Manifestación

Amenaza de radicalización

Un momento de la marcha de Sevilla, que partió desde tres puntos diferentes. Debajo, Pastrana y Carbonero en Córdoba
Un momento de la marcha de Sevilla, que partió desde tres puntos diferentes. Debajo, Pastrana y Carbonero en Córdobalarazon

A diferencia del tono más o menos conciliador que imperó ayer en las consignas de la manifestación del 1 de mayo en Madrid –los líderes sindicales Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo reclamaron un gran pacto nacional para sacar a España de la crisis–, en Andalucía los mensajes fueron mucho más críticos y amenazantes hasta el punto de que Manuel Pastrana y Francisco Carbonero, secretarios generales de UGT y CC OO en la región, anunciaron una radicalización de sus movilizaciones dada la abultada cifra del paro, que en Andalucía roza el millón y medio de desempleados.

El acto central tuvo lugar en Córdoba, donde los sindicalistas calcularon una presencia de más de 10.000 manifestantes y la Delegación del Gobierno redujo el dato a casi la mitad. Un tradicional baile de crifras que, no obstante, sí evidenció una menor presencia de personas.

Pastrana y Carbonero anunciaron una batería de acciones contra el Gobierno central, al que pidieron un giro «inmediato» en su política económica «porque, si no, hay que cambiar de Ejecutivo». La mayoría de los mensajes se lanzaron contra Mariano Rajoy y las reformas que ha emprendido. Sin embargo, no se escucharon consignas contra la Junta de Andalucía, responsable también de la abultada cifra de paro (36,9%) y que tiene competencias en materia de empleo. Los sindicatos callan ante la Junta y ésta no duda en figurar junto a los líderes sindicales, como la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, que participó en la marcha cordobesa. También varios representantes políticos, como el vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez, o el diputado socialista José Caballos, que estuvo en la manifestación de Sevilla.

Pastrana aseguró que este Primero de Mayo «se celebra en el peor momento de toda la etapa democrática» y «no sólo por el volumen de paro, sino porque las decisiones del Gobierno han guillotinado los derechos de los trabajadores».

Igualmente, lamentó que «millones de personas van a perder sus convenios el 7 de julio por la aplicación de la reforma laboral», que a su vez «provocará el hundimiento de los salarios y de los derechos en general».

«Vamos hacia un modelo de pseudoesclavismo laboral asiático, hacia un modelo tipo Bangladesh por eliminación del derecho laboral y nos vamos a enfrentar a lo largo de las próximas semanas a una catarata de nuevos recortes que volverán a darle una nueva carga de profundidad a la economía», remarcó.

El líder regional de UGT –que asistió al último gran acto sindical antes de dejar el cargo– aseguró que actualmente España «avanza en desigualdad, en pobreza, en incapacidad para mantener la situación de cientos de miles de familias», por lo que pidió que este Primero de Mayo «sea el aldabonazo» para que el Ejecutivo de Rajoy «compatibilice una política económica de austeridad con las inversiones para que la economía pueda seguir hacia adelante».

Por su parte, Carbonero subrayó que esta celebración está en «plena vigencia» porque «sigue siendo el icono de la lucha global del movimiento obrero por combatir ese afán expansivo del neoliberalismo, de las desigualdades, de la merma de la democracia y de las libertades».

También hizo un llamamiento al Gobierno de España «y a los que predican y ejercen la política neoliberal» para que «rectifiquen» porque «no es admisible tanta pobreza y tanta desigualdad». Por tanto, vio «preciso» cambiar las políticas económicas y añadió que los andaluces no quieren «beneficencia, ni caridad», sino «derechos».

El vicesecretario general del PSOE-A, de su lado, insistió en que el Primero de Mayo «tiene que ser un día de lucha, de reivindicación y de denuncia de la situación extrema que vive España». El país, a su juicio, está «ante una situación límite», por lo que retó al Gobierno a que reaccione de forma «inmediata para sentar a la mesa del diálogo y el acuerdo al resto de fuerzas políticas y de organizaciones económicas y sociales».

En Sevilla, miles de personas recorrieron las calles de la ciudad en una jornada reivindicativa y festiva. La manifestación sevillana contó con la particularidad de que partió desde tres puntos distintos: el Prado de San Sebastián, el entorno de Plaza de Armas y la Barqueta. Todas las marchan confluyeron en la plaza de San Francisco, donde el cantaor Manuel Gerena ofreció un breve concierto y los líderes sindicales de la provincia cargaron contra el Gobierno central, sin olvidar las factorías que han cerrado, como Saimaza, Roca o Cargill.