperforaciones para mejorar la elasticidad y la hidratación de los tejidos.

En esta misma línea, otros tratamientos como el Hydrafacial Britenol se presentan como una solución integral que aborda varios problemas a la vez. Su método combina limpieza, exfoliación e hidratación profunda, utilizando la vitamina C como activo principal para reducir la pigmentación irregular, una de las secuelas más visibles de la exposición solar, tal y como han publicado en Elle. Así se consigue unificar el tono y devolverle a la piel un aspecto más saludable y uniforme.

La ciencia tras el envejecimiento estival

Estos avances responden a una necesidad concreta: reparar la inevitable huella del verano. La exposición prolongada al sol, junto a los cambios de rutina y el calor, deja una factura visible en forma de un rostro deshidratado, con mayor acumulación de impurezas y una textura opaca que delata el desgaste sufrido durante la temporada estival.

En este sentido, la radiación solar es la principal responsable del daño. El proceso conocido como fotoenvejecimiento acelera la degradación de las fibras de colágeno y elastina, que son los pilares fundamentales que sostienen la estructura de la piel. Su deterioro se traduce en una pérdida notable de firmeza y turgencia, lo que favorece la aparición o acentuación de arrugas y manchas.

Asimismo, a la acción del sol se suman otros factores como el calor intenso y la sudoración, que contribuyen a deshidratar la epidermis de forma constante. Esto provoca una incómoda sensación de sequedad y tirantez, dando lugar a un aspecto general falto de vitalidad. Los tratamientos de regeneración postvacacional se centran, por tanto, en revertir este conjunto de daños para devolverle a la piel su salud y su equilibrio natural.