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Dos sales diferentes

Fiona Ferrer e Isabela Mattos, en Mónaco
Fiona Ferrer e Isabela Mattos, en Mónacolarazon

Tomarse una lubina a la sal con vistas a la bahía de Mónaco desde el Yatch Club es tanto una experiencia culinaria como una grata visión visionaria, ya que el poder divisar en primera fila la entrada del Queen Victoria te teletransporta a la época de Grace Kelly. Mónaco es divertido, elegante y su gran lubina a la sal podría compararse con el Salar de Uyuni. Con sus 10.582 km cuadrados es el salar más grande del mundo. Está ubicado en el departamento de Potosí en el Suroeste de Bolivia, cerca de la cresta de los Andes, a una altura de 3.650 m.

Como todo en la vida detrás de una acción siempre hay una reacción y una historia que la persigue. Este aérea era parte del lago Minchin, un gigantesco prehistórico que se secó y dejó como sus restos dos lagos, Poopó y Uru Uru junto a dos grandes desiertos salinos, el Salar de Coipasa y el mayor Uyuni.

Gracias a una foto que acabo de recibir de un buen amigo y a la inspiración que me ha traído este viajero que no soy yo, he pasado de la lubina a la sal de Mónaco al Salar de Uyuni. La tecnología es lo que tiene y la comunicación fluye cuando la información es interesante de contar y compartir y los destinos bien valen un viaje.