Política

Andalucía

834 locales se apuntan al «boom» de las apuestas

La Ley prohíbe la entrada a menores pero no que estén situados junto a centros escolares, donde proliferan

Muchos de estos establecimientos se encuentran cerca de centros educativos
Muchos de estos establecimientos se encuentran cerca de centros educativoslarazon

Las apuestas deportivas llevan un año reguladas en Andalucía, una de las últimas comunidades en hacerlo, en virtud de un decreto de septiembre de 2017 que obligaba a los locales que quisieran ofrecer esta actividad a solicitarlos para su autorización. Basta un paseo por las diversas provincias andaluzas para comprobar que al albur del «boom» de estas apuestas han proliferado los salones de juegos, muchos de ellos junto a colegios e institutos. La ley no lo prohibe y desde la Consejería de Hacienda señalan que «se hace innecesario establecer un régimen de distancias» respecto a centros escolares por cuanto los menores tienen prohibido el acceso a estos locales y «los controles de admisión de los establecimientos les impiden y vetan el acceso a los mismos aun cuando acudan acompañados por mayores».

Lo cierto es que en un año son 834 los locales autorizados para realizar apuestas deportivas, según los datos facilitados por Hacienda. Cuatro son casinos; 28 bingos; 796 salones de juego y seis son una nueva tipología de establecimientos en los que se permiten las apuestas, las tiendas, en las que no se permite la actividad complementaria de hostelería ni la instalación de máquinas recreativas. Las administraciones de lotería no están autorizadas para las apuestas deportivas autonómicas, sólo para las del Estado (es decir, las quinielas).

Los bingos son un sector que lleva años en retroceso. De hecho, en 2008 había en Andalucía 58 bingos y en 2017 sólo 36, según las estadísticas oficiales. El número de casinos se mantiene más o menos estable (en 2017 constan cinco). El gran «boom» se ha registrado en los salones de juego, ya que a 31 de diciembre de 2017 había en Andalucía 746 y actualmente hay al menos 796 sólo autorizados para hacer apuestas deportivas. En realidad, son casi el total de este tipo de locales pues los nuevos han proliferado precisamente al albur de esta nueva actividad y la mayoría de los que ya existían han solicitado la autorización para la misma.

En Andalucía, los salones de juego pueden tener además máquinas tragaperras y servicios de hostelería (al estilo de bares con grandes pantallas de televisión que a todas horas ofrecen a su clientela partidos de distintos deportes, sobre todo fútbol y baloncesto, en torno a los cuales apostar en el mismo local).

En todos estos establecimientos los menores tienen restringido el acceso, así como apostar. El control corresponde a sus responsables pero es la inspección administrativa y la Policía quien controla que cumplan con ese deber de vigilancia.

En 2017, cuando aún no estaba regulada la actividad de las apuestas deportivas, la Policía realizó 5.320 inspecciones y la Administración 365. La mayoría fueron en máquinas tragaperras instaladas en distintos establecimientos (5.057), 149 en salones de juego, 29 en bingos, 24 en casinos (dado el escaso número de éstos, son los más supervisados) y 426 en sorteos y otros juegos. Se iniciaron 42 expedientes sancionadores (por distintos motivos).

La Federación andaluza de asociaciones de jugadores de azar rehabilitados avisa del aumento de ludopatía a edades cada vez más tempranas, sobre todo por el juego «on line» y las apuestas deportivas. Alerta de que en los establecimientos específicos de apuestas (las tiendas o los bares deportivos sin tragaperras) no está regulado el control de acceso a las personas que tienen autoprohibido entrar en casinos, bingos o salones de juego (36.153 registrados si bien una sola persona puede haberse autoexcluido en varios tipos de locales). Y piden restringir más la publicidad de juego, sobre todo en los programas deportivos (que no suelen entrar en la franja horaria infantil que es la protegida), así como que los ingresos que obtiene la Junta por el juego (155 millones el año pasado) se destinen a la prevención y tratamiento de esta adicción.