Historia

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El artículo de Carmen Lomana: El síndrome de Stendhal

Un detalle de su visita a Roma
Un detalle de su visita a Romalarazon

Roma siempre ha sido un referente en mi vida. Es una ciudad en la que me siento plena y feliz paseando, contemplando tanta belleza e historia que nunca me cansa. A veces incluso me satura y deslumbra y pienso si estaré siendo atacada por el síndrome de Stendhal, que es una reacción romántica ante la acumulación de belleza y goce artístico que incluso altera el ritmo cardíaco al viajero que es expuesto a tanta hermosura. Se denomina así por el autor francés del siglo XIX, Stendhal, que dio una primera descripción detallada de estos síntomas en su visita a la Basílica de la Santa Cruz en Florencia. Si visitan Roma, déjense llevar por estas sensaciones y cuando se sientan cansados les recomiendo una parada en el salón de té de la Plaza de España «Babington» y su insuperable tarta de lima y muy cerca de allí, en el 86 de vía Condotti, el histórico Caffè Greco, el más antiguo de la ciudad y el segundo más viejo de Italia sólo superado por el Florian de Venecia. Por su local han pasado personajes históricoscomo Lord Byron, Goethe, Richard Wagner y Orson Welles.

A mi vuelta a Madrid, me encontré con la ciudad que está siempre en ebullición: fiestas, inauguraciones... Tenemos una ciudad tan viva y llena de energía que es difícil seguirle el ritmo. Entre esos eventos, los premios de la revista masculina «Icon» han sido mis favoritos, con una convocatoria que reunió a los personajes más cool e interesantes. Era especialmente atractivo por la media tan joven de los allí convocados. Se notaba incluso por la forma de vestir elegante, pero bohême chic, el negro como color dominante, como en la Corte de Felipe II, y pensé: qué generación tan creativa y bella. Julio Medem, Cayetano Rivera, José María Manzanares, Eugenia Silva, Alfonso Bassave, y Adriana Ugarte, entre otros. Pero lo que verdaderamente me llenó de emoción fue ver a mi admirado Bernard Henri Lévy, desde que leí su primer libro, «La barbarie tiene rostro humano», hasta el último, «Enemigos públicos». Este filósofo francés ha sido, junto a Rafael Enthoven y Michel Houellbecq, uno de mis referentes literarios contemporáneos en Francia. Y ayer BHL fue uno de los premiados. La vida me está dando el regalo de ir conociendo y poder hablar con personajes admirados que por diferentes motivos aparecen en mi vida y que nunca pensé tener un acceso tan cordial a ellos. Comprendo el fenómeno fan y la fascinación, porque yo lo siento cuando me encuentro ante estas personas que tanto admiro intelectualmente.

Entre las recomendaciones que me gusta hacerles hay una que me agradecerán. No dejen de ver en el Teatro Español «Al galope», basada en la vida de la maravillosa Diana Vreeland, editora de la publicaciones «Vogue America» y «Harper’s Bazaar». El monólogo, con una espléndida Carmen Elías, es el retrato de Vreeland cuando vuelve a Nueva York después de cuatro meses en Europa. Ella tenía una visión del mundo absolutamente revolucionaria. Creó a la editora de moda tal como la conocemos hoy en día. Una de sus célebres frases fue «¿Por qué no pintas un mapa del mundo en las cuatro paredes de la habitación de tus niños? Así no crecerán con un punto de vista provinciano». Esta frase nos viene al pelo en esta España con brotes de memos que florecen como setas especialmente el día de nuestra Fiesta Nacional.