¿Por qué estamos obsesionados con el reto de la botella?

¿Quién no ha sufrido a su hijo adolescente tirando una y otra vez la botellita de agua para imitar este desafío? La moda no sólo ha conseguido hacerse viral o tener una app propia, sino desquiciar a más de una casa.

Son las siete de la tarde de un día cualquiera y sigues intentando que tu hijo se ponga por fin a hacer sus tareas, pero lejos de hacerte caso sigue machacando tus oídos con los golpecitos de una botella de agua contra la mesa, el suelo, la encimera de la cocina...

Aunque no lo creas esta es una situación cotidiana en las familias con hijos adolescentes pero ¿Cómo llegó esta pesadilla a nuestras vidas?

Me ha gustado un vídeo de @YouTube de @juanrora1 (https://t.co/OaHvLbR8hf - RETO DE LA BOTELLA DE AGUA EXTREMO | Water bottle flip

Todo comenzó el pasado mes de mayo en un instituto de Carolina del Sur. Un alumno llamado Mike Senatore participó en un concurso de talentos de su centro escolar con un número muy sencillo: lanzar al aire un botellín de agua lleno a medias, y conseguir que se posara de pie en una mesa. Este vídeo se hizo viral por internet y desató una fiebre que ha durado todo el verano y sigue funcionando.

Si has visto a grupos de adolescentes, o incluso de niños, pasar horas muertas en espacios abiertos pertrechados sólo con botellines de agua a medio llenar y teléfonos móviles dispuestos a grabarlo todo... No lo dudes, has presenciado el gran fenómeno viral del año: el reto de la botella o 'water flip challenge'.

La fiebre ha llegado hasta tal punto que su búsqueda en Google arroja más de 20 millones de resultados, tiene una canción propia, cuenta con una aplicación para teléfonos móviles (disponible en IOS) , tiene página propia en Instagram y lo más increíble, los hay dispuestos a pagar 50.000 dólares (unos 45.000 euros) por la botella con la que se hizo el desafío.

Su éxito es dificil de entender si tenemos en cuenta que hasta el propio creador del reto ha admitido que el sonido «es uno de los más molestos del mundo» y que ni él mismo puede aguantarlo durante mucho tiempo seguido.

Aún así, y a pesar de que las quejas han llegado ya desde los centros escolares, no nos queda otra que soportar el martillante «tuc, tuc tuc», hasta que otro avispado logre hacer famoso en las redes sociales un nuevo y absurdo entretenimiento.